Sergio Gracia Montes es graduado en Derecho por la Universidad de Córdoba. En 2018 impulsa desde Córdoba el Centro de Investigación de la Extrema Derecha (Cinved), con el que analiza y estudia los movimientos populistas y extremistas en España y a nivel internacional. Gracia cuenta con amplia formación en materia religiosa, política y de derechos humanos, e interviene en medios nacionales (Cuatro, La Sexta, Huffington Post, El Independiente, El Confidencial o El Temps) como experto en fanatismos y movimientos de ultraderecha.
¿Volver al 36?
Tras lo ocurrido en el aquelarre ultraderechista Viva22 y todas las reacciones que hubo a posteriori en torno a la canción cantada por unos individuos a los que me niego a nombrarlos para hacerles publicidad, quise darme un tiempo para tratar el tema con reflexión y calma, por lo que significa ese tiempo para el que escribe estas palabras.
La primera pregunta que deberíamos hacernos es ¿Acaso nos fuimos alguna vez del 36? No se trata de volver, ya que para volver a un lugar o a un hecho, antes deberíamos habernos ido, y España nunca se fue de aquel maldito 18 de julio del 36.
El circo montado alrededor del día de la Fiesta Nacional, es la última alusión a una fecha que significa golpe de estado, sublevación militar, asesinatos, violaciones, robos de niños y niñas, zulos y tierras robadas para entregárselas a los señoritos, y de estas dos últimas cosas el que escribe sabe bastante, ya que a los suyos les robaron sus tierras en la zona de Espejo “por no estar en sus casas”, lógicamente estaban luchando en el frente, y tenían que escuchar por la noche Radio Pirenaica escondidos en un zulo para evitar que los fusilasen en Doña Mencía. La Pirenaica era la emisora clandestina que por el simple hecho de sintonizarla, era un gesto de oposición al franquismo.
El 36 fue el comienzo de una herida política, pero sobre todo social, que no se ha curado hasta el día de hoy, porque entre otros motivos, los herederos de aquel golpe de estado y posterior dictadura represiva y sanguinaria, continuaron en sus puestos después del 75 como si fueran personas honorables y respetables, cuando habían sido asesinos, cuando habían firmado sentencias de muerte, o cuando habían ordenado arrestos arbitrarios llevando a cabo torturas para sacar información por motivos ideológicos.
España nunca tuvo su particular Juicio de Núremberg, no realizó purgas ni en Fuerzas Armadas, ni en Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, ni en la Justicia, ni en dirigentes ni en funcionarios. Y para curar la herida de una dictadura, lo primero es purgar a todos sus cómplices.
Las referencias al 36 llevan 47 años presentes, son continuas y toleradas en medios, realizadas por políticos, fundaciones, asociaciones, y hasta por webs, blogs, bares y restaurantes, algunos de los dueños de estos últimos, entrevistados en prime time, mientras los sucesivos gobiernos han mirado para otro lado, aunque algunos han descubierto ahora con la canción lo que significa y lo que piensan del 36 los “nostálgicos” y amantes de la dictadura. Siendo este un tema de profundo calado social, ya que durante más de 4 décadas han permitido que se alimente este discurso a través de financiación pública y publicidad gratuita, donde usando la democracia han conseguido salir de sus ratoneras.
Haciendo una aproximación somera, en España se ha permitido crear una ruta conocida como “Ruta 36” a la que habría que añadir varias decenas de bares y restaurantes en la que se realiza de forma continua y diaria enaltecimiento de la guerra civil, la posterior dictadura y donde se rinden homenajes a quienes llevaron a cabo tal genocidio, como por ejemplo, Franco, Millán-Astray o Queipo de Llano. Todo ello tolerado y consentido.
La Ruta 36 es de obligada peregrinación para franquitas, falangistas, fascistas y neonazis amantes de genocidas, violadores y asesinos, donde se utilizan para regocijo del visitante los uniformes de las fuerzas y cuerpos de seguridad nacionales y fuerzas armadas. Algunos de estos sitios, son auténticos museos del terror donde hay expuestos desde réplicas del busto del Dictador hasta armas de guerra como misiles, bombas o subfusiles, que ya me dirán ustedes quién permite eso por muy, supuestamente, inutilizadas que estén.
Pero no solo el 12 de Octubre es fiesta marcada con una X en el calendario de esos llamados “nostálgicos” donde los medios buscan mitigar la repercusión e impacto social de estos grupos, restándole importancia a sus actos, actos donde han cometido más de 100 asesinatos desde los años 90 hasta nuestros días por motivos de orientación sexual, creencia religiosa, etnia, raza u origen.
El franquismo tiene su propio calendario más allá del 12-O o del 20-N, donde rinden homenaje a todo aquello que pueda recordar a la Dictadura, represión, expulsiones y sus genocidas. Entre esos días está el 28 de enero (fundación de la Legión), 13 de mayo (fundación de la Guardia Civil), 18 de julio (día del alzamiento nacional), 1 de octubre (día del caudillo), el 12 de octubre (día de la hispanidad), el 29 de octubre (fundación de falange) o el 20 de noviembre (fallecimiento del dictador y de Primo de Rivera). A lo que habría que añadir el 2 de enero (Toma de Granada).
Entre las reliquias expuestas en estos lugares “de culto” podemos ver documentos oficiales firmados por el Dictador, enseñas de los diferentes cuerpos como gorras, boinas, chapiris y trajes oficiales ¿de dónde han sacado dichos uniformes cuando estos sólo los pueden tener personas que pertenezcan a las FCS y/o Fuerzas Armadas? Donde podemos ver cuadros de la División Azul, además de merchandising en recuerdo de las fechas clave o con la bandera anticonstitucional. Incluso si te haces pasar por un buen “patriota” te pueden dar tu pasaporte a “zona nacional” que te sellan cada vez que visitas uno de los locales de la ruta.
Recientemente se aprobó en el Congreso con el voto en contra de la derecha extrema y la extrema derecha, la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática. Faltaría más que los herederos de Alianza Popular del ex ministro franquista Fraga, los que supuestamente, condenaron el Golpe de Estado y prometieron honrar a las víctimas en 2002 en el Congreso, cumplieran su palabra y dignificaran a dichas víctimas de la Dictadura.
Mientras tanto, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ya se ha puesto en marcha pidiendo una investigación a la Fiscalía General del Estado por la canción, y el Gobierno por su parte, ha solicitado a la Hermandad de la Macarena exhumar los restos del genocida Queipo de Llano y del general Bohórquez, donde volverá a reaparecer “el club de fans” que ya estuvo presente en el Valle de los Caídos con el Dictador.
La pregunta que debieran hacerse aquellos que se autodenominan “demócratas” es, cuando la ultraderecha deje de ser una opción creíble ¿Quién recogerá a toda esta lacra social? ¿Los volverán a meter en la cueva y cambiarle la camisa por la chaqueta otra vez? Nadie hará ascos a unos millones de votos, pero quienes desean volver al 36, seguirán ahí escondidos, deseando que se consumen sus sueños oscuros, donde el franquismo y su herencia seguirá siendo vergüenza de un país que se llena la boca de ser “demócrata” pero que jacta de los derechos violados durante más 80 años.
Sobre este blog
Sergio Gracia Montes es graduado en Derecho por la Universidad de Córdoba. En 2018 impulsa desde Córdoba el Centro de Investigación de la Extrema Derecha (Cinved), con el que analiza y estudia los movimientos populistas y extremistas en España y a nivel internacional. Gracia cuenta con amplia formación en materia religiosa, política y de derechos humanos, e interviene en medios nacionales (Cuatro, La Sexta, Huffington Post, El Independiente, El Confidencial o El Temps) como experto en fanatismos y movimientos de ultraderecha.
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