Un batallón de 'teleprofesores' para sostener la educación durante la cuarentena
El despertador ha sonado, como cada día laborable, para cientos de maestros y profesores de la provincia de Córdoba. Pero, desde este lunes, ese primer sonido no va acompañado después del timbre del colegio ni del instituto. Porque todos, trabajan ahora desde casa. Desde el 16 de marzo, el teletrabajo se ha convertido en la herramienta de los docentes para intentar seguir el curso con sus alumnos, después del confinamiento decretado por la crisis sanitaria del coronavirus y que ha descolocado a todos.
De un día para otro, han abandonado las aulas, los pasillos de su centro educativo, la sala de profesores y el contacto con sus alumnos. Son un batallón de teleprofesores que siguen al pie del cañón -al otro lado de la pantalla de su ordenador-, para que sus conocimientos sigan formando a miles de estudiantes. CORDÓPOLIS ha hablado con algunos de ellos, profesores y profesoras que cuentan su nueva rutina a distancia para sostener el pilar de la educación.
Javier, profesor en el IES Grupo Cántico, imparte clases a alumnos de Secundaria obligatoria. Valores éticos es la asignatura que aborda con chavales de 1º y 4º de ESO y que, en estos días se encuentra con “dificultades” en los servidores para soportar el exceso de demanda en las plataformas educativas que utiliza -iSeneca, iPasen, Helvia-. En su caso, también ha comenzado a utilizar con su alumnado una wiki, un sistema de trabajo informático que permite también a los chicos editar y grabar contenidos, además de canales “no convencionales” como classroom o classdojo.
“Estamos aprendiendo cada día” asegura, porque “se trata de una situación completamente novedosa para todos”. Una situación que, según Cristina -profesora de Lengua y Literatura en el IES Ángel de Saavedra- “va a servirnos a los profesores para hacer una especie de formación intensiva en competencia digital docente, creando materiales y usando distintos recursos”.
“No hay que correr de un aula a otra”
En su caso, es profesora de estudiantes de 2º ESO y de 1º de Bachillerato, y en estos días su horario “es flexible”, con tramos de trabajo de 8:30 a 10:30; de 12:00 a 13:30; de 18:00 a 19:30... “Pero puedo hacer pausas sin esperar a que toque el timbre ni correr de un aula a otra”, cuenta. A golpe de clic cambia de alumnos sin moverse del sitio.
Cristina explica que, en su centro, cada tutor, ha hecho un cuadrante con las materias de la semana, para recopilar lo que se va a ir aprendiendo en cada una de ellas. “Cada profesor, por su parte, está en contacto con los alumnos a través de la plataforma Google Classroom que ya usábamos como apoyo desde septiembre”, además de utilizar otros medios de apoyo como Google Meet para vídeo conferencias o Drive.
Los teleprofesores encargan material y tareas a los alumnos, con un plazo de entrega, las corrigen, las evalúan y las devuelven a los chicos, como si estuvieran en clases presenciales. Pero se deben ocupar también de alumnos que no tienen un acceso fácil a internet. “Les entregué el viernes pasado un cuadernillo en papel y sus compañeros, por whatsapp, les pasan las instrucciones”, cuenta sobre cómo han solventado esta situación de momento.
Los alumnos van respondiendo, enviando dudas y tareas resueltas. “Trato de animarlos a que se impongan un horario de estudio, pero también a que lean, escuchen música y aprovechen esta experiencia para otras actividades inusuales como colaborar en las tareas de casa”. Y hace una advertencia a los padres y madres: “Su papel en Secundaria y Bachillerato sólo debe consistir en conversar con sus hijos y pedirles cuentas de su rendimiento académico; en ningún caso deben ponerse con ellos a estudiar”.
Por la misma experiencia pasa Pilar, otra compañera del claustro del IES Ángel de Saavedra, profesora de Inglés al alumnado de 1º y 4º de ESO -de 12 a 16 años-. Intenta mantener también una rutina y que los chicos también la tengan pese “a esta situación de excepcionalidad”. Mantiene el contacto con sus alumnos con las mismas herramientas, elabora las actividades, las corrige y las vuelca en la plataforma y ha usado, “sobre todo al principio para informar, calmar y atender dudas”, las videoconferencias. Cada día, sube a la plataforma las actividades para el día siguiente, en un intento de aplicar una rutina sobre la situación.
'Diario de una cuarentena o cómo proseguir la enseñanza'
Su día termina escribiendo el diario que ha abierto como recordatorio de esta experiencia, “que no deja de ser una oportunidad de aprendizaje en todos los sentidos, académico y humano” y que refleja en Diario de una cuarentena o cómo proseguir la enseñanza. “Esta experiencia está siendo una oportunidad de aprendizaje, no solo con el alumnado, sino también en el claustro de profesorado”. Y sobre los chavales, confiesa que “me ha sorprendido su capacidad de adaptación a esta nueva situación para todos. Enseguida han comprendido que su formación continúa por otros medios no presenciales”. De hecho, los alumnos van a comenzar a hacer su propio diario en inglés de manera colaborativa y a través de la cuenta de Instagram @iesangeldesaavedrab sobre la experiencia de esta cuarentena en casa.
Pilar también recuerda el papel “imprescindible” de padres y madres en esta batalla educativa, también a distancia, “y ahí han de estar, interesándose, preguntando”. A ellos, a los alumnos y a toda la comunidad educativa, lanza un mensaje: “No debemos agobiarnos. No podemos aprender todas las maravillosas herramientas, aplicaciones, etc. que existen en dos días. Nadie nos lo ha pedido tampoco. Seguro que nuestra actuación en la docencia virtual no será perfecta, adolecerá de falta de experiencia, pero es lo que tenemos y con estos mimbres, hemos de seguir haciendo el cesto”.
120 emails de alumnos en un solo día
En esa tarea está también María, directora de la cooperativa de enseñanza Greguerías, de Fernán Núñez. Allí imparten clases de Secundaria, FP Básica y ciclos formativos, de Jardinería y Floristería y Servicios Auxiliares de Enfermería, además de ciclos privados de Documentación Sanitaria y Emergencias Sanitarias. María da clases de Francés en Secundaria, de 1º a 4º de ESO. Este mismo año, comenzaron con la formación del profesorado en Google Classroom, algo que les facilita ahora el teletrabajo. “Con esto, pues nos hemos tenido que poner más las pilas. Vamos preparando materiales y se los enviamos a los chicos, en proporción al número de horas de la asignatura. Con el hangouts podemos hacer videollamadas grupales para resolver dudas, explicar algo. Pero la disponibilidad está siendo las 24 horas, porque entre preparar material y corregir lo que mandas....”, hay profesores del centro que en un sólo día tenía 120 emails de alumnos en la bandeja de entrada.
La respuesta que se han encontrado en estos primeros días por parte de los alumnos “es buena en general”, salvo los problemas de algunos chicos que no tienen ordenador y deben trabajar por el móvil o quien no tiene internet en casa y debe tirar de datos. “Para ser el segundo día, vamos más o menos bien, a ver si arrancamos y ya todos cogen el hábito del trabajo y se solucionan los pequeño problemas”.
Y, a todo esto, María llama la atención sobre algo con lo que también tienen que luchar estos días muchos profesores: “A este trabajo, tengo que sumarle, que estoy en casa con dos niñas, de 3 y 6 años, a las que también les mandan tareas”. “Vamos, que de ver series de Netflix y los conciertos estos gratuitos a mí no me da tiempo”.
Horario de “24 horas”
Otra integrante del batallón de teleprofesores que se ha conformado en estos días es Marta, que da clases de Música a alumnos del 4º ESO en el IES Alhaken, y explica que el horario es “de 24 horas. Con classroom es un aula virtual donde trabajamos a tiempo real. Los alumnos tienen dudas a cualquier hora y se las intento resolver lo antes posible para que puedan seguir trabajando”, explica.
Pudieron dar la primera clase de manera presencial para enseñar el manejo de los dispositivos a los alumnos y, a partir de ahí, “cada lunes los alumnos reciben el trabajo correspondiente a las horas asignadas a la materia. Les doy un plazo razonable para realizar las tareas propuestas con la ayuda de tutoriales propios de flauta, canto, fotocopias, libro de texto, etc...Ellos van preguntando dudas en el momento que se ponen a trabajar y se las resuelvo inmediatamente”, relata, siempre que la conciliación, con las dos niñas pequeñas que tiene en casa, se lo permite.
“Cada día recibo vídeos de canto de los niños, tareas escaneadas a través de CamScanner (funciona genial), vídeos tocando la flauta, tareas teóricas, etc... También los invito a aprovechar todas las suscripciones gratuitas que estamos recibiendo (ópera en directo, conciertos, partituras antiguas de biblioteca de la Unesco”, apunta y señala que la respuesta de los alumnos en estos primeros días está siendo muy satisfactoria. “Adoran las nuevas tecnologías y trabajan genial en casa, sin distracciones, a su ritmo”.
Como anécdota, confiesa que “todos trabajamos en pijama” y lanza una reflexión: “Es necesario que dupliquemos nuestro trabajo si hace falta para que nuestros jóvenes se distraigan en estos días difíciles y qué mejor manera que con su propia educación. Es la obligación del profesorado y el derecho de los alumnos”.
“Deben entender que esta situación extraordinaria no son vacaciones”
Como para todos, la situación es nueva también para Blanca, es profesora en el Colegio Nuestra Señora de las Mercedes en Geografía e Historia de 1º y 2ª de ESO, Geografía y Ciudadanía en 3ª ESO e Historia en 4º de ESO. En su centro han establecido un protocolo de atención y seguimiento académico durante la alerta por el coronavirus. Explica que las familias tienen habilitada la plataforma LcIbérica como herramienta principal de comunicación con el profesorado y los tutores, y sirve también para planificar y pautar el trabajo diario, que se envía cada día antes de las 20:00 para que los alumnos lo tengan al inicio de la jornada siguiente.
Google Clasroom, libros digitales, un blog, Youtube y la plataforma conforman la caja de herramientas con las que llevar a cabo su tarea en estos días, donde se establecen horarios para tanto para atender a las familias como el habitual de los alumnos. “La comunicación con familias y alumnos es fluida, rápida. Cualquier duda que pueda surgir respecto a la tarea se comunica al profesor del área concreta”, explica.
Por ahora, explica, “las familias nos transmiten que los alumnos están concienciados con la situación, que trabajan lo pautado siguiendo el horario escolar. Es importante que se siga manteniendo la rutina diaria” y, advierte: “Es muy importante que el alumno entienda que es una suspensión temporal de las clases como consecuencia de la situación extraordinaria que estamos viviendo no es un periodo de vacaciones”. Y lanza un mensaje final, para toda la comunidad educativa, para toda la sociedad: #LaVacunaEresTú #YoMeQuedoEnCasa.
“Divertido y emotivo”
Delante del ordenador estos días también está Constantina, profesora de Lengua castellana y Francés en Secundaria en el Colegio Ferroviario de la capital. Mantiene un horario adaptado a la situación con tiempo para las clases -explicaciones y dudas- que se pueden resolver por videonferencia o chat, además de las horas extra para planificar las clases y corregir las actividades.
Las herramientas de Google for Education permiten tener un sistema para hacer de teleprofesora ahora, además de herramientas como Classroom y videoconferencias. Para los chavales, cuenta, todo es novedoso también: “Es la primera vez y ha sido divertido y emotivo. Divertido porque nos encontrábamos de una manera distinta a la habitual, cada uno en su casa con los recursos que cada uno tiene, y emotivo porque no se trataba simplemente de explicar, de hablar de asignaturas, sino también de contactar, preguntarles qué tal están e intentar mantener una cierta rutina y normalidad en este día a día tan
diferente“.
Como otros profesores, se encuentra con ciertas dificultades técnicas y de disponibilidad de recursos entre el alumnado, “pero buscaremos fórmulas” para llevar adelante la tarea. “No se trata de saturar con trabajo, pero sí de mantener alguna rutina y continuar con
el proceso de enseñanza con los medios que ahora mismo tenemos al alcance“.
Constantina tiene claro que “todos y todas, desde el más tecnológico al más analógico -de los profesores- nos hemos volcado en ayudarnos, enseñarnos y mejorar nuestras habilidades y en poder dar respuesta a la situación a la que esta pandemia nos ha llevado”.
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