Los cordobeses de Fez

Es evidente que en el conflicto migratorio de España con Marruecos, Pedro Sánchez se ha hecho “popó”. Estoy convencida de que el Rey Mohamed VI le ha susurrado, “chavalote, o somos amiguetes con el Sáhara, o agárrate para la que se te viene encima”.  Como si lo oyera. No se explica de otra manera que ahora los que cruzan los mares para alcanzar costa española lo hagan en bandada por Canarias y que las fronteras que dependen del reino alauita estén tan controladas. Una sola palabra del rey bastaría para inundarnos.

Dicen que el arte de vivir es cambiar las hojas sin perder las raíces. Yo añadiría que cuidar las raíces nos hace estar vivos. El caso es que, por razones diversas, hace poco sentí la llamada de las raíces ancestrales y cruce el estrecho en su búsqueda. En menos de una hora desde Málaga llegué a la ciudad más cultural de Marruecos, la que tiene la Medina amurallada más grande del mundo y donde se fundó la primera universidad del planeta. 

Cuando llegas y te adentras en sus 9.000 callejones, sientes que has dado un salto al pasado en una máquina invisible del tiempo que te transportó en un chasquido. Miras atrás al dar siete revueltas y se te corta la respiración. Sabes que ya serías incapaz de volver sobre tus propios pasos. A partir de ahí, cualquier cosa es posible. Incluso imaginar cruzarte con Maimónides, el filósofo, teólogo y médico más importante que esta Córdoba ha dado -y expulsado-, mientras él anda como tú sin mirar atrás por las mismas callejas. 

Y es que la Medina de Fez, única y Patrimonio de la Unesco, alberga en su corazón la Universidad más antigua del planeta y allí estudió y respiró Maimónides. El califato almohade y su intransigencia religiosa obligó a muchos judíos de Córdoba a salir de la ciudad y la familia de Maimónides no fue una excepción. Recalaron en Fez en 1158 y allí RaMBaM completó su formación talmúdica y recibió el conocimiento médico de los mejores galenos. Nacía el “médico de príncipes, príncipe de los médicos”.

La Universidad, llamada de Al-Qarawiyyin, había sido fundada insólitamente en el año 859 por una mujer, Fátima al-Fihri y resulta que mientras Fátima invertía su herencia en fundar la primera universidad del mundo, su hermana Mariam invertía la suya en construir una Mezquita en el otro extremo de la Medina para otros cordobeses. Como lo oyen.  

En la primavera del año 818 hubo una revuelta en Córdoba en el “Arrabal de Saqunda”, el barrio que iba desde el puente romano hasta el meandro del río en Miraflores. La población del arrabal se organizó para echar al sanguinario emir omeya Al-Hakam Ia cuenta de una injusta subida de impuestos. Aquello no tuvo buen final. Cómo sería, que se conoce como la “Matanza del Arrabal”. Los pocos que el emir dejó vivos, fueron obligados a irse de Córdoba y así fue como 8.000 cordobeses llegaron a Fez con lo puesto. Buscando de nuevo el río, se asentaron en su margen derecho con su avanzada civilización … y allí siguen. Los cordobeses de Fez a los que Mariem “regaló” la llamada Mezquita de los Andalusíes. 

Los movimientos migratorios se rigen casi siempre por razones indignas y nunca se puede estar seguro de en qué lado podemos estar algún día. Cuanto busco, encuentro. Cuando me pongo al otro lado, siento y, cuando siento, imagino que podría haber tenido que dejar mi casa. Entonces me hago pequeña y la compasión me inunda. 

Como dijo Maimónides, “la compasión hacia los demás es la esencia de la humanidad”. Algunos no parecen humanos.