Tarde de ilusión

Los alumnos del colegio Santa María de Guadalupe celebraron este Domingo de Pasión su tradicional procesión infantil, organizada con el apoyo de la hermandad de la Soledad | La Agrupación Musical Sagrada Cena y la Banda Juvenil de Música de la Esperanza pusieron los sones
El aroma a Semana Santa ya recorre Córdoba. Es el del incienso en una tarde de sol, como brilla en el imaginario colectivo cada inicio de los días de Pasión en la mañana de San Lorenzo. Apenas seis días restan para que llegue el momento de acompañar a Jesús de los Reyes y la Virgen de la Palma, esta vez desde la Mezquita-Catedral. Lo cierto es que el Domingo de Pasión es año tras año una especial antesala de la mano de los más pequeños. Poco antes de las cinco, en las aceras y en la calzada, ya cortada al tráfico, se reúnen numerosas personas. Sonríen, pero no tanto como los niños. Aguardan el instante en el que la ilusión infantil se muestre con carácter cofrade en una tradicional procesión. Es la que realiza en esta jornada, cuando el Domingo de Ramos ya está a la vista, el colegio Santa María de Guadalupe con el apoyo de la hermandad de la Soledad. La cruz de guía está en la calle. Comienza el recorrido por las calles cercanas a Franciscanos.
La tarde, como la mañana, lucía radiante. El cielo presentaba un claro azul, bajo el cual las puertas de la parroquia Santa María de Guadalupe (Franciscanos) se abrían para que los niños celebraran su tradicional procesión. Alumnos de Infantil y de Primaria de la escuela homónima ofrecieron un año más una estampa ya habitual en Domingo de Pasión. No hubo pequeños vestidos de nazareno, pero sí con un sencillo hábito franciscano y con el rostro plenamente al descubierto, de forma que pudieron mostrar la alegría de participar en la salida. Sus sonrisas tenían el reflejo entre los padres. Y también entre quienes no lo fueran y simplemente acudieran a obtener de cerca el especial sabor de esta cita. La imagen, como siempre, resultó entrañable a la par que emocionante. Mientras el cortejo avanzaba, comenzó a sonar el Himno Real. Ya estaba en la calle el pasito de Jesús Nazareno.
A la procesión organizada por el colegio Santa María de Guadalupe y la hermandad de Soledad no le faltó el más mínimo detalle. Una centuria formada por pequeños romanos y niñas con mantilla también formaron parte de una comitiva que también acompañaba a Nuestra Señora de la Soledad, que marchó sobre el segundo paso, éste un poco mayor en dimensiones. Poco a poco, el cortejo se perdió por la avenida de Rabanales para continuar su camino. Continuó con los sones de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Fe en su Sagrada Cena y de la Banda Juvenil de la Banda de Música María Santísima de la Esperanza. A lo largo del recorrido, no fueron pocos los que quisieron presenciar la ilusión infantil en una tarde en la que la ciudad ya comenzó a respirar de manera plena el incienso que traerá la Semana Santa en apenas unos días.



























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