El juez ordena que Pérez Giménez sea liquidada y vendida en lotes
Los administradores concursales no certifican el depósito de la fianza exigida para la compra de la empresa farmacéutica
El peor escenario ya está aquí. Los Laboratorios Pérez Giménez entran en fase de liquidación final. El juez de lo Mercantil de Córdoba ya ha ordenado que la empresa sea despiezada y su maquinara e instalaciones vendidas en lotes para sufragar la deuda que arrastra. El juzgado no ha recibido el aval de un millón de euros exigido al comprador de Laboratorios Pérez Giménez, Globalaeronautic, S.L. Y lo que es peor, el informe de los administradores concursales no da crédito al documento presentado por la firma compradora a principios de marzo y que, en teoría, acreditaba haber realizado la transferencia.
A pesar de que se contaba con que el ingreso no iba a ser inmediato debido al volumen de la operación y su carácter internacional -el capital proviene de Estados Unidos- se ha cumplido el plazo para que los administradores concursases aconsejen al juez que liquide la empresa, la despiece y la venda por lotes Y así ha ocurrido. No obstante, Fernando Caballero, magistrado titular del juzgado, ha dejado una última rendija abierta para la remota posibilidad de que una empresa se interesa a última hora por los laboratorios cordobeses, famosos por elaborar el calmante vitaminado.
Globalaeronautic, S.L. fue la única firma que presentó la oferta mínima de 11 millones de euros y el contrato de 40 empleados que el juez exigía para quedarse con Pérez Giménez. La firma granadina apuró al máximo y apareció en el último momento como inesperada interesada en quedarse con la fábrica que Pérez Giménez tiene en Almodóvar del Río. El representante legal de Globalaeronautic pidió una prórroga a la secretaria del juzgado para pagar el aval. Y el plazo ya ha expirado sin noticias. “Si no se presentase el aval se pasaría a la siguiente fase, la venta por lotes de Pérez Giménez”, reconoció hace un mes Francisco Estepa, uno de los administradores concursales. Y así ha ocurrido.
Tras la puja y conocer la presencia de una empresa interesada, los trabajadores mostraron sus dudas y su prudencia ante la noticia, atentos a si se abona el aval de un millón de euros o no y si pueden reunir los 11 millones de euros que han pujado. Sus miedos se han cumplido y la empresa parece vivir sus últimos días.
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