¿De dónde son las naranjas?
Este título que antecede es la pregunta que el otro día le hice al tendero de la frutería de barrio, donde suelo comprar la fruta. El comerciante me respondió que eran de Sudáfrica. Ante mi pregunta de si no tenía de Palma del Río, me contestó que aún no. ¿Qué está fallando? Porque la campaña de recolección de cítricos en el Valle del Guadalquivir y en una comarca como la zona de Palma del Río, Hornachuelos y Posadas está ya muy avanzada. En la prensa provincial, la pasada semana se hacían eco, una vez más, de la escasa rentabilidad de los cítricos con los bajos precios en origen, que impiden cubrir los costes de producción, pues a 0,14-0,15 céntimos de euro un kilo de naranjas difícilmente el citricultor podrá rentabilizar su trabajo.
Sin lugar a dudas, los cítricos de la comarca del Guadalquivir, que engloba a estos municipios expuestos anteriormente suponen un importante motor económico para la zona y por supuesto para Córdoba, creando empleo y riqueza. Es un sector clave para la economía rural, así como un elemento de cohesión y estabilización.
Yo creo que ha llegado el momento en que los consumidores nos impliquemos más con nuestra compra, pues poseemos una herramienta poderosa, fundamental, para un cambio social, y no es ni más ni menos que nuestro consumo: La responsabilidad de las personas como consumidores y las oportunidades de elección.
Consumir conscientemente, pues con el dinero de nuestra compra podremos ayudar a nuestra provincia a salir adelante. ¿Tan difícil es exigir la procedencia de la fruta? Podemos sin ningún problema consumir productos elaborados localmente y a ser posible que sean de temporada: Principio de compromiso con nuestro entorno. De esta forma cuidamos a nuestra salud y al medio ambiente, al no transportarlos desde grandes distancias. Creo que es importante considerar el impacto ambiental desde el punto de vista del ciclo de la vida del producto a comprar, teniendo en cuenta los procesos de producción, transporte, distribución, consumo y residuos que deja el producto. Las administraciones públicas deberían exigir que en los lineales de las grandes superficies, supermercados y tiendas figuren en la etiqueta, de forma obligatoria, una información sobre la procedencia de la fruta, y de otros productos, así como de sus contenidos nutricionales.
Es importante el esfuerzo que se está haciendo por parte de una serie de empresas de la comarca del Guadalquivir, que están comercializando bajo la marca “naranjas del Valle del Guadalquivir”, que necesitarían de nuestro apoyo y de nuestra concienciación como consumidores.
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