Francisco Mellado: “Mucha gente no valora lo que las cofradías dan a la ciudad”
El pregonero de la Semana Santa de 2017 recibe a EL CIRINEO una mañana lluviosa en la iglesia de San Antonio de Padua y la casa de hermandad de la Merced, la cofradía a la que pertenece desde adolescente. Según cuenta, la advocación de su Virgen es una constante en su vida y ha sido Ella la que ha movido los hilos para que pueda estar cerca como deseaba de pequeño.
Francisco Mellado Calderón, doctor en Historia del Arte por la Universidad de Córdoba y colaborador en la sección de Cofradías de Diario Córdoba, será el encargado de anunciar la Pasión de este año. Lo hará el próximo sábado en el Gran Teatro a las ocho de la tarde.
PREGUNTA. ¿Quién es Francisco Mellado?
RESPUESTA. Un cofrade de la hermandad de la Merced vinculado a la misma desde casi mi adolescencia. Siempre he estado vinculado a esta hermandad y abierto a colaborar con las hermandades que lo han solicitado.
P. ¿Por qué es usted cofrade?
R. Por vocación. No me reconozco sin tener inquietud por las cofradías. Mi familia no es cofrade pero yo lo soy desde que nací. Mi inquietud por la Semana Santa es vocacional desde que vi a la Virgen de la Merced, porque yo vivo cerca de la parroquia de San Antonio de Padua, y quise tener vinculación con la hermandad y me hice hermano cuando pude, aunque en mi casa pensaban que era algo pasajero. Yo, mi infancia la pasaba jugando con cajas haciendo mis pasos de Semana Santa pero sin haber pisado una casa de hermandad nunca, mi Semana Santa eran la Virgen de la Merced, el Rescatado y el Esparraguero porque es lo que había cerca de mi casa.
P. ¿Y por qué la Virgen de la Merced? ¿Por qué su hermandad?
R. Es la hermandad que siempre veíamos toda la familia el Lunes Santo en la esquina de Edisol y yo siempre me sentí atraído por la Virgen. Además, me cuentan que yo era pequeño y me agarraba al pollero de la Virgen y me iba andando detrás de ella. Luego, sin ser aún hermano, yo venía todos los sábados a San Antonio a verla y recuerdo que la veía como muy grande. Yo era muy pequeño.
P. Luego participaría de la hermandad y ha ocupado diversos cargos.
R. Yo, en ese momento, la primera persona que conocí aquí fue a Miguel Ángel de Abajo uno de los días que vine a ver a la Virgen. Me dijo que estaban por aquí todas las semanas y el lunes siguiente volví y no dejé de venir. Luego entré en la vocalía infantil que existía entonces, estuve en el grupo joven, en el coro rociero y en la junta como prioste sacramental y como mayordomo de cultos. Luego hubo un periodo que no estuve en la junta y actualmente soy prioste de la Virgen de la Merced y vocal de Cultura y Archivo.
P. Cuando se trabaja para las cofradías y se conocen desde dentro se ven sus defectos y sus virtudes, lo bueno y lo malo. ¿Le han dado las hermandades más alegrías o disgustos?
R. Hay de todo, como en las familias. Hay veces que dan alegrías y otras que dan disgustos. A lo mejor hay una junta de gobierno que tiene un criterio totalmente distinto al tuyo y no tienes más remedio que acatarlo porque es lo que han votado los hermanos, pero ahí sufres porque todo lo que le pase a la hermandad a ti te afecta de alguna manera. Luego, satisfacciones, pues también muchas porque aquí se crea algo que es la amistad con gente que conoces en la hermandad y son como mi familia aparte de mi familia de sangre, y eso lo he cultivado y vivido aquí en la hermandad.
P. ¿Cuáles son los mejores momentos que recuerda?
R. Pues con mucho cariño esos primeros años, cuando llegué a la hermandad. Para mí esto era lo que siempre había soñado y que ya lo tenía en real. Yo tenía mi pequeña cofradía en mi casa, mi reparto de túnicas... todo. Entonces llegué aquí y encontré lo que siempre había soñado y me sorprendí porque muchas cosas de las que me había inventado eran reales, existían. Entonces, ir descubriendo poco a poco lo que es la vida de hermandad, eso lo recuerdo con mucho cariño.
P. Es joven, ¿qué le gustaría vivir en las cofradías? ¿A qué aspira?
R. Yo aspiraba desde hace mucho tiempo a la carrera oficial en la Catedral y afortunadamente me ha tocado a mí contarlo, vivirlo, estar en primera persona, y prácticamente casi anunciarlo. Pero también aspiro a que haya más palios bordados, a que el patrimonio se incremente y me gustaría que Córdoba consolidara una Madrugá. Sería algo para mí importante.
P. ¿Con su hermandad?
R. Mi hermandad ya estuvo. No sé yo si alguna vez volvería. Madrugá hay mientras salga la Buena Muerte pero me refiero a una Madrugá de contrastes como hubo en el año 92 con varias cofradías en la calle, eso me gustaría mucho.
P. Además de cofrade es católico practicante. ¿Es fácil o difícil serlo en estos tiempos?
R. Creo que eso va en cada uno. Tú puedes vivir tus creencias como tú quieras, nadie te obliga a nada. Para mí no es difícil, donde trabajo y en todos los sitios me muestro como soy y nunca me ha pasado que ser creyente me condicione.
P. ¿Qué aportan las cofradías a un cristiano?
R. Depende de la cofradía y de cómo ésta se tome en serio la formación, pero bien canalizada aporta mucho porque tiene los factores que tiene que tener un cristiano: fe, caridad... y si una cofradía lo sabe canalizar yo creo que a los cristianos que se acerquen a ellas le aportan mucho.
P. Por su experiencia, ¿cómo cree que andan los cofrades de fidelidad a Cristo y a la Iglesia? ¿Hay mucha afición?
R. Me he encontrado de todo. Gente que sabe muy bien lo que quiere y dónde está y otra que se acerca por la parte cultural, por el mundo de las bandas o el costal, gente a la que le gusta la música y toca en una banda pero le da igual tocar o no detrás de un paso, pero yo siempre pienso que es positivo, que lo poquito que una hermandad sepa sembrar tarde o temprano algo le queda a esas personas. De esa catequesis que puede aportar la hermandad algo le queda.
P. Desde el punto de vista de la Historia del Arte, ¿qué hace única a la Semana Santa de Córdoba respecto a otras?
R. Yo creo que a partir de ahora lo va a ser la Catedral. Las Semanas Santas en esencia son todas iguales aunque patrimonialmente no lo sean. La de Córdoba tiene cosas buenas, regulares y malas como todo el mundo puede apreciar. Ahora mismo lo único que distingue a la Semana Santa es ese entorno por donde va a discurrir la carrera oficial, eso no lo puede obviar nadie. Una Catedral como la de Córdoba con esa mezcla de culturas pasando por ahí un paso... hasta el paso más feo se ve bonito.
P. Patrimonialmente y por estilo la Semana Santa de Córdoba se parece a la de Sevilla, ¿eso es bueno o es malo?
R. Eso es lo que los cofrades han querido. En Córdoba se lee muy poco porque lo que fue la Semana Santa de Córdoba está reflejado en los libros. En Córdoba había una gran tradición aunque se corta en el siglo XIX pero la documentación está ahí. Yo he trabajado en algunas hermandades, sobre todo las vinculadas al convento de la Merced y la Virgen de la Soledad tenía un palio de plata, bordados... era una Semana Santa parecida a la sevillana porque estamos muy cerca pero tenía unas características muy peculiares. Las cofradías de Córdoba no tenían unos pasos gigantes. ¿Por qué tienen que ir ahora las cofradías por Doctor Fleming? Porque han hecho unos pasos que no hay por dónde meterlos. Las cofradías de Córdoba eran pasos pequeñitos, pasos que accedían por todo el entramado de callejas que van a la Catedral. Aquí en el siglo XIX se pierde todo, se reinventa luego y el modelo más cercano es el sevillano, porque no se ha querido ahondar y ver la documentación que existe sobre la Semana Santa de Córdoba, que ahí está.
P. ¿Cree que no se debería haber perdido eso?
R. Claro, se podía haber indagado más, haber buscado más ese modelo de Córdoba porque sería una Semana Santa única. Que ya digo que tendría muchas similitudes con Sevilla porque los pasos antiguos de allí también tienen mucha similitud con lo que había aquí por lo que se ve en grabados que se conservan y los que yo he podido cotejar. Luego ha evolucionado a ese modelo que introduce Juan Manuel Rodríguez Ojeda, pero lo que había antiguamente era muy similar a lo que había en Córdoba, que había bordados magníficos y tallas magníficas, solo hay que ver la Virgen de las Angustias, o Jesús Nazareno y otras que hablan perfectamente de la calidad que había en la Semana Santa de Córdoba.
P. ¿Con qué ojos mira un doctor en Historia del Arte las procesiones? ¿Se disfruta más o se es más crítico?
R. Yo lo miro desde el punto de vista de la fe. Sobre todo las imágenes. En la calle me gustan todas las cofradías, no le hago distinción a ninguna. Está claro que cuanto más sabes más sufres pero esa faceta la dejo yo más para otros momentos, en la calle yo intento disfrutar de las sensaciones.
P. ¿Qué le dan las hermandades a Córdoba y qué reciben de la ciudad?
R. A Córdoba le dan mucho las hermandades. Nada más que salir una cofradía a la calle ya está generando, digan lo que digan. Económicamente le aporta, y mantienen una tradición y una cultura que eso es fundamental. Una ciudad sin cultura ni tradición no tiene sentido. Las hermandades son las que mantienen vivas las tradiciones: las cruces de mayo, la mayoría son de hermandades, los belenes los montan las hermandades. Un taller de bordado, de orfebrería, de cera... ¿A ver quién iba a hacer cera hoy en día si no existieran las cofradías? ¿Quién iba a bordar si no existieran las cofradías? Aparte hay que destacar la labor social, porque hoy en día es obvio que un montón de familias viven de esa labor social. Por su parte, la ciudad aporta a las cofradías un público que participa pero a nivel institucional deberían estar mucho más apoyadas, aunque fuera solo como algo egoísta por el bien de la ciudad sin entrar en el aspecto religioso si no se quiere, y también mucho más arropadas por los cordobeses. El público sale a la calle porque es Semana Santa pero luego durante el año haría falta que la ciudad se identificara más con las cofradías.
P. ¿No han conseguido el estatus que deben tener?
R. Yo creo que han avanzado mucho, que el pueblo les tiene cariño, en general las respeta aunque hay un sector que no lo hace por ignorancia pura y dura e ignorancia que viene también de estamentos que deberían estar informados de lo que aporta una cofradía a la hora de hacer manifestaciones públicas y no mezclar unas cosas con otras. Está claro que una cofradía es religión, ¿qué va a ser? Pero todo lo demás que repercute en la ciudad se debería valorar y mucha gente no lo valora.
P. Ha hablado de la carrera oficial en la Catedral. ¿Es ésta la definitiva? ¿La que Córdoba necesitaba?
R. Yo espero que sí. Aunque cambie una calle u otra, el centro debe ser el templo mayor de la ciudad, ese debe ser el corazón de la carrera oficial. Este año va a ser de prueba obviamente, porque es una cosa que no se ha visto nunca, a ver qué se puede poner y qué se puede quitar pero yo creo que la Semana Santa fuera de la Catedral no debería estar.
P. Aunque me ha hablado de ello sin nombrarlo, ¿cómo valora los ataques que se hacen desde algunos grupos municipales como IU y Ganemos a la nueva carrera oficial? ¿Cree que conseguirán hacer daño?
R. No, yo pienso que eso es un poco una publicidad muy barata. Aquí soltamos cualquier tontería y sabes que los medios te van a cubrir, sabes que vas a estar en el candelero aunque la mayoría de esta gente no sabe de lo que está hablando. Yo pienso que es un poco ganas de dar la nota, de hablar por hablar.
P. ¿Cómo está viviendo esta Cuaresma como pregonero?
R. Con mucho estrés. Mis cuaresmas son muy intensas por mi colaboración con Diario Córdoba y como prioste de la Virgen de la Merced pero he estado perfilando cosas del pregón y también atendiendo a todo lo que conlleva ser pregonero. Pero contento y muy agradecido sobre todo.
P. ¿Qué aporta al pregón alguien que conoce las cofradías desde dentro y alguien que se dedica a la actualidad cofrade?
R. El día a día de ellas y precisamente eso: actualidad. Porque la Semana Santa no es solo incienso, cera y flores, hay muchas cosas que también afectan a las cofradías y el pregonero debe de tener en mente.
P. ¿Qué podemos esperar de su pregón, en definitiva?
R. Pues yo creo que un pregón de un cofrade para cofrades. Si no eres cofrade, no lo vas a entender. Porque podía haber tirado por el tema histórico-artístico pero he querido que sea un pregón para los cofrades con todo lo que conlleva el día a día de una cofradía.
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