Los abogados de la 'manada' buscan el archivo del caso en Pozoblanco
(ACTUALIZADO A LAS 15:05)
“Esto debería concluir con el archivo de las diligencias”. Agustín Martínez es el abogado de dos de los procesados por la presunta violación de una joven de 21 años en Pozoblanco. Los acusados están en prisión desde el pasado 7 de julio, cuando supuestamente también habrían agredido sexualmente a otra chica, de 18 años, en Pamplona.
El letrado considera que en su declaración de este viernes la joven ha incurrido en “numerosas contradicciones”, aunque no se ha querido referir al vídeo grabado por los encausados y principal prueba de cargo, al considerar que las defensas están tratando de que se anule. “El vídeo no debería formar parte del sumario”, ha considerado el letrado, al considerar que la Policía Foral de Navarra llegó a él por otra investigación, la que inició el día de San Fermín. Este extremo ha sido negado por el abogado de la joven, Blas Arévalo. “Esa es su visión. Nosotros entendemos que no ha sido así”, dijo, en un tono muy prudente.
En cuanto a la declaración de la chica, el abogado de dos de los investigados ha reconocido que la joven ha dicho no recordar nada de lo que supuestamente sucedió en el vehículo, cuando habría sido violada por cuatro de los acusados. Además, ha insistido en sus contradicciones sobre todo con su primera declaración ante la Policía Foral de Navarra. “La palabra que más ha dicho es no recuerdo”, afirmó Agustín Martínez, durante un receso de las diferentes comparecencias.
Al contrario, el letrado de la víctima ha insistido en que la chica siempre ha defendido lo mismo, que no recuerda nada de lo que pasó dentro del coche. También que la joven ha estado este viernes “muy nerviosa” durante su declaración por lo “mal que lo está pasando”. A partir de ahora, espera que la jueza de Pozoblanco siga adelante con la instrucción y que dicte la apertura del correspondiente juicio oral, ya en la Audiencia Provincial de Córdoba.
La joven ha declarado durante cerca de dos horas. Citada a las 10:00, salió de la sede judicial acompañada de su familia y por una puerta lateral poco antes de las 12:00. Tras ella, han ido declarando hasta siete testigos. Muchos de ellos propuestos también por la defensa de la joven. Algunos eran amigos de la chica y otros testigos de lo que supuestamente pasó en la noche de autos, durante la feria de Torrecampo.
En concreto, los abogados defensores han propuesto cuatro testigos (dos porteros del local de Torrecampo donde se inició el contacto de la chica con los presuntos agresores, un compañero más y la novia de uno de los arrestados en Pozoblanco). La acusación ha citado a tres personas, amigos de la víctima, que estuvieron con ella antes y después de la presunta agresión.
A partir de ahora, tan solo queda una última prueba pericial, un informe forense sobre la chica, casi seis meses después de los hechos. Después, la jueza podrá tomar una decisión concreta, o el archivo y la apertura del juicio oral.
Los cuatro acusados de la agresión sexual múltiple en Pozoblanco se negaron a declarar cuando fueron preguntados por el vídeo en el que grabaron los hechos y los mensajes que se cruzaron en la red social. Los cuatros investigados, a los que se les tomó declaración a través de videoconferencia, se acogieron a su derecho a no declarar sólo en lo referente a lo ocurrido en el interior del vehículo donde supuestamente se produjo la violación en Los Pedroches y en relación a los mensajes de whatsapp.
El Juzgado de Pozoblanco continuará practicando las diligencias de investigación pertinentes para averiguar lo sucedido, mientras que los cuatro jóvenes continuarán en prisión por orden del Juzgado de Instrucción número cuatro de Pamplona. En este sentido, la acusación particular que defiende a la víctima ha pedido la declaración del conjunto de los integrantes del grupo de whatsapp.
Por otra parte, los abogados de los cuatro procesados por la presunta agresión sexual a una joven de 21 años en Pozoblanco ya pidieron a la jueza de Instrucción del municipio que la chica vuelva a declarar. Uno de los abogados de los detenidos, Luis Romero, detalló que los abogados de los cuatro acusados se iban a acoger al principio procesal de contradicción para volver a pedir que declare la joven víctima, que ya lo hizo ante la jueza pozoalbense. Además, reclaman la repetición de las diligencias sobre la declaración de tres testigos que contaron a la jueza de Pozoblanco su versión de los hechos la semana pasada sin estar presentes los abogados de las defensas.
La jueza dijo que iba a responder el escrito de la defensa, en el que el abogado reclama que se declare como “nula” la prueba del vídeo filmado por los propios acusados. El letrado considera que se ha hecho una “causa general” sobre los procesados, al investigar en sus teléfonos móviles sobre hechos anteriores a los originales: la supuesta agresión sexual durante San Fermín.
Además, en el Juzgado declaró el agente de la Policía Local de Pozoblanco al que la joven comunicó lo que le había pasado y otro testigo más con el que la chica habría hablado durante la noche en que ocurrió todo.
Los hechos ocurrieron en la madrugada del 30 al 1 de mayo. La joven había acudido a la Feria de Torrecampo en compañía de unos amigos. Sin embargo, cuatro de los cinco detenidos por los hechos de San Fermín la abordaron y le propusieron llevarla en su coche hasta Pozoblanco. En el trayecto, según consta en el informe de la Policía Foral de Navarra y asumido por el Juzgado de Instrucción de Pamplona, los cuatro acusados habrían drogado con burundanga a la chica y habrían abusado de ella.
La joven, cuando ocurrieron los hechos, lo comentó con amigos y un policía local. No obstante, el agente no le creyó y la chica desistió de interponer la denuncia, según consta en el sumario.
Ahora, cinco meses después de los hechos, el hallazgo del vídeo y el trabajo de la Policía Navarra han hecho que se reactive el caso (que nunca llegó a ser denunciado). Así, el juez de Pamplona ha decidido enviar a Pozoblanco la instrucción. El magistrado cordobés tendrá ahora que tomar declaración a la víctima y a los cuatro imputados.
En el auto firmado por el juez de Pamplona, el magistrado considera que “resulta indiciariamente acreditado” que A. J. C. E. ofreció a la denunciante acompañarla a su domicilio en un vehículo, donde nada más entrar y tras sentarse en el asiento del copiloto cayó “en un estado de profunda inconsciencia”.
En el vehículo se montaron también J. A. P. M., J. E. D. y A. M. G. E. y mientras este último conducía “todos ellos le tocaban los pechos” y A. J. C. E. le “besaba en la boca, riéndose entre ellos de la víctima”. Según añade el magistrado, la llevaron luego hasta la localidad de Pozoblanco, donde se despertó “completamente desnuda en el asiento de atrás” y con el mono y las medias rotas.
La joven se vistió y se colocó en el asiento del copiloto, momento en el que A. J. C. E. le requirió “para que le hiciera una felación”. Ante la oposición de ella, según relata el juez, el investigado la golpeó “dos veces en la cara y otra en el brazo”. Acto seguido, la empujó fuera del coche y la insultó.
Los tocamientos practicados en el vehículo fueron grabados por J. A. P. M. con el teléfono móvil de A. M. G. E., creando dos archivos de vídeo, el segundo de los cuales fue compartido en un chat denominado “Manada”, en el que posteriormente se refirieron a la víctima como “la bella durmiente”. Desde esa conversación, el investigado J. A. P. M. difundió ese vídeo en otro chat llamado “Peligro” en el que participaba A. B. F, el quinto procesado por la supuesta violación de los Sanfermines.
Estos hechos, según detalla el juez, están tipificados en el artículo 181 del Código Penal como cuatro delitos de abuso sexual, delitos de los que aparecen como autores los cuatro investigados. Asimismo, el magistrado imputa a A. J. C. E. un delito de lesiones.
Para la concreción del relato de los hechos y la valoración de los indicios de criminalidad, el magistrado ha tenido en cuenta “principalmente el relato de la víctima en su denuncia, el clarísimo contenido de los archivos de vídeo”, “las fotografías que la víctima hizo de las lesiones sufridas”, la comunicación del incidente a terceros y los datos obrantes en el atestado presentado por la Brigada de Delitos contra las Personas de la Policía Foral de Navarra.
En cuanto a la calificación jurídica de los hechos, el juez estima que con arreglo al artículo 181 del Código Penal “se consideran abusos sexuales no consentidos los que se ejecuten sobre personas que se hallen privadas de sentido o de cuyo trastorno mental se abusare, así como los que se cometan anulando la voluntad de la víctima mediante el uso de fármacos, drogas o cualquier otra sustancia natural o química idónea a tal efecto”.
A este respecto, el magistrado abunda en el propio relato de la víctima en cuanto a la forma en la que se despertó sin tener conocimiento “de nada de lo ocurrido” en el periodo intermedio, así como en “la profunda inconsciencia que se aprecia en los vídeos sin que la víctima se despierte a pesar de los besos y tocamientos y de las risas de los investigados”.
En este sentido, el juez también resalta que la joven describió la inconsciencia como “repentina en el mismo momento de introducirse en el turismo”, la referencia posterior a ella como la bella durmiente, así como los comentarios en el chat “Peligro” tras compartirse el segundo vídeo con menciones sobre la posible utilización en los hechos de burundanga, en referencia al alcaloide escopolamina o hioscina que actúa como depresor de las terminaciones nerviosas y del cerebro, sustancia de efectos sedantes similar a la atropina que ha sido detectada en usos delictivos para dejar inconscientes y luego amnésicas a las víctimas, singularmente en ataques sexuales.
La supuesta utilización de esta sustancia, razona el magistrado, explicaría la referencia posterior en el chat “Veranito” por parte de A. B. F., quien participaba en el chat “Peligro” en el que también se compartió el segundo de los vídeos, “a la voluntad de llevar para el viaje a Pamplona burundanga”.
0