El Guadalquivir se seca en invierno... y crecerá en verano
El río mantiene un escaso caudal a la espera de que la Confederación autorice los desembalses para el regadío | La sequía se empieza a notar aunque los pantanos están al 60% de su capacidad
Cuando Córdoba era capital de la Bética, el Guadalquivir era navegable. Pero no durante todo el año. En verano, era imposible su tránsito. El río Betis perdía caudal por la normal falta de lluvia. Ahora, en el siglo XXI, el Guadalquivir se seca en invierno... pero su caudal crecerá en verano. Al menos es lo que está ocurriendo en este extraño año hidrológico, en este invierno en el que no hace frío y en el que llueve poco.
En estos días, el Guadalquivir se parece bastante poco al Betis navegable del siglo I, aquel que era surcado por decenas de barcos de poco calado cargados de aceite de oliva camino de Roma. En esos inviernos, el río crecía y crecía gracias a la lluvia y a las escorrentías que recibía de toda la cuenca. Hoy, por Córdoba, apenas si pasan entre 11 y 13 metros cúbicos de agua por segundo. El Guadalquivir se considera técnicamente seco si el caudal baja de cinco metros cúbicos por segundo.
Pero, ¿porqué va a aumentar su caudal en verano aunque no llueva? En unos meses, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) tiene previsto realizar los desembalses para riego habituales. La situación en los pantanos no preocupa... todavía. La mayoría de los pantanos cordobeses están al 60% de su capacidad, una cantidad suficiente para garantizar una campaña de riego normal, pero que dista mucho de ser extraordinaria como en años anteriores.
El abastecimiento de agua de la ciudad (y también en los pueblos) está garantizado al menos para los próximos dos años en caso de que no cayera ni una gota de agua. Pero la situación empieza a ser preocupante para los agricultores, los que más agua de los pantanos consumen. Ayer se reunió el Comité de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) y ya comenzó a apuntar que la situación está empezando a dejar de ser normal sobre todo en los embalses de la provincia de Jaén, los que más preocupan para garantizar la estabilidad de toda la cuenca.
En Córdoba, el cauce que empieza a preocupar es el Guadiato, pero aguas arriba de Puente Nuevo, donde se empieza a dejar notar la sequía. Desde la Confederación insisten, hoy la situación no es preocupante, pero entre las temperaturas anormalmente altas y la ausencia de precipitaciones los agricultores han empezado a mosquearse. Y a mirar al cielo.
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