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Sobre este blog

Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.

El Frente Judaico Popular

Urnas repletas de papeletas en un colegio electoral de Córdoba

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La vida de Bryan es de 1979, pero la tendencia de la izquierda en el mundo a atomizarse es mucho más antigua. Cada vez que acababa una internacional socialista surgía un nuevo partido, una disidencia o una corriente. Proletarios del mundo, uníos, arengaban los líderes. Lo que no solían aclarar era en torno a quien.

De Andreotti es la frase de que están los amigos, los conocidos, los enemigos, los enemigos a muerte y después los compañeros de partido. Quizás habría que añadir aquellos de comparten una misma corriente ideológica, pero hacen batalla de lo que les separa. La historia está llena de ejemplos. La guerra dentro de la Guerra Civil es quizás el más dramático: comunistas asesinando a troskistas, anarquistas a tiros con los primeros o los militantes del POUM exterminados y acusados de traidores. ¡Disidente!

Extrañamente, la izquierda suele confluir cuando más amenazada está. El Frente Popular de febrero de 1936 surgió tras tres años de gobierno republicano de las derechas, en un momento de una convulsión política salvaje, con una crisis económica tremenda y unos niveles de pobreza alarmantes. Ganó las elecciones y perdió la guerra tras el golpe militar. También lo hace cuando más débil es. Podemos e IU no han confluido nunca en Córdoba, hasta ahora, porque se han sentido fuertes. Tampoco lo hicieron en 2015, cuando Podemos pensó que iba a desbordar todos los votos de la izquierda en España y se encontró con una IU que no se vino abajo del todo.

En estos tiempos extraños de 2023, la izquierda oscila entre confluencias y rupturas. No hay nada más que escuchar discursos públicos en los que se suele hacer batalla entre lo que separa y jamás entre lo que une. El divorcio a nivel estatal entre Yolanda Díaz y Pablo Iglesias, que la señaló con el dedo como su sucesora, es más que evidente a estas alturas.

En Andalucía, hay un par de corrientes que se resisten a confluir y, por tanto, a diluirse en una plataforma. La izquierda andalucista de Adelante no ha querido ni sentarse y buscará arañar un puñado de concejales, con la vista puesta casi exclusivamente en Cádiz. La errejonista sí que lo ha hecho pero ya está pidiendo la cuenta acusando a IU y Podemos de lo de siempre: de intentar poner a sus candidatos en los primeros puestos (algo que por otra parte no es extraño por nombre, peso y hasta militantes).

El sistema electoral en España penaliza la atomización y beneficia a las coaliciones. Eso es lo que ha permitido que el PP y el PSOE convivieran en una especie de bipartito. También en los ayuntamientos, que es lo que se juega a partir de ahora. La Ley D'Hont acaba dejando fuera de una Corporación a miles de votos que no llegan al mínimo. Ocurrió en 2011 con una aventura política llamada Ecolo, que se quedó muy cerca en Córdoba de lograr un concejal. Sus votos evitaron que IU fuese la segunda fuerza a pesar de la mayoría absoluta del PP. Sus 4.111 sufragios se quedaron sin concejal y eso provocó que Sandokán se convirtiese en el líder de la oposición en Córdoba. Y no digo que no fuese legítimo, sino que la atomización provocó eso.

Los comicios de 2023 apuntan a ser un nuevo laberinto para el votante de la izquierda. Hacemos Córdoba es el nombre de la confluencia y, con casi toda seguridad, la candidatura a la izquierda del PSOE que más votos recibirá. Pero a escasos meses de las elecciones habrá muchos votantes que dudarán también entre Adelante Andalucía y, parece ser, Más País, que quizás se llame Más Córdoba. El andalucismo como tal lleva décadas fuera de Capitulares, por lo que una candidatura de izquierdas se antoja más difícil aún. De Más País poco se sabe y apenas se conoce el nombre de sus militantes en Córdoba, más allá del de su creador, Íñigo Errejón.

Así que el Frente Judaico Popular parece que está en buena forma justo en el momento en el que por vez primera, y por sorpresa, iba a haber una confluencia donde nunca ocurrió: en Córdoba.

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Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.

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