Ideacas
Cuentan que si hay algo que define al presidente electo de los Estados Unidos de América, Donald Trump, es que es un hombre de decisiones rápidas. Un hombre de acción, que ha triunfado en los negocios con esa filosofía. Sinceramente, no sé si eso es bueno o es malo. Imagino que si tienes un plan más que meditado, lo mejor es llevarlo a cabo rápidamente. Pero antes has tenido que pensarlo.
Nuestros políticos son más bien de tener ideacas, parodiando a los nunca bien valorados Muchachada Nui. A veces toman decisiones rápidas (muy pocas) y cuando lo hacen casi nunca siguen un plan previamente meditado y diseñado. Otras veces tardan mucho en tomar unas decisiones que después parece que tampoco están muy pensadas. Al igual que con el caso de Trump, no sé si eso es bueno o es malo.
Este mes nos hemos enterado de una ideaca, la de trasladar la Filmoteca de Andalucía al anteriormente conocido como C4. Quien quiera que lo haya decidido no parece haber seguido un plan. De hecho, si nos atenemos a los hechos, no lo ha seguido. El C4 fue diseñado para otra cosa, no para proyectar películas ni conservar cintas históricas (como hace, y muy bien, la Filmoteca de Andalucía). El suelo del C4 está hecho para soportar la tralla de artistas trabajando (que se derrame pintura, que se caiga un trozo de mármol). La sala polivalente del C4 está diseñada más para conferencias que para proyectar películas.
Sinceramente, entendería más una ampliación de la Filmoteca pero al revés. Es cierto que el espacio de Medina Corella se ha quedado pequeño para una institución tan grande como la Filmoteca de Andalucía (a la que por cierto se le han recortado muchos de sus recursos económicos en los últimos años). El edificio anexo, la Biblioteca Provincial, se va a quedar vacío en cuanto acaben las obras de la Biblioteca del Estado. Entonces, ¿porqué no ampliar hacia allí la Filmoteca?
La respuesta esté, quizás, en las prisas por cumplir con una promesa (que ya sabemos que las promesas son palabras que van al aire y se las lleva el viento) de abrir el C4 “como sea” en 2016. Pues vale: una ideaca. O vestir a un santo para desvestir otro.
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