El adiós de Griñán: repercusiones y consecuencias
Dicen los profesionales de la comunicación que los meses de julio y agosto son malos para el negocio pues las altas temperaturas parecen adormecer tanto la actividad de nuestros representantes públicos, como el funcionamiento de la Administración que, dicho sea de paso, nunca se ha caracterizado por su celeridad. No obstante, el período estival que comenzamos parece ser la excepción que confirma la regla pues, si bien el caso Bárcenas ya nos tenía bastante entretenidos (no así a los altos dirigentes del PP), la decisión del Presidente de la Junta de Andalucía y Secretario General del PSOE andaluz, José Antonio Griñán, de no presentarse a su reelección ha originado todo un terremoto político cuyo epicentro se encuentra en nuestra Comunidad aunque su onda expansiva también afecta a la política nacional, especialmente a los inquilinos de un determinado inmueble sito en la madrileña Calle Ferraz.
Como primera reflexión que podemos extraer de la decisión personal que Griñán dio a conocer esta semana, es que, con casi total probabilidad, tendremos que pasar por las urnas antes de tiempo ya que se vislumbran en el horizonte elecciones anticipadas en Andalucía. Por más que los socialistas y sus socios de gobierno nieguen tal posibilidad, lo hacen con la boca pequeña pues saben a ciencia cierta que ningún político avezado abre un debate tan importante con más de dos años de antelación pues ello sólo acarrearía una estéril discusión que distraería de menesteres más importantes -como la acción de gobierno- y que sólo serviría para crear prematuramente obstáculos en la siempre difícil labor de mantenimiento de los equilibrios que han de existir entre las diferentes organizaciones provinciales de un partido político. Otro argumento a favor del adelanto electoral, radica en la apresurada decisión de celebrar primarias en julio para elegir al sucesor de Griñán. El escaso margen temporal hace pensar en la necesidad de cerrar con premura la crisis creada y esta urgencia sólo puede obedecer a dos cuestiones: la pronta celebración de comicios y el intento de evitar cualquier tipo de debate interno aunque este último extremo parece bastante complicado ya que las redes sociales y determinados movimientos internos han propiciado, por lo pronto, que ya se hayan presentado dos candidaturas. No obstante, sobre las primarias, habrá tiempo para un análisis más detallado conforme vayamos conociendo mayores detalles.
En cualquier caso, tal como he referido con anterioridad, el anuncio de Griñán ha producido efectos más allá de Despeñaperros. Que el presidente de la Comunidad Autónoma con mayor influencia en las filas socialistas haya decidido dar un paso atrás, sitúa al cuestionado Alfredo Pérez Rubalcaba en una situación complicada en los meses previos a la celebración de la Conferencia Federal que el PSOE tiene previsto celebrar en el próximo mes de octubre, el cual serviría, entre otras cuestiones, para aprobar una serie de medidas que vuelvan a conectar a los socialistas con el electorado perdido en los últimos comicios nacionales, así como para afianzar (o no) el liderazgo de Rubalcaba al frente de la organización. A este respecto, muchas son las voces que están invitando al que fuera Vicepresidente con Zapatero a que siga el camino emprendido por Griñán y opte por la regeneración interna. Así pues, la decisión del presidente andaluz es también una bomba de relojería en un partido acostumbrado a gobernar y que no remonta en las encuestas a pesar de las corruptelas populares y de las duras medidas acometidas por Rajoy y su equipo.
No obstante, los efectos del terremoto Griñán no sólo han hecho mella en el PSOE, sino que también han producido consecuencias en el seno del PP andaluz pues sus dirigentes, si bien respiran aliviados porque el asunto sirve para distraer temporalmente la atención pública sobre el caso Bárcenas, han de resolver sin dilación el problema que genera la sustitución de una figura como la de Javier Arenas cuya sombra es bastante alargada. Por lo pronto, el actual presidente regional popular, Juan Ignacio Zoido, parece que ha optado por no encabezar el próximo cartel electoral
autonómico ya que prefiere centrar sus esfuerzos en su labor como alcalde en el Ayuntamiento de Sevilla. No obstante, el deseo del primer edil de la capital hispalense no coincide con el de un buen ramillete de referentes populares que llevan bastante tiempo postulándose como alternativas para liderar el próximo proyecto popular en Andalucía, destacando entre ellos a José Antonio Nieto, alcalde de esta ciudad, quien, al igual que sus competidores internos, deberá intensificar sus esfuerzos ya que el anuncio de Griñán, sin lugar a dudas, supondrá un adelanto de los tiempos que hasta la fecha se venían manejando. En definitiva, son muchas las interrogantes y los frentes abiertos por lo que aconsejo a mis lectores que sigan con avidez la actualidad política durante este verano y, si es a través de Cordópolis, mucho mejor.
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