La prohibición de las aceiteras en la hostelería

La noticia de la semana, es que el Gobierno, en el Consejo de Ministros del pasado viernes, ha aprobado la prohibición en España de las aceiteras rellenables a partir del 1 de enero de 2014. Y en el BOE del sábado, ya aparece publicado el Real Decreto 895/2013, de 15 de noviembre, por el que se modifica el Real Decreto 1431/2003, de 21 de noviembre, por el que se establecen determinadas medidas de comercialización en el sector de los aceites de oliva y del aceite de orujo de oliva.

En aras de defender esta medida que ha sido apoyada por todo el sector, y no tanto por el sector de la hostelería, hay que señalar que España, es líder mundial en la producción de aceite de oliva y que tal y como señala el Real Decreto en su preámbulo, tiene un compromiso con todas aquellas medidas que contribuyan a reforzar la competitividad de este importante sector.

La medida contribuirá, sin lugar a dudas, a beneficiar al consumidor del canal Horeca, (establecimientos del sector de la hostelería, restauración y catering), porque de esta forma, ese potencial consumidor conocerá perfectamente el producto que está consumiendo, situación que en la actualidad no puede darse.

Esta medida conseguirá que se puede continuar avanzando en la garantía de la calidad y la autenticidad de los aceites puestos a disposición del consumidor final, además de que mejorará la autenticidad del producto, sobre todo la calidad de los aceites amparados por el sello de calidad de las Denominaciones de Origen, y por supuesto contribuirán a dar una información total al consumidor sobre las características del aceite que va a tomarse.

Los detractores de esta medida argumentan que se encarecerá el producto, además de que no se utilizará el reciclado.

La verdad es que el coste de implantación de los envases irrellenables no es significativo, si lo comparamos con los beneficios que otorgará a nuestra salud. El uso de una aceitera mantiene al consumidor totalmente desinformado de lo que está tomando, no sabe tampoco si lo que está tomando es aceite de oliva o mezcla con otras grasas vegetales, además de que el rellenado, en muchas ocasiones sin

haber lavado el envase, altera las condiciones organolépticas del aceite, generando esa apariencia fea y a veces olores desagradables.

En realidad, este Real Decreto, defiende los intereses de los consumidores, pues de esta forma y a partir de ahora, éstos van a conocer de forma fehaciente la procedencia del producto y

la calidad de ese aceite. Con esto el aceite de oliva saldrá reforzado en su calidad pues no hay que olvidar que nuestro país es visitado por millones de turistas, y es bueno que éstos tengan una buena opinión de uno de nuestros productos estrella de la dieta mediterránea.

Una pena que Bruselas echara marcha atrás, en la adopción de una medida semejante para toda Europa, hace unos meses. La CE lo intentó, pero la normativa no fue finalmente aprobada por algunos países miembros, entre ellos el Reino Unido, quienes interpretaron que la medida perjudicaría a los consumidores.

Es importante que la Comisión continúe trabajando para adaptar toda la normativa comunitaria al nuevo escenario en el que nos situamos, pues es imprescindible mejorar el etiquetado y la clasificación de las diversas categorías de aceite, que no hacen sino generar confusión entre los consumidores.