Amigo cofrade: sindícate
Amigo cofrade,
Sindícate. No veo otra solución al ritmo creciente de trabajo que tú y los tuyos sacáis adelante. Desconozco con exactitud el calendario al que te ves sometido, pero, a todas luces, parece que no deja de crecer desde hace unos pocos años y es suficiente para tomarse en serio la posibilidad de establecer una organización de clase que vele por vuestros derechos. En especial, el derecho al descanso.
Empecemos por el principio. Más allá de la Semana Santa y el Corpus, podríamos considerar que el resto de salidas procesionales serían una suerte de horas extras. Y es en este punto de la negociación colectiva donde creo que tenéis una reivindicación que hacer, tal vez no salarial, pero sí para rebajar vuestro potencial estrés.
Puede resultarte extraño lo que te digo porque la labor que realizáis es voluntaria y sujeta solo a la fe y a la tradición. Pero estarás conmigo en que la cadencia de estaciones que lleváis a cabo, vistas en conjunto, os restan obligatoriamente horas de reposo, sueño y tiempo de ocio.
Lo que antes era extraordinario, ahora se ha convertido en cotidiano. Y no hay visos de que cambie. Si aceptamos esta situación, más allá del derecho vecinal a que no se ocupe la vía pública regularmente, me preocupáis vosotros.
Todos tenemos un límite, y aunque la devoción os insufle fuerzas sin fin, por favor, cuidaos. Y reclamad mejores condiciones.
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