Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
MeteoCor
Hace una semana, a estas horas, decenas de vecinos de Córdoba limpiaban los bajos de sus casas, sacaban agua de sus cocheras o retiraban el barro de la calle. Claudia había anegado la zona de El Corregidor, Gran Vía Parque o calles de Santa María de Trassierra. El agua había afectado también a decenas de viviendas en Almodóvar del Río.
La lluvia fue intensa durante más de una hora pero tampoco extraordinaria. No se batió ningún récord de precipitación ni en una hora ni durante la jornada. Los vientos tampoco fueron máximos. Pero hubo daños y no pocos.
El alcalde de Córdoba, José María Bellido, se apresuró a culpar a la Aemet por no avisar a tiempo. La agencia elevó a naranja el aviso amarillo apenas una hora antes de que llegara la tromba de agua. La Aemet tiende, por razones desconocidas, a minusvalorar los avisos en el sur. Claudia ha sido una borrasca de alto impacto, con la que se han activado avisos, que se han quedado casi siempre cortos. Una semana antes, con un aviso amarillo, el propio Ayuntamiento de Córdoba cerró parques y jardines, su mensaje en redes sociales corrió como la pólvora por los grupos de Whatsapp y la población se quedó en casa. Ni llovió ni hizo viento. Por eso, creo, el impacto de Claudia no se llegó a calibrar bien. Y no se tomaron medidas extraordinarias salvo cuando ya estaba diluviando.
Desde la DANA de Valencia, la Aemet está en el ojo del huracán. A pesar de que avisar, avisa. A veces tarde. Y otras, demasiado pronto. En el punto medio, como decía Aristóteles, puede estar la virtud. Pero el tiempo no es una ciencia exacta y está claro que a la Aemet en Andalucía le faltan medios, y quizás mejorar sus comunicaciones con la población y los ayuntamientos. O tomarse algo más en serio lo que ocurre en el sur de la Península.
La llegada de Claudia solo provocó la redacción de una única nota informativa por parte de la Aemet, y fue por su impacto en Canarias. Ya en la Península, la agencia redactó cero notas informativas, y fue activando y desactivando avisos que seguíamos a través de su página web o sus redes sociales. En muchos casos eran avisos observados, es decir, cuando ya estaba lloviendo de manera intensa.
El alcalde se apresuró a culpar a Aemet. Pero está claro que la ciudad no se inundó por la falta de previsión meteorológica. Lo del Corregidor o Ciudad Jardín tiene más que ver con el soterramiento del Arroyo del Moro y que la red no pudo más. Aunque Aemet hubiera avisado al Ayuntamiento a tiempo, aunque al alcalde lo hubiese llamado algún meteorólogo, dudo que se hubiera evitado la inundación del Corregidor. Eso sí, es seguro que al menos los vecinos habrían sacado sus coches y una persona no habría estado a punto de morir ahogada en un ascensor.
Después, el alcalde dijo que el Ayuntamiento sopesa disponer de un servicio meteorológico propio, algo que genero mucha guasa en redes. No era otra cosa que seguir el modelo de Palma del Río, un contrato con un meteorólogo aficionado que se basa en interpretar datos de la Aemet. Es algo que en Córdoba llega más de diez años haciendo el Colectivo Meteofreak a través de estas páginas. Y con bastante éxito, por cierto. Sabían desde hacía días que el sábado por la tarde iba a ser la jornada en la que podría llover de manera más intensa. Y lo sabían usando los recursos públicos disponibles: modelos, mapas y radares.
El tiempo, insisto, no es una ciencia exacta, pero hay que tomárselo en serio, siempre. En Córdoba ha habido avisos rojos por altas temperaturas que no derivaron ni en enviar a la población un mensaje de Es Alert, cuando sabemos que no es bueno para la salud salir a la calle cuando hay más de 44 ºC. Quizás falta cierta educación ambiental, un poco de pedagogía y tomarse en serio donde vivimos. Un lugar donde pueden pasar años sin apenas llover, sucedidos de otros de diluvio, riadas, anegaciones y hasta vientos peligrosos. Un sitio donde el clima, a veces, se vuelve peligroso y pone en riesgo la vida de las personas.
Sobre este blog
Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
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