Una avería en el ascensor durante meses 'encierra' en sus casas a varios vecinos de Huerta de la Reina

La accesibilidad en los bloques de pisos de Andalucía es obligada si el edificio cumple una serie de requisitos, como tener más de dos plantas sobre rasante, o si un propietario con discapacidad o mayor de 70 años lo solicita. Es por ello que en la mayoría de las situaciones, el ascensor se convierte en esencial, ya no solo por estar acorde de la normativa impuesta por la Junta de Andalucía, sino que por la calidad de vida de los vecinos. Más aún si esta herramienta está al alcance de los usuarios durante un tiempo y, tras una revisión de mantenimiento, deja de funcionar para los próximos tres meses. Esta es la situación que le está tocando vivir a los vecinos de Joaquín Sama Naharro, 14, en plena Huerta de la Reina.

Y es que, como se ha mencionado anteriormente, el ascensor funcionó durante un tiempo, hasta que, finalmente, dejó de hacerlo y no fruto de la casualidad, sino que por un mantenimiento mal ejecutado. Este edificio del año 1998 puso a disposición de sus vecinos esta herramienta, para facilitar así el acceso de los propietarios a sus viviendas. Aun así y con el paso de los días, el mecanismo de la puerta comenzó a falla a menudo. La empresa que instaló el aparato recomendó, a su vez, otra institución que realizaba los mantenimientos, que explicó que una semana antes de Semana Santa cambiaría el mecanismo.

Hasta ahí, el ascensor funcionaba perfectamente pese al fallo en la puerta. Los vecinos que se han puesto en contacto con este periódico afirman que el hombre encargado de realizar el mantenimiento “no tenía ni idea”, por lo que montó la pieza que debía y “no iba”. “Se cargaron una placa de comunicación entre la puerta y el interruptor. Mandaron esta pieza tres o cuatro veces a Madrid y seguía sin funcionar”. Con esta duda, los propietarios se pusieron en contacto con una empresa de Madrid especializada en estos problemas y le explicaron que estos trabajos se realizaron de manera errónea. “La habían conectado mal, se cortocircuitó y se rompió”.

Por tanto, la pieza, según la empresa de mantenimiento, costaba unos 3.000 euros y solicitó a la comunidad de vecinos que abonase esta cantidad. Los propietarios se negaron a esto y le pasaron el problema a la institución que montó el ascensor, que, a su vez, le requirió a la otra empresa un montante de 10.000 euros, que cubría tanto la placa como la mano de obra. “Nos admitieron que eran incapaces de arreglar el ascensor. Llevan tres semanas que iban a pedir la ayuda y no la aceptan. En el edificio viven muchas personas mayores e incluso están sin salir de sus casas”.

El ascensor, la puerta a la calle de muchos vecinos

La accesibilidad es algo esencial para una serie de personas que, por unas circunstancias o por otras, han tenido que cambiar su forma de vida de manera radical. Es por ello que la necesidad, como se ha mencionado anteriormente, de un ascensor es vital únicamente para poder salir a la calle. Los vecinos de este bloque denuncian que hay otros propietarios que llevan sin salir de sus viviendas meses. “Hay una persona con Alzheimer que tiene que bajar todos los días. Hay una mujer que no puede salir a la calle. Otra persona con las dos caderas operadas. Mientras que hay vecinos que han atrasado sus citas médicas porque no pueden ir”.

Por el momento, los vecinos no han denunciado a las empresas este problema. Ellos solo quieren tener su ascensor de nuevo en funcionamiento para que, a muchos, le devuelva la vida que antes tenían. “Por parte de la comunidad de propietarios y del administrador se ha intentado, por todos los medios, que reparen el ascenso el cual averiaron por la mala instalación de un nuevo componente, reconociendo no saber arreglarlo”, explican a este periódico. El ascensor y una puerta hacia la normalidad.