Corazón jubiloso
Tres momentos que son muchos más. Tres postales que son más numerosas en realidad. Tres imágenes que representan a un conjunto más amplio. Esta vez, tres son las devociones. Esta vez, incontables son las sensaciones. Córdoba vive una jornada histórica este domingo, en la que sus cofrades se rinden a tres tallas únicas. Son tres de las advocaciones más veneradas de la ciudad. Una de ellas es principal motivo de la cita, grabada a fuego entre quienes la vivieran. Es la del Sagrado Corazón de Jesús, a la que está consagrada la capital desde hace 90 años. Precisamente esta efeméride motiva la procesión extraordinaria de la que también participaran San Rafael y Nuestra Señora de los Dolores. Tiene lugar de esta forma un puñado de instantes únicos.
Corazón jubiloso el de la Córdoba cofrade en la tarde noche del domingo, que alcanzó hasta la madrugada de este lunes. Era éste el día elegido para celebrar que en 1929 la ciudad se consagró a al Sagrado Corazón de Jesús. Entonces, hace nueve décadas exactas, se efectuó también la inauguración del monumento a dicha advocación en las Ermitas. También ese año, por tal razón, desfilaron de manera extraordinaria la talla principal de Córdoba de San Rafael y Nuestra Señora de los Dolores. La imagen del Custodio regresó a las calles de nuevo. En esta ocasión, la obra de Alonso Gómez de Sandoval no salió de su sede, la Basílica del Juramento, sino de la parroquia de San Andrés. A este templo fue trasladado el arcángel el viernes.
A las 19:00 estaba fijado el inicio de la jornada jubilar. Comenzó con exactitud en uno de los escenarios. Entonces, bajo un sol de justicia, el Sagrado Corazón de Jesús ya cruzaba, como hace cada año por estas fechas -las de su advocación-, las puertas de la Real Colegiata de San Hipólito. Desde la céntrica iglesia, que es sede de la imagen, partió entre el calor físico y humano acompañado de la Banda de Música Nuestra Señora de la Estrella. Lo hizo precedido por un cortejo en que se veían representadas la hermandad de la Buena Muerte, radicada en el mismo templo, y de las cofradías sacramentales de la capital. A esa hora debía comenzar también el tránsito por las calles de San Rafael. Sin embargo, la comitiva del Custodio arrancó su trayecto por Córdoba con un ligero atraso. Por delante del arcángel, que marchaba sobre el paso de María Auxiliadora, iban miembros de las corporaciones de Gloria. Los sones corrían a cargo de la Banda de Música María Santísima de la Esperanza.
Tampoco fue puntual el cortejo de Nuestra Señora de los Dolores, que había de dejar atrás el cocherón de salida de su hermandad, en Capuchinos, a las 19:30. Ocurrió un puñado de minutos después. En esta ocasión, la Señora de Córdoba anduvo con el acompañamiento de la Banda de Música Maestro Tejera de Sevilla, una de las más prestigiosas de Andalucía. Recorrió de nuevo la Dolorosa tras dos Viernes Santo de ausencia con el manto conocido como de las Palomas, una obra de arte de la que sólo pueden disfrutar los cofrades de la ciudad en jornadas como ésta, extraordinarias. La imagen de Juan Prieto avanzó con su habitual elegancia. Buscaba la confluencia de calles ante la que se levanta el Templo Romano. Fue allí donde las tres devociones se unieron en una sola comitiva.
El encuentro se produjo, debido a los anteriores, con cierto atraso. Además, tras el encuentro entre Claudio Marcelo, Capitulares y Diario de Córdoba tuvieron lugar varios desajustes que provocaron, por ejemplo, que hubiera cortes en Cardenal González o en el acceso a la Mezquita Catedral. Porque el primer templo de la diócesis era, por supuesto, el centro de la jornada. Al mismo llegó San Rafael sobre las 22:00, con más de media hora de retraso respecto del horario establecido inicialmente. El andar del Custodio por las naves catedralicias se desarrolló de manera majestuosa con la interpretación del Ave María de Schubert. Con cierta separación temporal siguieron al arcángel la talla del Sagrado Corazón de Jesús y Nuestra Señora de los Dolores, a la que precedían representantes de las hermandades penitenciales de la ciudad. Fue por encima de las 23:00 cuando la imagen de Juan Prieto cruzó la Puerta de las Palmas.
Con los atrasos producidos desde la tarde, calurosa como lo fue -pero menos, claro está- la noche, el camino de regreso a los distintos templos también se efectuó más tarde lo fijado. Sobre las 23:30 iniciaron su camino de vuelta, y anticipaban el final de una histórica jornada, las tres devociones cordobesas. Lo hicieron después del acto litúrgico en la Mezquita Catedral, que presidió el vicario general de la diócesis, Antonio Prieto, ante la obligada ausencia -por agenda- del obispo, Demetrio Fernández. Con el cielo ya plenamente oscurecido, San Rafael, el Sagrado Corazón de Jesús y Nuestra Señora de los Dolores recorrieron las calles en un domingo que se prolongó hasta el lunes para el recuerdo.
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