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Ira transitoria

Alba Ramos

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Pues bien, en pleno año 2014 parece que la peña de el tiempo sigue sin acertarel tiempo. Hoy día al menos si dicen que “va a llover” suele darse tal fenómeno climatológico pero ¡eh! NUNCA a la hora que avecinaban estos profesionales de la meteorología (que digo yo que al menos los que les hacen los guiones lo serán o se basarán en datos mínimamente científicos... o no, igual es magia).

El caso es que varias horas antes de “la previsión” me ha caído un aguacero encima que ni en Biescas (ehem, a parte de ser una referencia de lo más noventera me veo en la obligación de disculparme por este humor negro, pero cuando caen riadas por las calles es mi primera referencia mental) y la lluvia me mola mogollón, pero me he cruzado por una mini calle con una señora ataviada con el que debía ser el paraguas de Hulk (o Gil, ambos necesitarían de tales dimensiones para cubrir sus “cuerpos”) y me ha agredido con uno de los picos mortales de este arma de destrucción masiva con nombre divertido de escribir en el cráneo. Probablemente a drede.

Y ha pasado: momento de ira transitoria.

Me estoy refiriendo a cuando ocurren estas pequeñas cosas mundanas que, de una forma siempre irracional (qué me chifla que sea así), provocan que tus ganas de matar aumentenganas de matar progresiva e intensamente hasta alcanzar un punto que parece de no retorno. Pero de pronto, se calman. Incluso más rápido de lo que llegaron. Y te ríes (o no).

No hace mucho tiempo que mi amigo y compañero Javi (inspirador de muchas de estas iras no por provocarlas sino por sus siempre compartidas sugerencias de cosas detestables) viene apodándome Chica Ira precisamente por estos picos de inestabilidad y odio infinito que apenas me duran unos cuatro minutos y que (parece) le hace risas.

A veces incentivados por los momentos de regla mental o por situaciones reales y bien justificadas de cabreo vital, estos momentos de enajenación ocurren.

Estoy convencida de que nos pasan a todos, incluso a esa gente risueña y sonriente. Esos. Sí. ¡Venga ya! El mundo está lleno de situaciones deleznables e incómodas y ansío conocer las vuestras (coincidamos o no, que entiendo que mis manías son ridículas e insignificantes) ¡hágamos recopilatorio de absurdeces irascibles!

Por empezar con una sencilla y común: la gente que se para en las puertas a echar el rato y/o psicoanalizarse vivas. Esto... ¿Hola? No, no sois la hermana fea de la serie 'Embrujadas' que tenía el poder ese de parar el tiempo (Piper, me muero si no menciono su nombre). ¡No! Vuestra pausa es la que provoca que el mundo no evolucione. Cuando digo puertas me refiero a las de un bar, las del metro o autobús (maldita sea ¡dejenos salir!), cualquier tipo de comercio o cuales quieran. Esta peña es ver una bisagra y tener la necesidad de retener a todo aquel que quiera seguir su vida. Sois mala gente en serio.

Que la tecnología no funcione (o lo haga MAL). ¿“Conjunto de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico”? Querida RAE, no me hagas reír. He trabajado con tantos ordenadores de Fisher Price que conozco de sobra esa ira cuando se cuelgan, apagan a lo loco o, simplemente, mueren en tus manos. ¿Y los móviles? Tanto tres, cuatro, cinco o cuántas ges quieran añadirles, siempre fallan cuando tenías la llamada del ahorro, digo, de tu vida (Génesis, entre Rizo – dios hay pocas cosas más odiables que este personaje - y este slogan estoy claramente en vuestras manos) hasta luego comunicación. Bah, tampoco se acaba el mundo. En verdad esto es más un drama.

En lo referente a comportamientos humanos me provoca ira momentánea esa gente que te come el espacio vital hasta que consigue echarte de dónde estabas (¿por que no nos golpeáis directamente por detrás de las rodillas caris?) y, ya más rareza personal, cuando me roza pelo ajeno sin previo aviso y/o las mangas de las camisas de seres desconocidos por sorpresa (esto... ojalá alguno confeséis algo similar o pareceré una lunática).

La pronunciación extrema de palabras en inglés. Joder, no.

Y cómo no, casi plantearía la posibilidad de referéndum para instaurar la pena capital para la gente que pone la música de su teléfono móvil para que la escuche todo el mundo. Así como los radiocasetes sólo molaban en 'El Príncipe de Bel-Air', el rollo bachata y/o reggaeton en vuestros móviles sólo puede tener gracia si después podemos lanzarlos a las vías del Ave y corréis tras ellos. Muahahahahaha.

El ruido, así en general y, más en particular, la gente que habla a dos mil decibelios. Sé que esto lo comento demasiado a menudo y que quizás, por qué no, deberíamos abrir de una vez por todas debate pero, ¿es que hay un problema de sordera universal o qué está pasando? Cada minuto de vida es un céntimos más para Gaes, BASTA YA.

Las ganas de matar ganas de matarson también estacionales. Cuando llega el calor (los chicos se enamoran, parece ser que por la brisa y el sol según versaban Sonia y Selena) están esos chicles en la aceras que resurgen en verano para adherirse a cualquier suela de zapato (sin hablar de otras partes si te apetece un momento multiculti y te sientas en el suelo) y en primavera el nacimiento y muerte en el mismo día de las hormigas voladoras (si es que existe esta especie como tal) que van a morir en masa a las cercanías de tus ojos. Dios, eso no es vida.

Hablar de que hace calor en verano y frío en invierno. Dejen de rellenar informativos y conversaciones con OBVIEDADES.

El clásico “¡por favor! ¿no sabes quién es o qué es X?”. Pero esto es cosa de los listos y listas. Amigos, este tema daría para un nuevo cajón.

“Volverás a odiar, estarás bien”. Cuán bien me conoces maestro.

https://www.youtube.com/watch?v=npbewawdoF0

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