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Se nos apagó la luz

Redacción Cordópolis

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Estimados señores;

Me pongo en contacto con ustedes para sumarme al malestar generalizado que estamos viviendo en el barrio del Guadalquivir debido a la escasez, o más bien inexistencia, de unas condiciones mínimas para poder vivir y convivir saludablemente.

Me consta que el en los próximos días tendrá lugar una manifestación precisamente por este motivo, pero me resulta totalmente imposible poder asistir debido a mi horario de trabajo.

No quería dejar pasar el tiempo sin hacer constar que me siento realmente indignada, decepcionada, abrumada e incluso asustada.

Soy totalmente consciente de la situación que estamos viviendo en España, en Andalucía y por supuesto en Córdoba. Realmente entiendo que todos debemos “apretarnos el cinturón” y hacer un esfuerzo conjunto para conseguir superar esta situación tan delicada en la que nos encontramos. Pero de ahí, a vivir en unas condiciones que rozan la insalubridad creo que hay una enorme distancia.

A mi bloque, situado en la manzana no 9, se accede a través de la entrada existente entre la manzana 8 y la 9. Si tengo la suerte de llegar de día a casa, desde luego que la vista no es muy agradable, pero al menos, gracias a la luz solar puedo esquivar la basura, desechos de animales o cristales, pero la cosa se complica enormemente cuando llego de noche.

Me parece totalmente increíble y sorprendente, que en 6 años que llevo viendo ahí, jamás funcione ese alumbrado. Yo no pido calidades de lujo, porque como bien he escrito anteriormente, soy consciente de cómo está la situación, pero ¿de verdad considera el Ayuntamiento que un alumbrado para no “matarme” por las escaleras es un lujo o es mucho pedir?

Me siento profundamente avergonzada, cuando familiares o amigos vienen a visitarme, y tengo que advertirles, que no olviden traer una linterna, porque de lo contrario, no verán ni por dónde andan.

Hace algún tiempo, instalaron algunas farolas nuevas en la zona, pero desconozco el motivo, justo en la entrada de mi bloque dejaron las cuatro viejas que no encendían puestas. Mi marido preguntó a los operarios, pero simplemente no estaban incluidas en el proyecto.

Me resulta alucinante, pasar por parques de Córdoba, vallados porque no reside nadie en la zona, donde aún siendo de noche, casi es conveniente usar gafas de sol para no ser deslumbrados por la excesiva iluminación que poseen, y al llegar a casa, me encuentro que no es que se vea poco, sino que es imposible ver algo.

Por otro lado, y no menos sorprendente, el estado del descampado situado entre mi manzana y la 8. Vuelvo a repetir, no pido que instalen la mejor pista de padel de la ciudad, pero creo que, al menos, nos merecemos por nuestra propia seguridad e higiene que poden la zona. Varios vecinos hemos observado que está lleno de ratas. Incluso hay lechuzas que vienen a cazar. No quiero ni pensar lo que puede haber ahí dentro. Con las altas temperaturas que se avecinan no sería de extrañar que cualquier día saliera ardiendo, sin pensar en las consecuencias que todo ello podría acarrear.

Por otro lado, y por mencionar alguna más de las muchísimas deficiencias con las que cuenta el barrio, me llama la atención la escasa o nula presencia policial por sus calles. Trabajo en C/ Cruz Conde, y no hay momento del día, en el que no haya al menos dos patrullas dando vueltas. Ni mucho menos recrimino esto, pero sí pienso que deberían estar más repartidas.

Soy consciente de que en el barrio hay algunas personas no demasiado civilizadas, que pueden quemar un contenedor, o roblar el cableado de las farolas, pero pregunto, ¿qué culpa tengo yo de esto? No es justo meter a todo el mundo en un mismo saco, y dar el barrio por perdido, cuando ni siquiera saben a ciencia cierta (ya que no hay policía para comprobarlo) que sean vecinos de allí los que pueden ocasionar desperfectos en el mobiliario urbano. Y si fuera cierto que hay personas incívicas que no cuidan sus propios alrededores, también es cierto, y esto sí lo puedo afirmar, que también vivimos personas trabajadoras, con una gran educación, civismo y buenas formas que, desde luego, nos merecemos poder vivir con unas mínimas condiciones de vida saludables. Además, pago todos mis impuestos, por tanto, tampoco considero que sea un regalo pedir tener farolas.

Agradezco profundamente, el esfuerzo de la Asociación de Vecinos de nuestro barrio el esfuerzo que realizan por conseguir todo esto que he detallado y muchísimas acciones más.

Por tanto, concluyo exponiendo que haré todo lo que esté en mi mano por aportar un granito de arena, porque sinceramente, creo que no es pedir demasiado.

Espero de verdad, que nos escuchen de una vez, que el Ayuntamiento sea consciente de que vivimos personas con los mismos derechos que el resto de la ciudad, y que dejando el barrio de lado, jamás conseguiremos que la cosa cambie.

Agradeciendo su atención, le saluda atentamente

Elisa Calvo Serrano

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