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Sobre este blog

Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.

La metáfora del avión

El avión de Miraflores, junto al Mirador del Río

Alfonso Alba

10 de agosto de 2024 19:58 h

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Aunque había un plan, la candidatura del Córdoba a ser capital cultural europea en 2016 fue un poco “sujétame el cubata”. Y esas cosas, muchas veces, salen bien. Creo que no hay nada más creativo que la cultura rupturista. Y en algunas cosas la candidatura del 2016 lo era. En otras no se movía de una especie de discurso oficial donde la ruptura no dejaba de ser oficialismo. Pero ese es otro debate.

El avión de Miraflores es, quizás, la mayor metáfora del 2016, un proyecto “sujétame el cubata” que pudo haber salido muy bien pero no. A pesar de que el avión jamás fue lo que se proyectó se mantuvo en una colina de Miraflores como un símbolo, tanto que incluso ahora, convertido casi en chatarra y absolutamente abandonado, hay cordobeses que están recogiendo firmas para que no se lo lleven.

El proyecto del avión cultural era ambicioso pero se topó con las elecciones y un cambio de gobierno en Capitulares. Y después, su abandono. El plan no era colocar un avión en un parque de una ciudad con aeropuerto pero sin vuelos, no. Era instalar un avión y dos autobuses de Aucorsa, con un espacio cultural donde se harían proyecciones, exposiciones y conciertos. Un nuevo lugar de referencia que, de paso, tendría asociado un espacio de restauración. Que al final es lo único que ha funcionado, el restaurante. La metáfora perfecta.

El plan se abandonó casi de inicio. Se colocó el avión y adiós muy buenas, a pesar de que Córdoba aún seguía en la carrera por la Capitalidad. Jamás se instalaron las pantallas, las luces led y los dos autobuses de Aucorsa a su lado “rollo Berlín”. Pero sí que se abrió el restaurante.

El avión lleva 13 años abandonado, sin mantenimiento alguno. Se ha convertido en chatarra. Lógico. Si dejamos de intervenir en nuestras casas se acaban derrumbando. Sin miedo a equivocarme puedo afirmar que a lo mejor se le han limpiado las pintadas un par de veces. Y que otra los bomberos retiraron enseres de su interior por miedo a un incendio. Y ya.

El proyecto, de inicio, tuvo sus detractores. Que es algo normal en algo a lo que esta ciudad tampoco está acostumbrada. Y quizás nació muerto por esa razón: sin un soporte detrás, sin un colectivo que lo impulsara, pues poco había que hacer. Era mejor dejarlo allí abandonado, a la vista de todo el mundo, con sus letras de Córdoba 2016 para recordarnos cada vez que pasábamos por allí que una vez en esta ciudad se apostó por la cultura como en unos Juegos Olímpicos, y que oh, sorpresa, aquello no funcionó.

El 2016 dejó un trauma profundo en una ciudad que aún no se ha recuperado. Desde entonces no se ha desarrollado ningún gran evento cultural. Se ha dotado al C3A, es verdad, pero de aquella manera, sin acabar de conectar del todo ni con la ciudad ni con los turistas. Pero poco más.

Obviamente el avión tampoco iba a cambiar nada, pero, ¿quién no tiene o se ha hecho alguna foto allí, aunque sea una ruina? Pues eso.

Bola extra: mucho me temo que aún pasarán muchos meses antes de que el DC 7 emprenda su último viaje, el del desgüace. Con la administración ha vuelto a topar.

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Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.

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