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Sobre este blog

Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.

Cojonudo

Conversación de Whatsapp entre Carlos Mazón y Salomé Pradas el día de la dana

Alfonso Alba

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Confieso que soy de los que pensaba que la inacción de la Generalitat Valenciana el día de la fatídica DANA se debió a que se venía el puente del 1 de noviembre y que no querían alarmar a los turistas pues se esperaba un lleno total. No me entraba otra explicación al desastre absoluto, a la negación y a que el presidente de la Comunidad, Carlos Mazón, desapareciese durante horas. Había que aparentar normalidad. Valencia iba a estar preciosa y disponible para un puente que la iba a llenar de turistas. Pero no.

La lectura de los mensajes que se cruzó Mazón con su consejera Salomé Pradas señalan algo mucho peor: la estupidez y la incapacidad. Estoy bastante seguro de que Mazón ni leyó el mensaje que le envió su consejera cuando contestó con un “cojonudo”. Pradas le avisaba de que lo que más preocupaba era el barranco del Poyo y el río Magro. “Cojonudo”. Después un “bieeeen” a una “buena noticia”, que al día siguiente iban a firmar un convenio con los bomberos forestales. Eran las 13:34. Y ya está hasta las 20:19. Mientras, se ahogaban más de 200 personas.

La navaja de Okham nos dice que casi siempre la explicación más sencilla es la que acaba siendo. Pero aún así, es incomprensible que todo un presidente de la Comunidad de Valencia pueda actuar como una persona absolutamente ajena a la realidad. O comportarse como un estúpido. O importarle todo tan poco que le parece “cojonudo” que su consejera esté junto a la delegada del Gobierno coordinando una emergencia con aviso rojo con lluvias muy intensas.

La desafección de la política tiene mucho que ver con este tipo de actitudes, que acaban manchando a todo el sistema. “Si al final son todos iguales”, es la salida más fácil para tratar de atajar un problema casi de origen. Muchas personas han convertido la política en una profesión. Sin experiencia alguna en cualquier otro lugar, han pasado directamente de las juventudes de su partido a los órganos de control y de ahí a las más altas responsabilidades políticas, en un viaje meteórico o lógico.

La democracia, en el sentido griego de la palabra, debe ser un servicio público en el que los ciudadanos que se dedican a otra cosa acaban dando un paso adelante y tratando de administrar a su comunidad, luchando por el bien general y no por el propio.

Al final, esa profesionalización de la política, esa “casta” contra la que irrumpió Podemos, acaba generando monstruos e incapaces. Y a estas alturas ya no sé qué es peor: si tener al mando a un monstruo o a un incapaz.

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Alfonso Alba es periodista. Uno de los cuatro impulsores de Cordópolis, lleva toda su vida profesional de redacción en redacción, y de 'fregado en fregado'. Es colaborador habitual en radios y televisiones, aunque lo que siempre le gustó fue escribir.

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