El avión cultural 'crecerá' con una terminal-auditorio
El Ayuntamiento aprueba una propuesta que prevé una inversión de 1,22 millones y la construcción de una especie de 'finger' como gran mirador hacia el casco histórico
Lejos de desmontarlo, el Ayuntamiento de Córdoba le va a dar un uso al avión cultural instalado en el Balcón del Guadalquivir totalmente inesperado. La Junta de Gobierno Local ha aprobado una propuesta para construir una especie de terminal-auditorio con capacidad para 450 personas junto al avión cultural DC-7.
El proyecto, absolutamente vanguardista y novedoso, es de la empresa Balcón de Córdoba, prevé una inversión a tres años de 1,22 millones de euros y la creación de 18 puestos de trabajo. El Ayuntamiento recibirá, a cambio, un canon anual de 12.500 euros.
Esta especie de terminal-auditorio será una prolongación del propio avión con una construcción de arquitectura “semiefímera”, según la definen sus propios promotores en la memoria del proyecto. El objetivo es la construcción de unos 800 metros cuadrados más en la zona sobre la que está el avión. La terminal-auditorio aprovechará las terrazas del montículo sobre el que descansa el DC-7 para disponerse como una especie de finger en rampa. Es decir, se imitarán los brazos articulados por los que acceden los pasajeros al interior de los aviones. El objetivo fundamental de esta terminal-auditorio, que estará abierta en un espacio diáfano, es el de convertirse en una terraza-mirador hacia el casco histórico de la ciudad.
Además, el proyecto prevé la instalación de una cafetería (que no estará anexa a la terminal, sino alejada en una construcción independiente) que dé servicio a esta especie de terraza-mirador gigantesca en la que se podrán desarrollar todo tipo de actividades culturales al aire libre.
Las obras se desarrollarán a lo largo de tres fases y tendrá una duración máxima de tres años. En la primera fase se construirá la cafetería, que estará en marcha a los tres meses de poner la primera piedra. La segunda fase consistirá en la unión del avión con la terminal (se podrá acceder ya al interior del DC-7, tal y como estaba previsto en un inicio). Estos trabajos durarán, según la memoria del proyecto, otros seis meses. Por último, se construirá el auditorio con capacidad para 450 personas. Estas obras durarán algo más y se extenderán durante tres años.
Como el objetivo es configurar la zona como un mirador hacia el casco histórico, el proyecto prevé la retirada de una torreta de iluminación y el trasplante de varios árboles del Balcón del Guadalquivir. La rampa (o finger) de acceso al interior del avión estará construida con placas, estructuras metálicas y toldos.
Los espacios se distribuirán de la siguiente manera. Existirá un bar-cafetería de 300 metros cuadrados. A través de todas las rampas en las que se distribuye la terminal se construirán un total de cinco terrazas, una de ellas cubierta. Las otras cuatro tendrán una superficie de 210 metros cuadrados, de 140 metros cuadrados y de 105 metros cuadrados. Por último, existirá una quinta terraza-escenario de 70 metros cuadrados. Todas con vistas al Guadalquivir y al casco histórico.
El avión cultural se instaló en el Balcón de Miraflores no sin polémica. El aeroplano, que estaba abandonado en el aeropuerto, es una donación de un particular al Ayuntamiento. El avión se instaló en plena carrera de la ciudad por conseguir la Capitalidad Cultural Europea. De hecho, la aeronave aún conserva los logos de Córdoba 2016. El avión se instaló en marzo del año 2011. Desde entonces, está sin uso. Para su instalación fue necesario movilizar un enorme dispositivo de 40 policías locales, guardias civiles, miembros de Protección Civil y operarios municipales.
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