Verde que te quiero verde
Hoy traigo un post de ciencia pura y dura a Cuaderno de Laboratorio y tiro de nuevo para mi campo, la genética de hongos.
La película que muestro a continuación tiene un minuto de duración (10 horas y 25 minutos en tiempo real) y fue filmada por mi compañera del grupo de Genética de la Universidad de Córdoba, la Doctora Carmen Ruiz Roldán, y publicada originalmente en la revista científica Eukaryotic Cell. Muestra cómo crece el hongo Fusarium oxysporum a partir de una espora ovalada, que es la forma en la que el hongo vive generalmente en el suelo hasta que se dan las condiciones adecuadas para iniciar el crecimiento y la infección de la planta.
Al comienzo del vídeo se ven 3 esporas cuyos núcleos han sido marcados con fluorescencia verde o roja mediante ingeniería genética. El núcleo es el lugar de la célula dónde se almacena el ADN, el libro de instrucciones para la vida.
Para que tenga lugar el crecimiento del hongo (como en el caso del crecimiento de nuestras células o las de cualquier ser vivo) es esencial que la célula que va a dividirse realice una copia de su ADN, de su libro de instrucciones, para pasarlo a la célula hija.
Podemos ver que tras la germinación de la espora, comienza a crecer la hifa tubular y aproximadamente cuando ha doblado su tamaño, el núcleo verde se divide en dos (la información genética ha sido duplicada). Ambos núcleos migran en direcciones opuestas e inmediatamente se forma un tabique o septo que separa las dos células. El proceso se repite en la recién formada hifa.
En su estudio, la Doctora Ruiz Roldán usó esta metodología para caracterizar en detalle la dinámica de la división nuclear durante la germinación de las esporas, la elongación de las hifas, la formación de nuevas esporas o la fusión entre hifas (en mi entrada “Tendiendo puentes” mostré una foto dónde se apreciaba este fenómeno de fusión entre hifas). Todos estos procesos son relevantes para el crecimiento del hongo y para la colonización de su huésped.
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He presentado a este hongo filamentoso en entradas anteriores. Se trata de una especie capaz de infectar a un gran número de plantas, incluidos muchos cultivos de importancia económica como el plátano, el algodón, el melón, la coca o el tomate. Además, F. oxysporum es un patógeno oportunista de humanos que puede provocar infecciones sistémicas en pacientes cuyo sistema inmunitario está debilitado (por ejemplo en pacientes con SIDA o sometidos a tratamientos por trasplante de órganos o quimioterapia).
Investigaciones como la que hoy cito, destinadas a responder cuestiones de biología básica, precisan de inversión pública para poder llevarse a cabo, especialmente en un país como España dónde no existe aún una cultura extendida de financiación privada de la investigación científica. Los enormes recortes en investigación en nuestro país en los últimos 5 años están ya afectando a este tipo de estudios y echando por tierra el enorme esfuerzo llevado a cabo entre los años 2000 y 2008 que situó a España al nivel de inversión pública de otros países de nuestro entorno. Ahora, de nuevo, ha crecido la distancia con respecto a esos países de forma preocupante.
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