El día que Rafael Gómez entró en prisión
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Melilla. Málaga. Córdoba. Las últimas semanas de Rafael Gómez han estado marcadas por una decisión clave del empresario cordobés: dónde ingresar en prisión. Muchas han sido las confabulaciones que se han originado al respecto. Una visita a Melilla hizo saltar las alarmas sobre la idea de Gómez de ingresar en la cárcel de esta ciudad española. Sin embargo, pasadas poco más de las 18:30 de este lunes, el empresario cordobés hacía su entrada en la penitenciaría de Córdoba para cumplir condena una condena de cinco años y tres meses de cárcel por fraude a la Hacienda Pública.
Lo hacía acompañado de sus hijos y apurando hasta el último momento el plazo de cinco días que estableció el Juzgado de lo Penal número 3 de Córdoba. En el ambiente sobrevolaba la idea de que Gómez podría acogerse al llamado “día de gracia” que contempla la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Pero Gómez no ha querido retrasar más su ingreso en prisión.
Treinta minutos antes de la entrada, el yerno de Gómez hacía lo propio en compañía de otras dos personas que esperaban al empresario y a su familia. Triste y apesadumbrado. En el asiento del copiloto de un coche, conducido por su hijo Rafael, Gómez ha saludado a la prensa pero no ha querido hacer declaraciones. O no ha podido. Con un reflejo en la mirada de quien sabe que, a partir de este día, se inicia una nueva etapa. Ésta es la última imagen que han recogido las cámaras de quien “llegó al mundo” de la mano de la joya y la platería y que ahora, en prisión, empezará a saldar sus deudas con la justicia.
Esta condena sucede al delito de cohecho activo por el caso Malaya, que supuso para Gómez una pena de seis meses de prisión. Pero en esta ocasión, el empresario no entró en la cárcel ya que la condena fue sustituida por una multa de 12 meses con cuota diaria de diez euros; en total 3.600 euros y una multa de 150.000 euros.
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