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Sobre este blog

Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.

Todo lo que ha ido a peor desde el caso Bretón

José Bretón, esposado

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En octubre se cumplirán diez años del crimen que más impactó a los cordobeses (y probablemente a los españoles): el asesinato de José Bretón. Aquel terrible caso nos horrorizó pero nos enseñó varias lecciones: que un psicópata no es un loco y el significado de violencia vicaria. Bretón mató a sus hijos, los incineró y luego denunció su desaparición con un objetivo: hacerle el mayor daño posible a su exmujer, Ruth Ortiz.

En 2010 las redes sociales estaban aún muy incipientes y existía una unanimidad política. Todos los partidos coincidían en que el machismo mataba. Todos los partidos se unían a guardar minutos de silencio, a condenar los hechos y a elaborar leyes para proteger a las mujeres.

Bretón está en la cárcel. A finales de octubre de 2010 fue detenido y nunca más ha vuelto a quedar en libertad. Destrozó a Ruth Ortiz, pero también a su familia cordobesa. Él, desde la cárcel, sigue manteniendo su inocencia y la fantasía de que los niños están vivos, que se perdieron en el parque Cruz Conde. Supongo que también pensará que Ruth es la peor persona del mundo y que tiene la culpa de todo por haberlo dejado.

En 2010 los periodistas de esta ciudad pasamos meses enteros siguiendo el caso Bretón. Guardias infinitas en la finca de Las Quemadillas, a las puertas de la Comisaría o de los juzgados. El tema despertó un enorme interés nacional e incluso internacional, con un despliegue periodístico nunca visto en la ciudad durante tanto tiempo. El caso Bretón llegó a inundar horas de televisión, donde se multiplicaron las tertulias. No escuché, o al menos no lo recuerdo, a nadie 'entender' a Bretón o señalar que lo que había hecho no era otra cosa que un salvaje crimen machista llevado al extremo.

Sabemos, y lamentamos, que aquella tremenda exposición mediática tuvo un efecto: hubo otros padres que decidieron vengarse de sus parejas matando a sus hijos. Desde 2010 se calcula que han muerto 37 menores a manos de sus padres solo con el objetivo de vengarse de sus mujeres. “Te voy a dar donde más duele”. Esa es una frase que se le atribuye al padre de las niñas de Tenerife. El cadáver de una de ellas ha aparecido en el fondo del mar.

Pero hay una diferencia 11 años después: se ha roto esa unanimidad. Vox hace contorsiones para cargar, siempre que puede, contra la ley de la violencia a las mujeres, a pesar de la evidencia del último caso: “Te voy a dar donde más duele”. Es la prueba más clara de que Gimeno tenía intención de hacerle el mayor daño posible a su exmujer. A lo Bretón, además, haciendo desaparecer para siempre el cuerpo de las pequeñas, para que quedara la duda hasta la eternidad de si podían seguir vivas. Salvaje.

Insisto: uno lee cada cosa, especialmente en redes sociales, que le dejan patidifuso. Los comentarios a las informaciones sobre las concentraciones contra la violencia machista, donde los usuarios usan sin problema alguno ya sus nombres y apellidos, son descorazonadores. Y uno no puede dejar de preguntarse: si todos esos asesinos pudiesen votar, ¿a quién lo harían?

El debate político, definitivamente, ha envenenado a la sociedad sobre asuntos que deberían quedar zanjados para siempre.

Y sí, un asesinato es un asesinato, pero ese partido del que usted me habla sí que da un trato diferencial (y estamos de acuerdo) a las víctimas del terrorismo. El machismo es otra forma de ejercer el terrorismo. Que se lo pregunten a Ruth Ortiz.

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Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.

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