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Ojo con sus circuitos neuronales

Diego Copé, en la presentación de los datos de escolarización del primer ciclo de Infantil.

Aristóteles Moreno

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Hay más inversión y más docentes que nunca

Diego Copé Delegado de Educación en Córdoba

No tenemos por qué dudar de la taxativa afirmación del señor delegado de Educación en Córdoba. Hay más inversión y más docentes que nunca, sostiene en una entrevista publicada hoy en un periódico de la competencia. El señor Copé es licenciado en Historia, ejerció durante años como profesor de Enseñanza Secundaria y ha asumido puestos de responsabilidad en diversos centros educativos de nuestra provincia. Es dueño, por lo tanto, de un solvente bagaje académico que le acredita para decir lo que dice.

Hasta ahí todo en orden. El titular preside la portada en el inicio del curso escolar que está a punto de arrancar. Un centímetro más abajo se puede leer lo siguiente: “Córdoba pierde 15.500 alumnos mientras que la privada los duplica en la última década”. Si usted observa los dos titulares de forma simultánea o levemente consecutiva, es probable que colapsen sus circuitos neuronales en alguna parte del lóbulo frontal izquierdo.

Si hay más inversión y más docentes que nunca, ¿cómo es posible que la educación pública haya perdido 15.500 alumnos en una década? El señor Copé es profesor de dibujo y seguramente tendrá respuestas para un enigma que puede causar serios daños cerebrales en el lóbulo frontal izquierdo de cualquier lector de nivel medio.

En este mundo dominado por la posverdad, la realidad es un decorado a punto siempre de desvanecerse. Lo demuestra el señor Trump todos los días sentado tranquilamente en el Despacho Oval. Las cosas no son lo que parecen sino lo que dice el emperador que son. Punto pelota.

El caso es que asistimos cada año al desmantelamiento progresivo de los servicios públicos en beneficio de los intereses lucrativos privados. Lo sorprendente es que la operación de derribo es perpetrada desde dentro por representantes públicos que fueron elegidos justo para lo contrario. Ya lo dijo Milei nada más asumir la presidencia de la República Argentina. Soy un Caballo de Troya y vengo a demoler el Estado. Y oiga. En eso estamos.

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