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Estrenan las primeras marchas para la Esperanza del Valle: así suenan

María Santísima de la Esperanza del Valle | TONI BLANCO

José Prieto

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La hermandad de la Sagrada Cena cuenta desde la tarde de este domingo con cuatro nuevas marchas de procesión, entre las que se encuentra la primera para banda de música dedicada a María Santísima de la Esperanza del Valle y otra para agrupación musical dedicada a la Dolorosa que saldrá por primera vez el Jueves Santo así como a toda su hermandad. Las nuevas obras musicales se estrenaron en un concierto a beneficio de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca y Cáritas de la parroquia Beato Álvaro de Córdoba que tuvo lugar en el Conservatorio Músico Ziryab y que estuvo protagonizado por la Banda de Música Tubamirum, de Cañete de las Torres, y la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Fe en su Sagrada Cena.

Alfonso Lozano, componente y gerente de la Banda de Música María Santísima de la Esperanza es el autor de La Esperanza del Valle, que interpretó Tubamirum. Esta marcha se divide en dos partes muy diferenciadas. El autor explicó a EL CIRINEO que la primera se podría calificar como “más cofrade”, y se caracteriza por la utilización de cornetas y tambores, lo que la hace más alegre que la segunda parte. En ella, Lozano ha querido representar la espera de los hermanos de la Cena durante tantos años para que salga su titular mariana y que ahora se convierte en realidad.

Cuenta con una introducción en la que el compositor ha insertado con la flauta un fragmento del himno eucarístico Cantemos al Amor de los amores, y luego “hay un tema que describe la belleza de la Virgen”, señaló, y que es muy agradable y emotivo. La segunda parte llega tras una pequeña transición y es más “solemne, íntima y reflexiva”. En algunos momentos podría decirse que “incluso fúnebre porque viene a describir cómo se sentía Jesús al ser consciente de lo que tenía que pasar tras la Última Cena”, según Lozano, si bien ese tema se desarrolla y se convierte en un motivo más luminoso al tener la Virgen la advocación de la Esperanza. Desemboca todo en un trío que no es para nada al uso, sino que es un tema “muy recogido y algo espiritual, que describe la comunión entre Dios Padre y Dios Hijo”, indicó el compositor. La marcha termina de manera reposada y suave. Para el estreno, Lozano tomó la batuta y dirigió a Tubamirum, y al término de la interpretación el público aplaudió en pie.

La Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Fe en su Sagrada Cena estrenó antes otras tres marchas. Uno de sus componentes, David Luque, es quien firma Madre, ruega por nosotros, dedicada a la Virgen de la Esperanza del Valle. Es su segunda composición, ya que hace una década dedicó una a la hermandad del Huerto. La que se estrenó este domingo tiene detrás una historia de dolor y esperanza, lo que la hace “muy personal”, según explicó su autor, que la concibió en un momento difícil de su vida, pues su madre atravesaba por una dura enfermedad. Todo el proceso está representado en la composición.

En la parte primera, David Luque ha plasmado en la música “una pregunta que le hacía a la Virgen: ¿por qué tuvo que pasar esa enfermedad tan joven mi madre?”. Es una parte solemne, que sigue con un ruego a la Virgen “para que le diera fuerzas para salir de esa enfermedad” y que se representa con un solo de trompeta. El final es más alegre “agradeciendo que se salvó”, señaló. Aunque está dedicada a la titular de la cofradía, el autor la dedica también “a todas las personas que han estado a punto de perder o han perdido a su madre porque en el cielo siempre hay una madre, la Virgen, que ruega por nosotros”.

A toda la hermandad de la Sagrada Cena le ha dedicado Jesús Lora Agnus Dei. Él es un compositor con amplia trayectoria, componente de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Redención de Córdoba, que ha querido crear “una obra descriptiva que evoca el momento en que se instituye el sacramento de la Eucaristía para los cristianos”, señaló. Está escrita en cuatro partes más final. En la primera ha representado Lora el momento del Lavatorio de los pies de Jesús a sus discípulos “como signo de humilde servicio”. A continuación, hace alusión a las palabras de Cristo en las que revela que uno de sus apóstoles lo va a traicionar, por lo que en la marcha se genera un momento de tensión y dramático. En la tercera parte se instituye el sacramento de la Eucaristía y en la cuarta alude Jesús Lora al mandamiento nuevo que da el Señor: “Amaos unos a otros como yo os he amado”, por lo que introduce un guiño al Cantemos al Amor de los amores. Y ya para terminar, el autor expresa la celebración del sacramento de la fe cristiana.

La Agrupación de la Sagrada Cena estrenó también Una vida de Fe y Esperanza, de Esteban Torres, miembro fundador y componente de Pasión de Linares que también tiene bastante experiencia en la composición. Torres señaló a este periódico que su marcha está dedicada a la hermandad de Poniente y está hecha en cuatro partes. “La primera, una introducción que está en Re mayor, tras lo que se pasa a Re menor y al primer tema que es un diálogo entre la corneta y la trompeta”. Tras esto, se vuelve a reponer el tema pero esta vez más elaborado, y entra en acción la percusión “haciendo un símil de las marchas fúnebres de palio y que recuerda el andar de este tipo de pasos”, comentó. Esta parte se va desarrollando hasta que Esteban Torres introduce el nuevo tema, la tercera parte que él la llama “de la Fe”, con un solo de trompeta que hace un rezo sonoro. Tras esto, es el momento del tema que su autor bautiza como “de la Esperanza”, por lo que se cambia a Fa mayor porque es un canto de esperanza, tras lo cual termina la marcha “en la parte fuerte de nuevo en Re menor”.

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