¿Cómo nos afectarán las fusiones de los bancos?
Este mes de septiembre nos ha “sorprendido” con el anuncio del comienzo de las negociaciones de la posible fusión de dos de las “grandes” entidades bancarias de nuestro país, Bankia y Caixabank.
Quizás no haya sido una sorpresa para todos, llevamos desde la crisis del 2008 viendo cómo por la necesidad de “sobrevivir” de ciertas entidades bancarias, éstas han ido “buscando” a un comprador o socio que les permitiese seguir con su actividad.
El objetivo de este tipo de fusiones entre entidades bancarias es incrementar su rentabilidad, rentabilidad que les permita seguir obteniendo unos beneficios que se han visto “tocados” en este año 2020.
Revisando la prensa económica, publicación de los resultados de las entidades bancarias en el primer semestre de este año 2020, leímos sorprendidos como el resultado del primer semestre del 2020 reflejaba un beneficio de tan sólo 205 millones de euros en CAIXABANK, una caída del 67% con respecto al ejercicio 2019.
BANKIA obtuvo en el primer semestre del 2020 un beneficio de 142 millones de euros, un 64% menos que en el año 2019.
Puede ser el comienzo de futuras fusiones en el sector bancario en este segundo semestre de año, la situación económica que estamos viviendo “invita” a este tipo de operaciones.
No está de más recordar que toda empresa, sea del sector que sea, si no obtiene beneficios tendrá un final trágico a corto plazo.
¿Cómo nos pueden afectar estas fusiones?.
Las consecuencias inmediatas que observaremos ya las hemos vivido en los últimos años, recordemos que, si buscan incrementar su rentabilidad, el camino más rápido es disminuir sus dos mayores costes en su Cuenta de Resultados.
Veremos, sin duda, más cierre de oficinas y un número importante de despidos de trabajadores de las entidades fusionadas.
Los fondos de inversión de estas entidades verán cómo se reducen en número, habrá un fondo de inversión de una de las entidades que absorberá al de la otra entidad por coincidir en su “tipología” de inversiones.
Y pensando en el cliente que busca financiación, bien sea empresa o particular, verá posiblemente que tiene menos opciones para conseguir financiación, es decir, ya no podrá acudir a dos entidades a buscar financiación y si es empresa, sus riesgos podrán disminuir.
El cliente de las entidades bancarias ya está acostumbrado a un “menor” trato personal en las oficinas, nos han ido involucrando en la digitalización y en la banca on-line de “hágalo usted mismo desde su móvil u ordenador”.
Hace años atrás era impensable que en una oficina bancaria tuviese el cliente que “sacar” número para ser atendido, si llegabas a ventanilla a sacar dinero y había dos personas delante, ya se ponía nervioso y empezaba a protestar.
Hoy apenas si se visita una oficina bancaria, las operaciones habituales se pueden realizar por la app, la web del banco o por el cajero automático.
Se vislumbra incierto el futuro del modelo de negocio de los bancos en la situación que nos ha tocado vivir con tipos de interés tan bajos, el negocio tradicional bancario ya no deja los beneficios de antaño.
La actividad bancaria tradicional de captar dinero para colocar en plazos fijos y dar dinero en préstamos a clientes, se ha cambiado por la actividad de “vender” todo tipo de productos no bancarios a los clientes de la oficina.
El cliente ya siente que su “banco” no es el que era, en una coyuntura en la que es difícil rentabilizar el ahorro y difícil obtener la financiación para que tu negocio sobreviva, se necesitan profesionales que acompañen y conozcan personalmente al cliente.
La inteligencia artificial, ya implantada en la banca, no podrá sustituir a la confianza perdida que antes sí se tenía en el negocio de la banca y que cada vez más hoy es necesaria por los clientes.
Concentración de entidades bancarias, tanto entre entidades nacionales como entre un banco español con otro de un país europeo, pronto veremos un nuevo mapa bancario español con un número muy reducido de entidades bancarias.
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