Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
El dilema
Conozco a José Precedo desde que Cordópolis se asoció con elDiario.es hace ya seis años. En mis más de 20 años de profesión, he tenido muchos jefes y compañeros con los que he compartido información y fuentes. Y no hay ninguno que supere la cantidad de seguros, de contrastes y de llamadas que hay que hacer antes de publicar una información sensible e importante de las que te exige Precedo.
Es uno de esos periodistas que saben que una información tiene que ser perfecta. Impoluta. Irreprochable. Y, sobre todo, imposible de tumbar, de que cualquier abogado de España se pueda colar por una rendija para hacerte la vida imposible, algo a lo que cada vez nos acostumbramos más.
Precedo se ha hecho viral, o conocido, tras su testimonio en el juicio que se sigue contra el fiscal general del Estado en el Tribunal Supremo por la supuesta filtración de un correo del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Su “dilema moral” ha dado la vuelta a España, el no revelar la fuente (“la muerte antes que la fuente”, como nos enseñaron) a pesar de saber que se está juzgando a un inocente. Y veremos si lo condenan.
El juicio a todo un fiscal general es una mala noticia para la democracia y también para el periodismo. La información de tribunales es una de las más difíciles y complicadas que se hacen en cualquier redacción, en la que más te juegas (en muchos casos hasta tu libertad) y en la que parece que algo se ha roto.
Históricamente, los periodistas, los jueces, los fiscales y los abogados no nos hemos llevado muy bien. No nos hemos entendido. No hablamos el mismo lenguaje ni escribimos en el mismo idioma, parece ser. Aunque nos necesitamos. Audiencia pública, recuerden. Eso significa que la justicia que se imparte es para que la conozcan los ciudadanos. Y la manera más directa de llegar a ellos es a través del periodismo.
Mientras la justicia no entienda que no somos el enemigo, mientras los jueces, fiscales y abogados no se relajen y se abstraigan, mientras no abandonen el corporativismo en el que se protegen ante cualquier atisbo de crítica exterior, el sistema no funcionará bien. Y también: mientras el periodismo no entienda que hay que sacar el debate ideológico de la justicia, o que hay que pensar en cómo podemos acabar destrozando a alguien por la pena de banquillo (que uno no es culpable hasta que no se demuestra), no vamos a tener una justicia justa y pública.
Así que dejen de pensar que nuestros “dilemas” son “amenazas”. No. Son un sistema para proteger a la gente que nos cuenta cosas y sobre las que evitamos que se tomen represalias. Si le está pasando esto a todo un fiscal general, ¿qué no le ocurriría a cualquier fuente?
Sobre este blog
Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.
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