La cárcel de Córdoba es la tercera prisión de España donde más móviles se incautan
La incautación de móviles en la cárcel de Córdoba ha aumentado considerablemente en los últimos cinco años. En 2023, esta prisión cerró como la tercera de toda España en las que más dispositivos telefónicos se intervinieron: un total de 142. Este dato se ha multiplicado hasta por siete en los últimos años, ya que en 2018, la cifra de incautación apenas fue de 21 móviles.
Según los datos trasladados a este periódico por el sindicato ACAIP-UGT, recopilados por el Portal de Transparencia, la prisión de Madrid III (Valdemoro) es el centro donde se han incautado un mayor número de terminales durante 2023, con 152 teléfonos móviles, seguido de Albolote (Granada), con 147.
El año pasado, la prisión cordobesa cerró con 1.274 presos, situándose como la tercera con más población reclusa de España, solo por debajo de la cárcel valenciana Antonio Asunción Hernández, con 2.127 reos, y la catalana de Brians 2, con 1.468. En el caso de la prisión de Albolote, en 2023 tenía 1.268 presos y la de Valdemoro, 820.
Llama la atención el crecimiento tan elevado de móviles incautados en los últimos años, hecho que puede tener dos explicaciones: o bien los funcionarios están intensificando el control o estas prácticas han aumentado exponencialmente. Lo que sí es cierto es que no se puede establecer una relación causal entre intervenciones y presos, ya que en 2018, la cárcel cordobesa tenía más presos que en 2023. Según datos del Ministerio del Interior, la población reclusa que había en Córdoba ascendía a 1.320 personas, la quinta más poblada de España en aquel año.
Paquetes de galletas y botes de champú, lugares donde se ocultan
Según la información que posee este sindicato, a nivel estatal, los móviles en las prisiones gestionadas por el Ministerio del Interior aumentaron un 6,48% en 2023 con respecto a 2022, al intervenirse 2.910 terminales prohibidos dentro de los centros penitenciarios. “Los datos reflejan que las prisiones madrileñas y andaluzas son las que más teléfonos se incautan con una ratio de más de 60 móviles por cada 1.000 internos, cuando la media nacional se sitúa en 51,32 por cada mil internos”, indica ACAIP-UGT.
Los teléfonos móviles dentro de la prisión son objetos prohibidos debido al peligro que conllevan, ya que pueden ser empleados para la continuidad delictiva, el tráfico de drogas o la violencia de género, así como por los problemas que generan de seguridad al poder captar imágenes del interior. Pero, ¿dónde se ocultan los móviles? En lugares tan insospechados como en paquetes de galletas y botes de champú, por lo que los terminales son introducidos por familiares de los presos o cuando estos regresan de las salidas de permiso, según explican a este medio desde el sindicato, que apuntan también que los móviles entran a las prisiones a través de drones.
Ante ello, ACAIP-UGT denuncia la “dejadez” por parte de la administración penitenciaria para mejorar las medidas preventivas para el uso de estos terminales, “al no modernizar los elementos de seguridad como inhibidores”, en un contexto de “más de 3.400 vacantes de funcionarios en los centros penitenciarios”. “Su uso y presencia dentro de los centros los convierte en fuentes de conflicto debida al control del mercado negro que se genera”, por lo que el sindicato destaca la “importante labor de los trabajadores penitenciarios que localizan estos teléfonos”.
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