El reparto de las ayudas en la reforma de la PAC
Aunque la reforma de la Política Agraria Comunitaria es un tema que suelo tratarlo mucho en esta columna, la verdad es que es por su importancia para el mundo rural, hay que hablar esporádicamente de la citada reforma, que avanza sin interrupción a través de los diversos calendarios y Organismos. El pasado día 30 de Septiembre, se votó en la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo, los cuatro Reglamentos que componen esta reforma, o sea, la Organización Común de Mercado Única, pagos directos, desarrollo rural y financiación de
la PAC.
Ahora, la reforma de la PAC, deberá ser ratificada por el Pleno del Parlamento, en el mes de noviembre, y en el Consejo de diciembre. Recordar que en el pasado 24 de septiembre el trílogo aprobaba prácticamente todos los flecos que quedaban pendientes.
Estos temas pendientes eran el Capping, las transferencias entre pilares y la cofinanciación de la U.E. en los Planes de Desarrollo Rural.
En el capping, se aprueba una regresividad del 5% de las ayudas a partir de los 150.000 euros por perceptor. Teniendo en cuenta que para el cálculo se descontarán las cotizaciones sociales y el 30 % del greening. Hay que tener presente que España va a aplicar el capping, teniendo en cuenta a las entidades asociativas. El montante que se recaude de esa modulación se transferirá a los PDR.
En cuanto a la transferencia entre pilares y la convergencia externa, hay que recordar que en España no se va a aplicar esa transferencia. Esta transferencia puede ser de hasta un 15% de la dotación nacional.
Y con respecto al Desarrollo Rural, la cofinanciación va a ser del 85% para zonas desfavorecidas, 75% para zonas en transición, 63% para otras zonas en transición y 53% para el resto de las zonas. Con la particularidad de que esta cofinanciación puede subir en el caso de programas de transferencia del conocimiento, jóvenes y creación de agrupaciones de productores.
Llegados aquí, a los partidos políticos y a
las organizaciones sindicales les parecerá positivo o negativo el acuerdo. Sobre todo porque la trasferencia de renta entre agricultores, el Gobierno de España la ha detenido, intentando mantener a toda costa el status quo existente, de tal forma que se han desaprovechado los mecanismos que la Comisión proponía para una convergencia externa de las ayudas, y que se podrían igualar en torno al 2019.
El argumento esgrimido es que se habría generado un perjuicio a las explotaciones españolas más productivas, y que tienen que asumir mayores costes.
Mientras tanto miles de pequeños agricultores se van a quedar fuera de los pagos directos y otros percibirán ayudas ridículas. Y lo que es más importante, muchísimas comarcas con dificultades orográficas, dónde el olivar es el único cultivo que existe, y dónde no se puede cambiar, esos agricultores, cultivadores en unas zonas que muchas de ellas conforman la Red Natura 2000, y Zonas Desfavorecidas, donde el cultivo se adapta al Medio Ambiente con una simbiosis pefecta , seguirán percibiendo los derechos de Pago Único más bajos de todos. Se ha
perdido la oportunidad de haber realizado un reparto más justo de las ayudas, por no hablar de temas más importantes que éstas, como la regulación de los mercados, tras el abuso que cada día más realizan los Grupos de Distribución, así como realizar las modificaciones necesarias en pos de la transparencia de la cadena alimentaria.
Espero que la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, a través de los mecanismos oportunos, que tienen que aprobarlos, arbitre ayudas agroambientales para ese olivar de bajo rendimiento,
olivar tradicional, que no se nos olvide, es el que genera los millones de jornales anuales en el territorio andaluz, fijando población rural y agraria en los núcleos rurales. Y que este tipo de olivar, si que tiene los costes de producción más altos.
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