Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.
Veraneos 25. Saramago, Lanzarote
Y yo me pregunto por qué tengo que ver la sencilla cama “de matrimonio” cubierta con una colcha blanca de croché donde murió José Saramago a las 11 de la mañana de un 14 de junio de 2010 en Tías, Lanzarote, España.
Por qué me dejan ver eso. Creo que es impúdico, o algo así, signifique lo que signifique impúdico.
Estoy en la casa de José Saramago en un pueblo español y ultramarino y lloro un poco. Me giro para que no me vean lagrimear y la vista se me escapa, tras el jardín, hacia Fuerteventura en el horizonte. Otra isla, otro puerto, otra esperanza…
He pasado los dedos por el lomo de un viejo diccionario que consultaba don José en su despacho. Claro que tardaré en lavarme esas mis manos.
“Al día siguiente no murió nadie”, escribe José al principio de Las intermitencias de la muerte. Ya está escrita la novela.
En silencio, mirando la cama con el cabezal simple de madera y esa colcha pelín cutre pensé que ahí murieron también mi madre, mi padre, algunos tíos y tías, una prima y dos amigos.
Y lleva razón Saramago: la gente no muere mañana, los nuestros murieron ayer.
Abandonamos a casa de Saramago y enfilamos una carretera recta entre volcanes sordos y mudos por ahora.
Es nuestro viaje del elefante: “Siempre acabamos llegando a donde nos esperan”.
Sobre este blog
Como desde siempre he sido reacio a levantar pesos o manipular herramientas, pero sé leer, escribir y hablar, he acabado trabajando (es un decir) en medios de comunicación escritos y radiofónicos. Creo que la comunicación y la cocina tienen muchas cosas en común: por ejemplo ambas necesitan emisores y receptores, y tienen una metodología parecida, una suerte de sintaxis y de morfología que deben ser aplicadas. Cocino habitualmente en casa y mi último descubrimiento ha sido comprobar que recoger y limpiar utensilios mientras preparo la comida es muy bueno: ha cambiado mi vida, de hecho. Buen provecho a todos.
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