El efecto llamada de prohibir y limitar pisos turísticos
El anuncio que hizo el alcalde de Córdoba, José María Bellido, de que se limitarán las licencias de uso turístico en los distritos Centro y Sur de la ciudad en cuanto se apruebe la nueva normativa no ha tenido inicialmente un efecto disuasorio. Más bien al contrario, ya que, aunque tímido, lo que se ha producido durante el mes de noviembre es una aceleración del ritmo de conversión de viviendas en pisos turísticos en la capital.
Desde finales de octubre, la ciudad de Córdoba ya supera las 3.000 licencias de pisos turísticos de manera oficial. A principios de noviembre, el número que había dadas de alta oficialmente en el Registro de Turismo de Andalucía (RTA) en Córdoba capital era de 3.037.
Un mes después, el número ha crecido en unas 70 nuevas licencias activas, hasta las 3.104. En la práctica, supone una intensificación del ritmo de crecimiento de este fenómeno urbanístico, que lleva desde hace dos años creciendo a un ritmo de 2 nuevos pisos turísticos al día, y que, en noviembre, sube a 2,3 nuevas licencias cada jornada.
Hay que tener en cuenta que, también en el último mes, una reciente sentencia del Tribunal Supremo ha establecido que las comunidades de propietarios pueden prohibir los alquileres turísticos mediante acuerdos de tres quintos de los votos. Pero esa misma sentencia aclara que no se pueden prohibir las licencias que ya han sido concedidas (algo que sólo puede retirar la Junta), de manera que muchos propietarios de inmuebles de la ciudad han podido pensar que es mejor iniciar los trámites antes de que la prohibición y la limitación pongan freno a este fenómeno.
708 licencias de pisos turísticos que no se ofertan en plataformas
Y es un fenómeno que ya nadie puede obviar. De hecho, en un movimiento inverso al que se experimentó la ciudad a finales de la pasada década, cuando las plataformas de alquiler vacacional permitían arrendar pisos turísticos ilegales, el crecimiento actual que experimenta el registro oficial de la Junta de Andalucía en Córdoba va por delante del que viven las plataformas de alquiler vacacional (Booking o Airbnb).
Y es que, centenares de cordobeses están sacando licencias de uso turístico para sus propiedades inmuebles para adelantarse a la futura prohibición y/o limitación. Es un fenómeno que en este periódico hemos bautizado como pisos turísticos durmientes.
Así, si uno acude a AirDNA, el opendata que monitorea la oferta de alquiler vacacional de plataformas como Airbnb o Vrbo (Booking también oferta pisos turísticos, pero mezclados con hoteles y apartamentos), la oferta de pisos turísticos activos de la capital es de 2.395, mucho más baja que la del registro oficial.
Por activos, esta web entiende que un alojamiento ha estado anunciado en las plataformas una vez en el último año, de modo que 708 licencias otorgadas por la Junta ni siquiera se han convertido en oferta turística. Esto se debe a que, o bien no han entrado en las plataformas, o las ha retirado la Junta de Andalucía o los portales, o los propietarios las han sacado del mercado vacacional para destinarlas a vivienda habitual o alquiler de larga duración.
Eso sí, esta licencia, cuando se convierte en un negocio, sí que usa para aumentar el precio de la propiedad en caso de querer venderla. Según explica a este periódico José Manuel García-Hirschfeld, experto inmobiliario, “los pisos turísticos con buena puntuación y rentabilidad en los portales de alquiler vacacional pueden llegar a incrementar el valor de venta en un 20%”.
Sin embargo, en estos momentos, según su experiencia, el mero hecho de tener una licencia turística no está aumentando el valor en las ventas de inmuebles, aunque no es descartable que esto ocurra cuando se haga efectiva la prohibición o la limitación anunciada por el Ayuntamiento de Córdoba. “Llegados a ese punto, habrá que ver si la mera licencia es un activo o si, como ocurre ahora, lo que se demande sea que la rentabilidad del alquiler turístico”, reflexiona.
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