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Un Alcalde culé y un Presidente de fútbol merengue…

Antonio López

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Un alcalde culé y un presidente de fútbol merengue… No, no es un chiste, aunque lo pueda parecer según se han desarrollado ciertos acontecimientos que vamos a intentar desgranar en este artículo y que vuelven a poner de manifiesto, una vez más, tanto la esperpéntica relación que existe entre deporte y negocio, como el peso que un club de fútbol tiene en la sociedad, el cual es aprovechado por sus dirigentes para intentar logar objetivos que, en mi opinión, exceden de los estrictamente deportivos.

Si alguien ignoraba los gustos balompédicos del primer el edil de la ciudad, el señor Carlos González los dio a conocer en una reciente rueda de prensa para expresar irónicamente su desacuerdo con unas declaraciones del señor Nieto en las que cuestionaba la calidad del proyecto blanquiverde para la presente temporada. Sinceramente, creo que el dirigente popular podría haberse ahorrado sus palabras -pues era obvio que éstas iban a escocer al empresario tinerfeño- aunque ello no justifica la penúltima subida de tono del señor González. Y escribo penúltima porque el Córdoba C.F culminó su semana de confrontación con el gobierno de la ciudad a través de un comunicado de prensa en el que acusaba a empleados municipales de un presunto acceso a las instalaciones del estadio El Arcángel “sin las correspondientes autorizaciones”, hecho que el club considera parte del “hostigamiento que está recibiendo del Ayuntamiento”. Como detallo al principio, aunque lo parezca, no es un chiste.

Vayamos por partes. Personalmente, sabía que el alcalde era culé, al igual que también conocía la debilidad merengue del señor González, quien formó parte del equipo de Onieva a la presidencia del Real Madrid. El fútbol es pasión pero que el presidente del club de una ciudad diga del máximo representante de la misma que su opinión no le importa “porque es culé” creo que es pasarse de la raya. Hay muchos cordobesistas que son aficionados o simpatizantes del Barça y me parece una falta de respeto para ellos. Concretamente, el que suscribe este artículo es seguidor blaugrana y, además, lleva 27 años siendo socio blanquiverde por lo que aprovecho estas líneas para exigirle al señor González que, en lugar de utilizar el equipo como plataforma en la que hacer gala de su madridismo, cumpla con su promesa de ascenso a primera división, la cual, visto lo visto esta temporada, aún dista mucho de materializarse. Si tan interesado está el mandatario blanquiverde en la eterna rivalidad existente entre los dos principales clubes de fútbol de este país, le recuerdo que aproveche la oportunidad pues este año hay elecciones en la “Casa Blanca”.

Aclarado este extremo, ha llegado el momento de analizar el ridículo comunicado emitido por el club por la entrada sin permiso de operarios municipales en el estadio. Suponiendo que un hombre de empresa como el señor González siempre está bien asesorado, es inevitable pensar que existe un trasfondo que motiva la emisión del comunicado. En primer lugar, desde un punto de vista estrictamente jurídico, el Córdoba CF tan sólo goza de una cesión puntual de uso de la instalación municipal por lo que las potestades del club sobre ésta son precarias y limitadas. Dicho de otro modo, el Ayuntamiento no tiene que pedir permiso al Córdoba CF para entrar en el estadio porque es su legítimo titular ya que el club no parece estar interesado en asumir la concesión administrativa de la instalación con “todas las de la ley” por los costes que acarrearía. Así pues, como normal general, es el Córdoba CF el que tiene que solicitar autorización municipal para llevar a cabo cualquier actuación en la instalación, y no al revés. Cabe reseñar que esta circunstancia ha sido formalmente obviada en proyectos como la emisora de radio del club (por la que se perciben ingresos en concepto de publicidad sin que exista autorización para su instalación en las dependencias del estadio) o, más recientemente, con el concierto de Miguel Bosé (el Córdoba, al no tener la concesión administrativa del estadio, debería tener la autorización expresa del Instituto Municipal de Deportes y, además, abonar un canon en concepto de alquiler de la instalación).

Ante estos incumplimientos, que son sobrada y perfectamente conocidos en Capitulares, se mira hacia otro lado porque este gobierno municipal, al igual que los anteriores, no quiere enfrentamiento alguno con una entidad que arrastra una masa social tan significativa. Conscientes de esta actitud timorata y temerosa, los rectores del club están aprovechando cualquier ocasión para presionar a Nieto y a su equipo de gobierno, posiblemente, con la intención de desbloquear la recalificación y usos de los terrenos de la futura ciudad deportiva del Córdoba CF, verdadera batalla que el señor González lleva librando soterradamente desde hace mucho tiempo sin obtener la respuesta municipal que desea, lo que, al parecer, constituiría la verdadera causa del presente enfrentamiento entre el máximo rector del Córdoba CF y el primer edil. Por lo visto, culés y merengues tampoco se ponen de acuerdo en cuestiones urbanísticas

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