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Y los sueños… sueños son (Soñar con cabellos) (III)

Tony Sanmatías

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Quizá seáis muchos los que aún  no creéis en el significado de los sueños. Es natural que así sea a causa de estar en un mundo donde, parece ser, nos engullen determinadas particularidades de consumo y de aceleración que nos arrastra a ser escépticos al mensaje de los sueños, donde incide la concordancia de no ser capaces de recordar lo soñado. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Existen sueños premonitorios donde se recogen imágenes del más allá, desde un lugar desconocido aún por el hombre, anticipando hechos o sucesos que se harán realidad en un futuro más o menos cercano, lo que la ciencia ha aceptado e investiga desde hace años.

En este tipo de sueños premonitorios, la persona puede o no participar directamente del suceso, pero ello no quiere decir que no suceda el hecho. Tal es así, que fueron muchos los casos que se dieron en la cruenta Guerra Civil española cuando madres y esposas se sobresaltaron a media noche por un sueño cruel que llegó a despertarlas, en medio de su descanso nocturno, de manera violenta y extraña, pero precisa, adelantándoles lo que ya era irremediable: en ese instante habían matado a su hijo o esposo. Y cito más: en el libro “La interpretación de los sueños”, del padre del autoanálisis Sigmund Freud, he leído que Eryl Jones, una niña de tan solo nueve años, cuando vivía tranquilamente junto a su familia en un pueblo de Gales, de repente, un día despertó sobresaltada, y le contó a su madre cómo había visto en sueños que su colegio había desaparecido por completo debido a “una cosa negra” que lo había sepultado. La madre la calmó y no le dio importancia. Pero, contrariamente a su pensamiento, horas más tarde medio millón de toneladas de carbón de desecho se deslizaban sobre el pueblo minero de Aberfan en forma de torrente, sepultando la escuela y una docena de edificios. Eryl predijo su propia muerte…

Y un caso más entre otros miles: Abraham Lincoln, Presidente de Estados Unidos, fue quien  predijo su propio asesinato. Soñó una noche un cuerpo tirado en el suelo rodeado de personas. Al acercarse, se dio cuenta que, el sujeto que estaba en la superficie, sin moverse, sin  observar que era él..., pero, ciertamente, lo era.

Sobre este tema hay diferentes puntos de vista que cambian según los pensamientos de algunos filósofos, como Burdach, Mass, Radestock… Casi todos llegan a la conclusión de que los sueños han tomado, por ellos mismos, los materiales de la realidad y de la vida espiritual de quien los tiene. Por tanto, hoy en día no se tiene duda alguna de que todas las creaciones aparecidas en determinados sueños se han producido porque, de alguna forma, han llegado a nuestro pensamiento despierto de manera adelantada, sea exterior o exteriormente.

¿Cómo y para qué interpretó Freud los sueños?

Desde su juventud, Freud, había tenido atracción por sus propios sueños; una de sus costumbres era anotar la mayoría de sus sueños personales. De hecho, en la redacción de su libro se fundamenta mayoritariamente en el análisis de sus propios sueños, coincidiendo con los dos primeros años de su autoanálisis personal (1897 y 1898), aunque esta obra fue publicada en 1900.

El problema de los sueños se le planteó cuando trabajaba con la curación de las neurosis mediante el método de la asociación libre, donde les pedía a los enfermos que expresaran libremente el contenido de sus actos mentales, quienes le explicaban sus sueños con bastante frecuencia en el curso de estas asociaciones.

De este modo, Freud se encontró con el material de sus propios sueños y el de sus pacientes neuróticos. En un principio escribía sus sueños y se los enviaba a su amigo Fliess, médico otorrinolaringólogo interesado en el psicoanálisis. En esta época, Freud, tenía interés en demostrar al mundo científico que los sueños tenían sentido, que era una formación del inconsciente y que tienen que ver con el deseo.

Si al soñar dormimos es porque equivale a un reparador descanso, es decir, que limpiamos nuestro cerebro de neuronas añejas o inservibles, lo que nos otorga un mayor bienestar mental, a la vez que nos aportará salud y belleza, y con ello atractivo personal. Y este es mi mensaje y el resumen cierto para escribir sobre la interpretación de los sueños. Por lo tanto, creamos en ellos, que no tienen desperdicio algún. Y, por si fuera poco, nos ayudan mediante el reparador descanso –entre ellos- a mejorar física y mentalmente, además de adelantarse, a veces, a la realidad de los acontecimientos.

Veamos, como continuación de los anteriores artículos, algunos sueños relacionados con el cabello:

SOÑAR CON CABELLOS RIZADOS: Es propio de personas que  no gozan de amigos íntimos y sinceros, capaces de ayudarle en un momento de infortunio. También de aquellos que tienen altibajos en su vida afectiva y familiar y de otros que nunca llegarán a tener un oficio definido.

CON CABELLOS DE PUNTA: Los tienen aquellas personas incisivas, celosas extremadas o de carácter violento, capaces de reiterarse en actos vandálicos hacia las personas de su entorno.

PÉRDIDA DE CABELLOS: Determina ruina, enfermedades graves, el infortunio o presagiando lo peor para el soñador, por lo que deberá de cambiar inmediatamente de actitudes y hábitos. También, puede significar pérdida de un ser querido o de un boleto de lotería premiado o que un hijo le robará sustancialmente.

RESTREGARSE EL CABELLO CON UNA TOALLA: Al soñador le descubrirán un secreto sombrío. Es sinónimo de personas cotillas y de aquellos que son desconfiados con sus jefes, si la toalla está perfectamente limpia o es de color blanca.

CABELLOS CON UNA RAYA: Si la raya está en el medio, el soñador emprenderá el camino acertado en un negocio, una boda, inversión… Si está a la izquierda y es varón, es probable que se enamore de un hombre y, si es mujer, contrariamente. Si la raya está a la derecha, las equivocaciones le embargarán, llegando a ser un dubitativo sin remedio.

CABELLOS CON PELADAS O TIÑAS: Robo cierto por descuido o estafa por confiado. También es probable que una hija se enamore de un hombre casado.

CABELLOS QUE SE MUEVEN CON EL VIENTO: El soñador tiene problemas con su entorno. Si el viento amaina y el cabello queda armoniosamente peinado, una hija se internará en un monasterio antes de su boda. Si el cabello queda descolocado, un cambio brusco  y perjudicial se producirá en la vida del soñador.

CABELLOS QUE REBROTAN: Todo se arreglará felizmente, sea con la pareja, familiares, el trabajo… Soñar con cabellos que rebrotan siempre es signo positivo, sea con la pareja, familiares, el trabajo, las amistades, la devolución de favores… Es más, hasta es probable que todo se incremente.

CABELLLOS PELIRROJOS: Coquetería, presunción, banalidad, altivez. Es posible, igualmente, de una denegación de un préstamo.

CABELLOS DE DIFERENTES COLORES: El soñador emprenderá viajes por países que no entiende su idioma. Si aparece el negro predominando, es posible que el viaje no resulte tan feliz como procuraba. Si es el morado, es probable que en el viaje sufra de alguna intoxicación o le engañarán en sus compras.  Si en estas vacaciones el color predominante es el azul, de mujer, es sinónimo de embarazo; de ser hombre, tendrá una aventura amorosa a espaldas de su esposa.

CABELLOS HÚMEDOS, SIN SECADO POSTERIOR: El soñador se arrepentirá de algo que le atormente. Si los cabellos aparecieran enjabonados, seguramente es que casi seguro que nadará en la abundancia, aunque terminará perdiendo ahorros a causa de una mala inversión. Si el sueño se repite con frecuencia y el agua del enjuague está sucia, es probable que termine en la cárcel o, cuando menos, sufra de alguna multa o requerimientos de pagos atrasados.

No olvidar estos sueños. Pueden ser precursores de cuanto de ello afirman los estudiosos del tema. Por ello, cuando escribo sobre todo lo que creo puede hacerle mejorar a mis lectores, sea  exterior o interiormente, lo parodio en esta poesía de Antonio Machado: “Anoche cuando dormía, soñé, ¡bendita ilusión!, que una fontana fluía dentro de mi corazón… Di, ¿por qué acequia escondida, agua vienes hasta mí, manantial de nueva vida de donde nunca bebí?”

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