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Baquerín pregunta por la gestión y adjudicación de la Calahorra

La Torre de la Calahorra, al fondo, vigilando el Puente Romano | MADERO CUBERO

Alfonso Alba

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El concejal de UCOR cuestiona que los actuales gestores, que lograron una cesión municipal en 1987, estén cumpliendo el contrato y reclama al Ayuntamiento que lo investigue y lo rescinda en caso de que sea irregular

El concejal de Unión Cordobesa (UCOR) Carlos Baquerín ha remitido un escrito al alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, en el que pregunta por la adjudicación y gestión actual de un monumento de titularidad municipal: la Torre de la Calahorra. El concejal de UCOR pregunta al Consistorio que determine si los actuales gestores, que lograron una cesión municipal en 1987 por un periodo de 49 años, están cumpliendo el convenio que en su día se firmó, y en caso de no ser así que lo rescinda.

En un extenso documento, Baquerín reclama al Ayuntamiento que revise el convenio, ya que llama la “atención sobre la inexistencia en este caso ( y en otros, y más allá del mero control contable) de un proceso reglado o consensuado de control efectivo y continuado que permita velar de forma periódica por la correcta observancia del cumplimiento de las condiciones contractuales”.

En este sentido, el concejal de UCOR relata en su escrito que la gestión de la torre de la Calahorra fue cedida a Roger Garaudy (polémico escritor francés por sus opiniones sobre el Holocausto), que actuaba como presidente y en representación de la entidad suiza Institut pour le Dialogue des Cultures, del denominado Centro Europeo para el Renacimiento del Espíritu de la Universidad Ecuménica de Córdoba. “Pese a los reparos iniciales (que constan en el expediente) de todos los grupos del Pleno sobre la viabilidad administrativa de la propuesta (a excepción de IU), se procedió el día 21 de octubre de 1986 a la desafectación del bien dominio público, y al cambio de uso (ahora sería privativo) de la Torre de la Calahorra”, explica Baquerín.

La concesión se hizo por un periodo de 49 años (empezaron a contarse desde el día 29 de diciembre de 1986, luego terminaría el 29 de diciembre del año 2035). En el contrato, se especificaba que “la Torre de la Calahorra constará de museo, espectáculos audiovisuales y una biblioteca dinámica de microfilms. Se otorgará anualmente un Premio Literario Internacional a las obras más significativas relacionadas con el fin de la concesión”, señala el edil. Además, el Ayuntamiento accedía a que el adjudicatario recaude y se apropie del precio de las entradas (“en 2014 pudo rondar los 250.000 euros, aunque el dato está pendiente de verificación”, señala el edil). También se le cedía mobiliario de titularidad municipal, que Baquerín asegura que ya no está en la Calahorra.

Pocos años después, en los 90, Baquerín señala que la entidad de Garaudy cambió de presidente y también de nombre, sin que conste en el expediente municipal. También señala que muchas de las actividades previstas en la Calahorra se desplazaron a otra entidad en la Casa del Bailío regida por la Fundación Paradigma.

Por eso, el concejal concluye que “el edificio de la Torre de la Calahorra a fecha de hoy, no parece albergar ninguna clase de biblioteca, contraviniendo, de ser así, lo dispuesto en el citado contrato y la misma oferta presentada al concurso por el adjudicatario que la situaba en la sala XII”. También señala que “se aprecia a simple vista un importante desequilibrio entre el valor y la entidad de los contenidos museísticos de la Torre de la Calahorra expuestos y explotados por el gestor del servicio y el gran valor y potencial como BIC del inmueble demanial”.

En este sentido, el edil ruega al Ayuntamiento que “que se proceda a valorar en atención a lo anterior y al interés público, y de manera objetiva y técnica, la actual rentabilidad económica y social de la cesión de este servicio municipal y del edificio de la Torre de la Calahorra a una entidad privada, su justificación y si pudiera ser conveniente, en defecto de causa legal de rescisión, negociar con el supuesto adjudicatario una extinción voluntaria del contrato”.

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