Bienvenido 2018... y bienvenidos los nuevos propósitos
Antes de nada…. ¡Feliz año nuevo!
Aunque en cada año tenemos 365 oportunidades para cambiar hábitos y tomar decisiones, es muy normal poner como punto de partida el día 1 de Enero o en su caso el día 2, porque del día 1 todavía tenemos sobras y la comida no se tira. Y es que como se suele decir: “Año nuevo, vida nueva”.
Algunos psicólogos aconsejan plasmar en un trozo de papel nuestros propósitos, analizarlos y colgarlos donde podamos verlos, y lo más importante de todo: pasar a la acción. Una de las más comunes aspiraciones es cambiar de estilo de vida, y con ese objetivo voy a dar una serie de consejitos para que su consecución sea más fácil y casi sin darnos cuenta estemos caminando en el sendero de la salubridad.
- Constancia. El primero y más complicado de todos y que por tanto es la clave. Es necesaria en todos los aspectos de nuestra vida, y aunque a veces sintamos que flaqueamos, volver a ella siempre va a ser la mejor opción.
- Aprender a cocinar. “Nunca es tarde si la dicha es buena”. Por suerte, hoy disponemos en el mercado de un amplio abanico de procesadores de alimentos que nos hacen la vida un poco más fácil. Cursos de cocina, libros de recetas con ingredientes sencillos y madres que con su vocabulario y con sus medidas nos van a explicar sus recetas de verdad. ¿Quién no tiene recetas de sus madres o abuelas donde las cantidades son expresadas: “a puñaitos”, “a ojo” o “hasta que tú veas que tiene buen color”?
- Realizar nuestra planificación semanal e ir más al mercado. Ya sabéis, una lista con lo que vamos a comer a lo largo de la semana y… ¡listo!
- Incluir más fruta y verdura en nuestra alimentación.
- Intentar evitar los productos procesados. Cuantos más ingredientes tenga un producto, más perjudicial es y si tiene más de cuatro componentes, mejor evitarlo. Recordar que están hechos para que comamos más y son altamente palatables.
- Movernos más. Somos seres hechos para el movimiento, así que más zapato, zapatilla, bicicleta, o el deporte que encontremos que nos guste, y lo más importante, no os vayáis a la cama cada día sin haber caminado 10.000 pasos.
- Os recomiendo lecturas de buenos profesionales en el campo de la nutrición, como Julio Basulto (sobre todo si tenéis hijos), Aitor Sánchez, Carlos Ríos, Lucía Martínez, Juan Revenga, Sara Garcés, Virginia García, etc. Trabajan bajo evidencia científica y hablan un lenguaje para todos los públicos. Por desgracia en el campo de la nutrición hay pseudo profesionales e intrusismo por doquier.
- Echar una miradita a quien nos rodea y si son negativos, o te llaman talibán o te dicen lo de “mi abuelo fumaba dos paquetes de tabaco y murió con 90 años”, les dices que te quieres morir de viejo, no de enfermo y que si quieren seguir comiendo mal que lo hagan, pero que tú ya no estás dispuesto, que los que están equivocados en su estilo de vida son ellos, no tú.
- Tomar conciencia de que la consecución de objetivos no es una línea recta ascendente, sino que muestra momentos leves de descenso que tenemos que utilizar para tomar impulso y continuar.
- Ir comprobando poco a poco que tras cambiar nuestro estilo de vida notaremos mejorías notables cuyas primeras manifestaciones serán una mejora del sueño y un aumento de la vitalidad perdida.
- Huir de regímenes prohibitivos para compensar los gramillos que hemos ganado de más estos días, de dietas que tienen más suplementos que alimentos, tratamientos milagro (detox y batidos de colores), terapias hechas por no profesionales y cuenta cuentos que te prometen el oro y el moro y de una forma rápida y carísima. Por lo tanto, acudir a profesionales.
- Y lo más importante, disfrutar y vivir, porque "hemos venido aquí a vivir"
“Come despacio, tu cerebro necesita 20 minutos para saber que has comido suficiente”.
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