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Defended, malditos

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Paco Merino

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No podemos perder tan pronto lo que costó tanto tiempo recuperar. Cuarenta y dos años son muchos para dejarlo ir todo así. ¿Cuántas veces lo habéis oído ya? Acordaos de aquella tarde en El Molinón, de las ansias de grandeza del Sporting y el ramalazo de miedo en el cordobesismo por la cercanía del descenso. Faltaban diez jornadas. Nadie daba un duro por el Córdoba. Acordaos de Las Palmas. Acordaos de Uli Dávila. Acordaos del Litri, de Juanín, de Simonet, de todos los que se fueron antes de poder ver lo que una generación de cordobeses jamás había visto. ¿Cómo? ¿Que no os acordáis? ¿Que no sabéis nada de todo esto? ¿Nadie os ha contado quiénes somos y de dónde venimos?

En el Power 8 Stadium de Cornellá-El Prat, el Córdoba presentó una alineación titular en la que sólo había dos jugadores que formaron parte de la plantilla del ascenso: Mikel Saizar y Eduard Campabadal. Dos suplentes habituales que vivieron la histórica hazaña en directo. Ninguno más estaba allí. Borja y Fede, desde sus destinos en el Real Madrid Castilla y el Anderlecht belga, sabían de qué iba el asunto desde la lejanía sin sospechar seguramente que el destino les iba a traer de nuevo a Córdoba, una ciudad sin nombre en el fútbol profesional de primer nivel. Los otros siete andaban por ahí, buscándose las habichuelas -o los langostinos- en plazas lustrosas. Un esloveno (Krhin), un serbio (Pantic), un rumano (Florin), un italiano (Rossi), un argentino (Cartabia), un caboverdiano (Héldon) y uno de Lora del Río (Crespo) que jugaba en Italia. Nadie sabe ni tiene por qué saber. Pero alguien debería contarles ciertas cosas.

El Córdoba es el colista de la Primera División. Suma 18 puntos y faltan 13 jornadas para que termine un curso en el que la entidad cumple 60 años de vida. A finales de mayo todo habrá terminado. Casi todos haréis las maletas y os iréis de aquí. Es posible que ahora no os importe a muchos lo que piensen de vosotros en el futuro en una extraña ciudad del Sur de España. Sois jóvenes y es normal. Pero os puedo asegurar que eso cambiará con los años. Defended la historia de este club y formaréis parte de ella para siempre. Nadie olvidará vuestros nombres ni lo que hicistéis. Ésa será vuestra victoria.

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