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El Mundo Kindle

Paz Segura

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Mi primer acercamiento al Kindle, el ebook de Amazon, fue cuando se lo dejaron los Reyes Majos a mi marido en casa de mis cuñados.

Mi marido es #muyfan de los libros de papel. No estaba muy convencido al principio. Ahora devora (más aún) libros; y luego los compra en papel porque le sigue encantando tener todos sus libros en la estantería.

Y ahí estaban ayer por la tarde mi madre y mi marido sentados, en la mesa del comedor, dando de alta OTRO Kindle, configurándolo y aprendiendo, mi madre, a usarlo. Y remarco lo de “otro” porque la cosa tiene guasa.

El último cumpleaños de mi padre decidimos regalarle un libro electrónico, y teniendo uno en casa con el que su dueño está encantado, la decisión era fácil. Lo pedimos e hicimos entrega del presente al homenajeado.

Hicimos la misma sesión de aproximación al aparato en cuestión y mi madre (la del Nexus 4) lo seguía mirando con recelo diciendo que a ella no le convencía, que a ella le gusta los libros “de los de pasar las páginas”...

Cuando llegaron la semana pasada nos dijeron que teníamos que pedir otro. Mi padre aún no lo había olido. Estaba enfrascado en mitad de un libro cuando se lo regalamos, metió algunos libros digitales en el libro electrónico para probarlo y demás y mi madre lo probó. Y desde entonces ha ido enganchando libro tras libro. Otra convencida.

Y es que es uno de los gadgets que por su utilidad y su precio razonable más veo proliferar a mi alrededor en los últimos meses. De hecho ha sido uno de los protagonistas de mi timeline de Instagram este verano.

Y además de las bondades que cuenta todo el mundo: que no pesa, que caben mucho libros, que bla bla bla, me ha llamado la atención el caso de un amigo cuya madre tiene problemas de vista y que está encantada la mujer con su ebook porque puede poner la letra al tamaño que ella necesita. Y la sana costumbre de leer, que era uno de sus vicios, y había tenido que dejar de lado vuelve a ocupar horas y horas de su vida cotidiana.

Así que si un día de estos consigo sacar tiempo para sentarme un rato en el sofá con las piernas en alto a leer un libro, probaré la experiencia que a todo el mundo parece fascinar. Y ya os cuento si me sumerjo hasta las profundidades del Mundo Kindle.

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