Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Ciudad deportiva, ¿problema resuelto?

Vallas publicitarias del Córdoba CF que fueron retiradas por orden del Ayuntamiento | MADERO CUBERO

Alfonso Alba

0

Rafael Gómez inició la construcción de las actuales instalaciones hace 20 años de manera irregular | Desde entonces, su legalización o construcción de unas nuevas instalaciones se había convertido en un asunto de ciudad

Entre 1996 y 1998, hace ya 20 años, el empresario y entonces presidente del Córdoba Club de Fútbol Rafael Gómez construyó una ciudad deportiva a la que le puso su nombre. Cinco campos de fútbol (tres de ellos de albero) sobre un suelo de su propiedad que encima estaba catalogado como de especial protección configuraron el lugar en el que los futbolistas del Córdoba Club de Fútbol iban a ir a entrenar, además de un espacio para las categorías inferiores. Por aquella construcción, Rafael Gómez, a través de su empresa Arenal 2000, fue multado por el Ayuntamiento. Aquella sanción acabó prescribiendo años después.

Entre 2001 y 2003, antes del caso de las naves de Colecor, Gómez comenzó a construir un graderío junto al campo principal con capacidad para 3.000 personas. La obra se hizo, nuevamente, sin permiso municipal. Los técnicos de Urbanismo llegaron a firmar hasta 27 resoluciones. Gómez, otra vez, fue multado. Pero la grada se construyó. Y el Córdoba Club de Fútbol siguió entrenando allí.

En 2006, el año en que Rafael Gómez fue detenido en la operación Malaya, el empresario de Cañero decidió firmar un acuerdo por el que cedía casi gratuitamente (un canon de 500 euros al año) la Ciudad Deportiva que iba a seguir llevando su nombre al Córdoba Club de Fútbol. Gómez se iba a encargar del mantenimiento, aunque el Córdoba podría realizar, según ese acuerdo, las obras que quisiera allí. El acuerdo de cesión se firmó por ocho años y caducó en 2014, cuando los suelos ya habían dejado de ser de Rafael Gómez y eran propiedad del grupo inmobiliario Tremón.

Mientras, cuando Prasa controlaba al Córdoba Club de Fútbol y el presidente era José Miguel Salinas, el equipo llegó a negociar una salida con el Ayuntamiento. El suelo de la Ciudad Deportiva seguía siendo de especial protección y el club asumía que para crecer necesitaba unas instalaciones más modernas. El Pleno aprobó la cesión de una parcela en Las Quemadas. El club tenía un plazo concreto para construir allí unas instalaciones que los mandatarios de entonces vieron con muy buenos ojos.

Pero en el año 2011 el Córdoba entró en concurso de acreedores y cambió de propietario. A Carlos González, el nuevo dueño, nunca le convenció la operación de Las Quemadas y buscó otra opción. Finalmente, se volvió a sentar con el Ayuntamiento, nuevamente como entre 1995 y 1999 en manos del PP, y logró que se le cedieran unos terrenos en el Parque del Canal. En 2015 hubo cambio en el Ayuntamiento, y una de las primeras decisiones del cogobierno de PSOE e IU fue la de no conceder licencia para que se iniciaran las obras de la Ciudad Deportiva.

Desde 2015 hasta el verano de 2016, el enfrentamiento entre el club y el Ayuntamiento ha sido total. Tanto públicamente como en los tribunales, de fondo estaba el proyecto de una Ciudad Deportiva que el club necesitaba. El Córdoba, a día de hoy, no tiene patrimonio inmueble. El estadio en el que juega los partidos es municipal. Incluso sus oficinas son municipales. Su único valor es el precio de sus jugadores. Y poco más.

Pese al enfrentamiento, a veces con mayor intensidad, las partes siempre trataron de resolver un problema enquistado. El club rechazó casi todas las opciones que el Ayuntamiento le puso delante. Nunca le gustó la opción de Rabanales, que fue en la que más insistió el Consistorio. Y finalmente optó por buscar suelo propio donde (entre comillas) hacer lo que quisiera. Fue entonces cuando antes de una entrevista con Cordópolis y tras varias informaciones publicadas en prensa, el club descubrió que la Ciudad Deportiva ya no era propiedad ni de Rafael Gómez (algo que el exconstructor y exconcejal siempre quiso afirmar) ni tampoco del grupo inmobiliario Tremón. El suelo ya era del Banco Popular, que había ejecutado hipotecariamente al grupo Tremón.

El club inició entonces una sigilosa negociación con el Banco Popular. González puso a uno de sus hombres fuertes al habla directamente con la entidad financiera. El Popular veía con muy buenos ojos la opción. El suelo de la Ciudad Deportiva solo lo podría comprar el Córdoba Club de Fútbol. ¿Quién si no necesita en la ciudad cinco campos de fútbol más un graderío de 3.000 espectadores? La entidad financiera, que no es precisamente la que mejores balances tiene de todo el sistema español, prefirió negociar la compra antes que un alquiler. El club siempre quiso tener ese patrimonio.

Ahora, el Córdoba Club de Fútbol tiene “guardado en un cajón” el dinero que tenía previsto invertir en la construcción de la ciudad deportiva del Parque del Canal, según admiten fuentes del entorno blanquiverde. González siempre habló de una cifra de 3,5 millones de euros. Aunque las fuentes precisan que la operación de compra se cerrará por una cantidad significativamente menor. La Ciudad Deportiva sigue estando construida sobre un suelo de especial protección.

No obstante, el suelo se puede acabar revalorizando. En el mandato anterior, el PP inició una innovación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) sobre todo el ámbito que preveía una ciudad del ocio. La innovación se inició entre una fuerte polémica (el PP llevó a los tribunales al PSOE y a IU por decir que se trataba de una operación de especulación urbanística) y no avanzó. Pero el trámite está iniciado y por tanto el suelo podría cambiar de calificación en breve.

Esa es la gran esperanza del Córdoba Club de Fútbol y también la del Ayuntamiento. La Ciudad Deportiva sigue siendo tan ilegal como cuando se inició su construcción hace 20 años, pero las últimas modificaciones urbanísticas (especialmente las de la LOUA) abren la puerta a que finalmente se pueda resolver un asunto que se había convertido en un auténtico problema de ciudad. Pero, ¿estamos ya al final del camino? Parece pronto para aventurarlo.

Etiquetas
stats