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Días de lista de espera y medidas de seguridad: peluqueros de Córdoba se preparan para la vuelta

Dioni Barrera.

Alejandra Luque

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Jose Gorbano, Juan Algaba, Saray Arranz y Dioni Barrera son cuatro peluqueros de Córdoba que el próximo lunes 4 de mayo volverán a abrir sus puertas de acuerdo a lo aprobado por el Gobierno de España en el Plan para la Transición hacia una nueva normalidad tras la epidemia del coronovirus. En la desescalada que comenzará la semana que viene, este sector será uno de los primeros que volverá al trabajo aunque con una rutina muy diferente a la de antes de la crisis: con largas listas de espera, cita previa y  estrictas medidas de seguridad.

Cabe recordar que los peluqueros fueron los profesionales que se levantaron horas después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, decretara el estado de alarma el pasado 14 de marzo. Entre las medidas adoptadas, el Ejecutivo consideró las peluquerías como un sector “esencial”, abocando a sus empresarios a continuar con su actividad a pesar de la prohibición de no salir de casa salvo para comprar alimentos o medicinas. Las críticas tardaron en llegar y fue precisamente la Unión de Empresas de Peluquería y Estética de Córdoba y Provincia quien empezó a recoger firmas en Change.org para que el Gobierno diera marcha atrás, consiguiendo cerca de 95.000 rúbricas. Un día después, el 15 de marzo, Sánchez rectificó y mantuvo este servicio únicamente a domicilio y para las personas más vulnerables o con discapacidad.

Todos los peluqueros entrevistados esperan abrir el próximo lunes, tal y como afirmó el presidente, aunque el Gobierno todavía no ha publicado la orden en el Boletín Oficial del Estado. Jose Gorbano tiene su barbería en la calle Fray Luis de Granada y, junto a la peluquería de su pareja -Silvia Belasteguis-, volverán de nuevo al trabajo junto a otros dos trabajadores más. En tan sólo un día, Gorbano ha agotado las citas de toda una semana ya que, además de la lista de espera, el peluquero ha espaciado en el tiempo entre cada cita. “Antes atendíamos cada media hora y a partir del lunes lo haremos cada 40 minutos para tener esos diez minutos para desinfectar el tocador y todos los utensilios”, explica Gorbano.

Si la atención a una persona se retrasa unos minutos, el siguiente cliente de deberá esperar fuera de esta barbería, donde se colocará un kit de guantes, mascarillas y gel desinfectante, materiales de los que habrá que hacer uso para entrar. Este cordobés tuvo que hacer un ERTE y ha sido uno de los beneficiarios de las ayudas que el Gobierno puso en marcha para los autónomos.

Por su parte, el peluquero Juan Algaba lleva días esperando la reapertura de su peluquería, ubicada en la calle Paco Natera. “No he tenido otra cosa que hacer que pensar en cómo afrontar la situación cuando nos dejaran abrir”, explica, señalando que la crisis no sólo le ha perjudicado en la rutina que vive en su establecimiento sino que la suspensión de la Feria y la cancelación de las bodas le han caído como un jarrón de agua fría. Y es que este peluquero también se dedica al diseño de tocados y toda la mercancía para flamenca y para eventos nupciales se han quedado en el almacén.

Fue el pasado 24 de abril cuando Algaba comunicó a sus clientas en su perfil de Facebook que ya podían solicitar cita previa. “Conforme han ido llamando he ido apuntando y ya tengo tres hojas llenas de citas”, cuenta este peluquero, que aún desconoce si en la reapertura de su peluquería le acompañará la profesional que tiene contratada o si esperará unos días. Las citas las irá dando con una hora de diferencia y entre las medidas de seguridad estarán las toallas, capas y batas desechables, la desinfección constante tanto del sillón como de los utensilios , el uso de guantes y mascarillas y sólo habrá una clienta dentro de la peluquería. Al igual que ocurrirá con la barbería de Gorbano, si se produjera algún tiempo de espera, habrá que esperar en la puerta.

La lista de espera de Saray Arranz para su peluquería, situada en la avenida Isla Fuerteventura, alcanza las 40 personas. “Todo el mundo tiene mucha prisa y quiere ser la primera”, asegura la joven, que iniciará la vuelta al trabajo junto a la esteticista de la peluquería, que trabajará sólo en una cabina. De los tres tocadores con los que cuenta, dejará uno inutilizado para que haya distancia de seguridad entre las clientas. Arranz también utilizará materiales desechables y gel hidroalcohólico y ha incorporado un generador de ozono “para que limpie el ambiente ya que la puerta no podrá estar abierta y la ventilación será más complicada”.

Esta profesional pudo acogerse al cese de actividad y aunque ha recibido la ayuda para autónomos recuerda que la cuota del mes de marzo se cobró íntegra, cuando las peluquerías tuvieron que cerrar a mediados de mes. Arranz también se ha visto fuertemente afectada por el aplazamiento de las bodas y las comuniones, que se convertirán en los grandes eventos de octubre.

Dioni Barrera también afronta con ganas el regreso a la “rutina” ya que es “indicio de buena señal”. Desde la semana pasada, uno de los trabajadores de su empresa, Jorge Arrizabalaga, ha sido el encargado de coger citas a las clientas que son fieles a esta peluquería, ubicada en la calle Cronista Salcedo Hierro. Barrera cuenta con dos salones y será en uno de ellos en los que se atenderá a personas con necesidades especiales o a mayores.

Siguiendo la misma línea que las anteriores peluquerías, en la de Barrera tampoco se producirán aglomeraciones ni esperas, “sino que cuando salga una persona, entrará otra”. “Todo el mundo quiere ser el primero, sobre todo para tintes y también para cortes”, afirma este profesional. El aburrimiento durante la cuarentena y la necesidad ha llevado a más de uno a coger las tijeras y hacerse su propio look que ahora hay que enmendar.

El salón más grande de este centro se divide por secciones -corte, secado y dos de coloración- y en cada una de ellas sólo estarán un cliente y un profesional, que usará mascarillas y materiales desechables. El personal de limpieza contratado no irá una vez al día, sino que estará en la peluquería durante toda la jornada. Sobre las pérdidas ocasionadas por la crisis, Barrera manifiesta que “han sido importantes” aunque sus 38 años de trayectoria en el sector le permiten seguir a flote. “Sé de mucha gente que ha caído ahora, como también cayeron cuando nos subieron el IVA a un 21%. Siempre digo que nos echen una mano. Yo he tenido que acogerme a un ERTE y a las ayudas, pero estoy seguro que entre todos vamos a salir adelante. Ahora valoramos cosas que antes no lo hacíamos. No éramos conscientes de que éramos felices. Hay que ser optimista y empezar con buen pie”, enfatiza este profesional.

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