Querida Madre Tierra: Vamos a cuidarte todos los días y en todo lo que hacemos. ¿Por qué no empezar a vestir más sostenible? En este propósito andaba cuando encontré Pangaia, una marca comprometida con el medio ambiente que coloca a la ciencia al servicio de este objetivo.
Buena parte de sus creativos procede del MIT y su más reciente innovación es la colección cápsula Air-Ink® que transforma en purificada tinta negra emisiones de carbono de la contaminación industrial.
Pangaia, que crece por encima de sus previsiones y ha abierto un relevante espacio en Selfridges, es un auténtico laboratorio de innovación textil por la sostenibilidad ambiental además de una firma aliada de la Agenda 2030, y un ejemplo de diálogo y fidelización de los consumidores a través de las redes sociales. Su apuesta por poetas como Jasmine Mans es una delicia.
De hecho, ha elaborado cálidas chaquetas en las que la fibra de flores sustituye al plumón de ganso, al tiempo que está experimentando con tejidos de algas marinas, dado que su cultivo es mucho más fácil en el planeta que la producción de algodón, que requiere grandes cantidades de agua y pesticidas.
Tener tan cerca los días de la Tierra y de la Madre es un buen estímulo para reciclar y reutilizar, así como para comprar sostenible, priorizar la producción local y explorar firmas como Pangaia.
Nota: Las menciones a marcas y productos no llevan aparejada ninguna contraprestación
Crecí en los 70 bajo la influencia de la Señorita Pepis, un set de maquillaje para niñas del que arranca un amor interminable por el rojo de labios y el khol enmarcando la mirada. Las tendencias y la moda, la cosmética y el sublime arte del perfume me interesan con una pasión que solamente los adictos sabemos reconocer. Y sí, somos cientos de miles de personas -por cierto, muy distintas en edad y características sociales- para quienes la moda es una motivación, un bálsamo, un acicate, un exquisito pasatiempo. Ahora que Internet y las redes sociales han incendiado el mundo con la revolución fashionista, por qué no echar más leña al fuego desde las páginas de CORDÓPOLIS.
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