Casi 50 imputados y diez piezas: la macrocausa del excomisario cordobés Villarejo cumple dos años
La causa 96/2017, conocida como Operación Tandem o caso Villarejo ha cumplido dos años de investigación convertida ya en una macrocausa que tiene a cerca de 50 personas en la lista de imputados y se estructura en 10 piezas separadas que previsiblemente, serán más, dada la multiplicidad de negocios que llevaba a cabo su principal protagonista, el comisario jubilado nacido en El Carpio (Córdoba) -en prisión provisional-, José Manuel Villarejo, y que se van destapando a medida que avanza el análisis de la ingente documentación que se le intervino.
Las actuaciones se articulan en una pieza principal o King, que investiga la organización criminal al hilo de unos trabajos en Guinea Ecuatorial, y diez proyectos del comisario: Pieza 1, que implica al comisario Carlos Salamanca; Iron, en relación al espionaje a un bufete de abogados; Land, sobre la herencia de los Cerededa; Pit, en torno a una extradición a Guatemala; Cinco, sobre los audios de Corinna; Pintor, por la extorsión a un ex juez; Kitchen, que indaga el espionaje al popular Luis Bárcenas; Marbella, sobre un empresario; BBVA, que es una causa en sí misma por la cantidad de encargos bajo la lupa; y Pieza 10, sobre revelación de secretos de Podemos.
Estas líneas de investigación suman ya cerca de 50 investigados, parte de ellos por su presunta colaboración con la organización “parapolicial” mafiosa que según los fiscales Anticorrupción, habría liderado Villarejo, como el abogado Rafael Redondo, el ex UCAO Enrique García Castaño, Salamanca, el empresario Adrián De La Joya o el expolicía Antonio Bonilla.
En otros casos, son clientes que contrataron al comisario a sabiendas de su condición de policía y de sus cuestionables métodos, de acuerdo a los cargos que se les imputan, como cohecho. También hay investigados por su supuesta colaboración con esos proyectos facilitando información privada a Villarejo, por ejemplo, o salpicados en otros delitos como la malversación a medida que Anticorrupción tiraba del hilo.
Cambio de juez y desencriptado
Mucho ha cambiado desde el momento en que se abrieran las primeras diligencias con la denuncia de un pagafantas en abril de 2017. El entonces fiscal jefe Anticorrupción Manuel Moix -ahora es Alejandro Luzón- encargó al fiscal recién llegado en comisión de servicios Ignacio Stampa que asumiera la causa. Hizo tándem con Miguel Serrano y la investigación, inicialmente en manos de la Guardia Civil, pasó a la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional.
El instructor era Diego De Egea, juez de refuerzo en el Central 6 de la Audiencia Nacional y que abandonó en diciembre del año pasado por razones personales. Algunas de sus decisiones en esta causa, como mantener a un investigado clave en diligencias aparte o archivar dos de las piezas de investigación sin terminar las pesquisas, han sido revocadas en instancia superior a instancias de Fiscalía Anticorrupción.
Manuel García Castellón, el titular del Juzgado, se hizo con la causa en enero de 2019 y una de las decisiones que quizá más han influido en el ritmo de las pesquisas fue autorizar que el contenido de lo intervenido a Villarejo, decenas de terabytes de información almacenada, codificada y clasificada minuciosamente durante años, fuese descifrado por el CNI, lo que agilizó la incorporación de pruebas a las piezas ya en investigación y la apertura de líneas nuevas.
Esta suerte de caja de Pandora esconde recibís, contratos y facturas pero también horas de grabación de conversaciones con personajes de toda índole que el comisario y algunos de sus socios se encargaban de registrar y es uno de los mayores quebraderos de cabeza de los investigadores: El desencriptado se ha atascado a falta de un 60%, precisamente la parte del material intervenido en la propia casa de Villarejo y que así, podría contener información aún más sensible, según las fuentes jurídicas consultadas por Europa Press.
De hecho, medios de comunicación como Moncloa.com o OKDiario han difundido audios del comisario que aún no han aparecido en la documentación analizada, como la comida con Baltasar Garzón, Dolores Delgado y mandos policiales en un restaurante de Madrid o la conversación con María Dolores de Cospedal. Los propios digitales han proporcionado ese material a la causa requerimiento judicial mediante.
La “verdad” de Villarejo
Cabe recordar además que el propio Villarejo alardeaba de tener copias ocultas. En un audio transcrito por la Unidad de Asuntos Internos al que tuvo acceso Europa Press, llegaba a decir que contaba con “siete” ejemplares de las cintas de Corinna, algunas en el extranjero. Sin embargo, como en otras aseveraciones del comisario recogidas a lo largo de estos dos años, no resulta sencillo distinguir la verdad de la exageración o la mentira.
Ya ocurrió cuando quiso aportar a la Audiencia Nacional un relato alternativo sobre los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid y tras escucharle, Fiscalía y juez concluyeron que se basaba en conjeturas y recortes de prensa. Ahora, se muestra en el sumario de 'Pit'. En los audios habla de reuniones con personas que consultadas por Europa Press, niegan que tuvieran lugar, y da a entender que tiene influencia como para cambiar el gobierno de otro país.
Sin embargo, su amigo Adrián de la Joya, en libertad bajo fianza por su implicación en esta pieza, le describió ante el juez como alguien con una “fantasía tremenda” que le divertía con sus “batallas”. Llegó a argumentar que se lo llevó a Nueva York a una reunión con el número 2 de Donald Trump --esta sí ha aparecido grabada--, porque se aburría en España. De su poder en la Audiencia Nacional, una frase: “Allí no conoce a nadie”.
Es la estrategia que siguen defensas de implicados en otras piezas consultadas por Europa Press: Sostienen que manipulaba las grabaciones, no conservaba contenidos exculpatorios, sus documentos con encargos a terceros no se materializaban y las anotaciones en las dos agendas que se le intervinieron no atendían a la realidad, sino que las utilizaba para, abusando de la desmemoria de otros, extorsionar o cubrirse las espaldas.
Comisario condecorado y respaldado, hasta ahora
No obstante, Villarejo formó parte del Cuerpo Nacional de Policía durante más de treinta años en los que fue condecorado más de media docena de veces bajo gobiernos de distinto signo e incluso los mandos que ocuparon sucesivamente la Dirección Adjunta Operativa bajo la que trabajaba registraron escritos en su favor ante la Audiencia Nacional al inicio de la causa. Amasó además un capital, obran embargos sobre bienes, cuentas y mercantiles por importe superior a 20 millones de euros. Incluso tenía un hospital.
Era además, una fuente informativa, como apunta la investigación de la Pieza 10 sobre revelación de secretos de Pablo Iglesias, y se codeaba en calidad de comisario con todo tipo de personalidades a la luz del plantel de clientes que muestra el caso, que hasta ahora incluye dos grandes fortunas y al segundo banco del país, y que seguirá creciendo a medida que se procesa la documentación, según las fuentes consultadas.
“Pepe Villarejo es tío de tribu, es un tío de clan. Pepe Villarejo es un tío pues que si ve que tu causa es justa pues, evidentemente cobrando sus honorarios profesionales que para eso tiene su empresa impecablemente legal, pues te puede evidentemente, no apoyar mucho si no apoyar todo”, decía de él en la pieza Pit el investigado Enrique Maestre.
Villarejo, que en noviembre cumple 2 años en prisión provisional, vuelve el miércoles a la Audiencia Nacional para hablar de Pit ante el juez y los fiscales Anticorrupción. Lo hará una vez hayan declarado por este asunto Rafael Redondo, Armando Mateo Flandorfer y Julio Ligorría, y después de que el resto de implicados hasta ahora, todos libres con fianza, negasen la mayor.
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