Creer, salir, jugar, ganar
No se trata de creer un día sí y uno no. No se trata de reescribir predicciones o explicar lances a toro pasado. Se trata de una rehumanización del fútbol. Llegamos a pensar que en este deporte se podía ser casi tan infalible como en otros en que las diferencias se evidencian abismales. Pero no. La fe, el equipo, los estados de forma, el hambre, la ilusión aún tienen mucho que decir. Casi todo, en ocasiones.
De un lado, la melancolía de un Messi que va a ganar 20 millones de euros netos al año y deambula por el campo, participando de varios fracasos continuados en sendas finales ante rivales, en algunos casos, muy inferiores. En el otro extremo, y como un ejemplo entre cientos, el triste espejo de un jugador del Córdoba, pongamos Pinillos, concentrado en hacer pocas cosas y decentemente. En aferrarse al contragolpe como única arma, y apretar los dientes con una defensa tan voluntariosa como agónica en ocasiones. No es crítica. Es realidad. Un equipo limitado que, al menos, se reconoce ya en una manera de jugar, respetable, aunque no me guste. Ahora es el momento de hacer cosas de las que se está seguro. Porque todo es posible. Sobre todo, si calibramos el nivel del resto, que nos redime una y otra vez.
No se trata de creer un día sí y uno no. Se trata de creer, salir, jugar, ganar. Esa ha sido la realidad atlética esta temporada. Esa, esperamos, debe ser la realidad del Córdoba en los tres partidos restantes.
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