CCOO denuncia que Córdoba ha perdido 456 profesionales sanitarios desde 2012
Córdoba es la cuarta provincia andaluza que más empleo sanitario ha perdido porcentualmente desde 2012, por detrás de Málaga, Jaén y Sevilla. Concretamente, la provincia cordobesa ha perdido 456 efectivos, un 4,60% de la plantilla, que actualmente se sitúa en 9.458 personas, según datos del Boletín Estadístico del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas.
Así lo recoge en una nota el sindicato CCOO, que señala que, asimismo, la provincia representaba en 2013 el 10,42% del empleo sanitario de Andalucía, una cifra que ha bajado al 10,01% en la actualidad.
La Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO ha elaborado un nuevo análisis sobre los presupuestos sanitarios de las comunidades autónomas en 2018, en el que se constata que, a pesar del incremento del 5,45% del presupuesto de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía de 2018 con respecto a 2017 –alrededor de 500 millones de euros-, la financiación sigue siendo insuficiente para paliar los efectos perniciosos de los recortes aplicados durante la crisis, señala el sindicato.
Según evidencia este estudio, Andalucía es la segunda comunidad autónoma, tras Cataluña, con una mayor pérdida acumulada desde 2010, en torno a 6.664 millones de euros (este concepto se refiere a la suma de las pérdidas que se han ido atesorando en cada uno de los años con la aplicación de los recortes presupuestarios); la tercera, tras Cataluña y País Valenciano, en pérdida acumulada en el Capítulo 1 (personal) desde 2010, en torno a 1.000 millones de euros, y la que lidera el ranking de pérdida acumulada desde 2010 en el Capítulo 6 (inversiones), con algo más de 2.300 millones de euros.
El estudio de CCOO corrobora que “es urgente una reforma integral del sistema de financiación” con la que se garantice una inversión adecuada y mucho más justa de la atención sanitaria. Para ello, según este sindicato, se requiere un incremento del porcentaje del PIB que se dedica a la atención sanitaria (debe ser superior a los 10.000 millones de euros para acercarse al 7% del PIB desde el más que deficiente 5,7% actual) y un especial esfuerzo para aminorar las relevantes desigualdades que hay entre las comunidades autónomas.
Una muestra significativa de este déficit en la financiación es el estudio sobre la comparación entre presupuestos aprobados y gastos ejecutados, constatándose en Andalucía que, a excepción del año 2012, en el resto de los años los gastos ejecutados han sido superiores a los presupuestados, con un desfase presupuestario acumulado desde 2010 a 2016 de 2.120 millones de euros (la quinta en el conjunto del Estado). “Desfases presupuestarios que han supuestos parches insuficientes para paliar los problemas de saturación de los servicios, de déficit de plantillas y de listas de espera, que se dan de forma globalizada en Andalucía”, asevera el responsable de Negociación Colectiva de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO de Andalucía (FSS-CCOO Andalucía), Jesús Cabrera.
Por su parte, en 2018 el empleo del sector sanitario público en Andalucía experimenta un crecimiento de 3.452 plazas con respecto a 2017 (3,77%), derivado fundamentalmente de la aplicación de la jornada de 35 horas pactada en el Acuerdo de Función Pública de Andalucía, “en el que participa muy activamente CCOO”. Aun siendo positivo el cambio de tendencia con respecto a años anteriores, en Andalucía sigue existiendo un importante déficit de plantilla, con una plantilla menor en 965 efectivos con respecto al año 2012 (la tercera comunidad con un saldo negativo más alto, tras Castilla La Mancha y Baleares).
“El Acuerdo de Empleo firmado el pasado 9 de marzo por CCOO en la negociación de empleados públicos de ámbito estatal y refrendado posteriormente en Andalucía por CCOO el 13 de julio representa un elemento fundamental para la recuperación del empleo al posibilitarse el sobrepasar la tasa de reposición de efectivos hasta un 108%”, mantiene Cabrera.
En materia de conciertos sanitarios, Andalucía es una de las comunidades autónomas que menos porcentaje dedica del total del gasto sanitario a los conciertos con entidades privadas (la cuarta en el conjunto del Estado con un peso menor, el 4,07% en 2016), con una tendencia negativa que se inicia en 2015 tras las subidas que se registraron en los años más duros de la crisis. “Aunque, por otro lado, hay que denunciar los intentos por parte de la Administración de incrementar el peso de las externalizaciones en servicios como el mantenimiento o la hostelería”, añade el dirigente sindical.
Una de las consecuencias más negativas de la deficiente financiación del sistema sanitario público andaluz es el cada vez mayor peso que tiene el gasto sanitario de las familias, donde desde 2013 el gasto sanitario por persona se ha ido incrementando paulatinamente desde los 259,44 euros hasta los 379,95 euros en 2018, en una comunidad que tiene el mayor porcentaje de desempleo del Estado, lo que fomenta que su población “deba realizar un mayor esfuerzo” en gastos de salud con respecto a su renta media (un 4,14%).
Aun teniendo en cuenta que Andalucía es la tercera comunidad con la tasa más baja de pacientes en listas de espera quirúrgica por cada 1.000 habitantes (8,35 en 2017, sólo por encima de Madrid y Euskadi) y que el dato medio de tiempo de espera quirúrgica de 78 días está por debajo de la media nacional de 106 días, en 2018 prosigue la senda de empeoramiento. De esta forma, Andalucía es una de las tres comunidades, junto con Extremadura y Madrid, en las que se ha incrementado el porcentaje de pacientes que llevan esperando más de seis meses en las listas de espera quirúrgica y donde ha aumentado de 76 días en 2016 a 78 días en 2017 el tiempo medio de espera quirúrgica, mientras que el promedio estatal ha descendido de los 115 días en 2016 a los 106 en 2017.
En cuanto al barómetro sanitario, Andalucía es la segunda comunidad, por detrás de Canarias, en la que la puntuación sobre su sistema sanitario es más baja (6,27 puntos de promedio) y también es la segunda, tras Asturias, con mayor porcentaje de personas que opinan que la calidad de la atención sanitaria ha empeorado. “Obviamente es una consecuencia lógica de que Andalucía sea la comunidad autónoma con menor gasto sanitario por habitante, a lo que se unen relevantes deficiencias de gestión que agravan aún más la situación de descontento de un porcentaje cada vez mayor de la población”, indica Cabrera.
Como dato positivo, se destaca una vez más que Andalucía es la segunda comunidad autónoma, tras la Rioja, donde menos ha crecido el gasto farmacéutico, un 9,75% en el periodo 2014-2017, teniendo en cuenta “el muy relevante gasto” que ha supuesto el tratamiento contra la hepatitis C.
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