Crecí en los 70 bajo la influencia de la Señorita Pepis, un set de maquillaje para niñas del que arranca un amor interminable por el rojo de labios y el khol enmarcando la mirada. Las tendencias y la moda, la cosmética y el sublime arte del perfume me interesan con una pasión que solamente los adictos sabemos reconocer. Y sí, somos cientos de miles de personas -por cierto, muy distintas en edad y características sociales- para quienes la moda es una motivación, un bálsamo, un acicate, un exquisito pasatiempo. Ahora que Internet y las redes sociales han incendiado el mundo con la revolución fashionista, por qué no echar más leña al fuego desde las páginas de CORDÓPOLIS.
Dinero
La culpa es del dinero. Para la inmensa mayoría es una fuente de constante preocupación. Es amante de la desigualdad, y tiende a destructivas acumulaciones y cíclicas quiebras financieras. No obstante, a diario, en prósperas y sensatas cantidades, resulta imprescindible para la feliz vida de todos. No crece en los árboles. Casi nunca te toca en los juegos de azar. Y demasiadas veces es la clave, el signo de la verdadera intención, la fundamental causa.
El dinero une más que el SUPERGEN o separa hasta desearle lo peor al otro. Con dinero te vuelves más sereno y reflexivo y admiras el teatro del mundo con clarísima perspectiva. O puedes volverte avaro/a amasando plata sin escrúpulo y sin descanso. No te cambia, saca lo que hay en ti.
De las mejores alegrías que da el dinero es comprar chuches con tus primeras monedas. Pasando de 50 céntimos todo se vuelve una complicación. Incluso renovar la billetera lleva su tiempo, más aún en rebajas, por la comparación de precios, aclararnos de si es o no es de esta temporada, más el pertinaz problema hispánico con la defensa de l@s consumidor@r. Por eso recomiendo lugares estupendos como El Potro, Furla, Loewe, Vuitton, Dior, espacios multimarca, más las tiendas artesanas de cabecera de cada cual.
Con la prisa por presentar billeteras de moda, me he dejado atrás otro oscuro y peligroso poder del dinero: su capacidad para ocultar la sinrazón, la inconsistencia, el puro disparate.
La idea surgió con la tragedia del sumergible que estalló en el fondo del océano y causó la muerte a sus tripulantes. Era una aventura de multimillonarios y el halo del dinero cubría su precaria y temeraria realidad. Por extrapolación me pregunto si la camarilla universal de corporaciones, fondos y CEOs con ganancias astronómicas que dirigen el mundo es tan sólida e inamovible en sus dogmas como su riqueza quiere hacernos creer.
El becerro de oro relumbra ante nuestros ojos y emite hipnóticos destellos que ciegan la medida de lo razonable y justo.
Por cierto, antes decidir el voto en las próximas generales, veamos cómo actúan ante el dinero los distintos candidatos/as. ¡Qué peligro tienen quienes descuidan lo público y lanzan el anzuelo de un pequeño ahorro! No todo el mundo puede tirar de billetera y pagarse lo que el Estado no le proporciona bien o a tiempo.
Nota: Las menciones a marcas y productos no llevan aparejada ninguna contraprestación
Sobre este blog
Crecí en los 70 bajo la influencia de la Señorita Pepis, un set de maquillaje para niñas del que arranca un amor interminable por el rojo de labios y el khol enmarcando la mirada. Las tendencias y la moda, la cosmética y el sublime arte del perfume me interesan con una pasión que solamente los adictos sabemos reconocer. Y sí, somos cientos de miles de personas -por cierto, muy distintas en edad y características sociales- para quienes la moda es una motivación, un bálsamo, un acicate, un exquisito pasatiempo. Ahora que Internet y las redes sociales han incendiado el mundo con la revolución fashionista, por qué no echar más leña al fuego desde las páginas de CORDÓPOLIS.
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