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Psicología
Rocío Parrado: “No sabemos trabajar las emociones y ahí está el bienestar psicológico”

Entrevista a Rocío Parrado, presidenta Colegio de Psicología en Córdoba

Carmen Reina

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Rocío Parrado (Córdoba, 1977) está al frente de la Delegación en Córdoba del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental desde que fuera elegida como presidenta a finales de 2022. Licenciada en Psicología, especializada como psicóloga general sanitaria, en Neuropsicología clínica y experta en Psicología del Deporte, Parrado conversa en esta charla con Cordópolis sobre la relevancia de la psicología en el desarrollo de todas las personas y sobre el déficit que tiene esta disciplina en la atención que ofrece la sanidad pública.

Pone el foco en el concepto de bienestar psicológico como el eje que, la sociedad en su conjunto y cada persona en particular, debe cuidar. También en la importancia de la prevención para que no se generen mayores problemas que pueden conducir a sufrir patologías. Y en cómo, poco a poco, se va logrando normalizar el acudir a un psicólogo como una ayuda, que no tiene por qué ver con un trastorno mental.

Junto a ello, Parrado aborda cómo la psicología puede ayudar a detectar problemas en la infancia y en la adolescencia antes de que sea demasiado tarde, de cómo esta disciplina trata cuestiones tan dispares como los trastornos de conducta alimentaria o la obesidad, el acoso escolar y el ciberbulling, la ayuda en casos de violencia de género, la ansiedad por problemas laborales y en la pareja, o la adicción a las nuevas tecnologías y las redes sociales. Y, sobre todo, de cómo la psicología sirve para conocer nuestras emociones y ayuda a entender cómo somos.

PREGUNTA. ¿Cómo nos ayuda la psicología en nuestro desarrollo personal?

RESPUESTA. La psicología es el estudio del comportamiento, de la conducta humana. Imagínate, empezando por ahí, ¿cómo nos puede ayudar? Nos puede ayudar absolutamente a todo, en cómo actuamos, en cómo pensamos, cómo somos como personas. Cada uno, según su forma de ser, su forma de pensar, actúa de una forma u otra. La psicología es lo que nos hace entender cómo somos.

No atender a los problemas mentales y al bienestar psicológico es un fracaso como sociedad

P. Durante años ha habido un estigma social en hablar sobre pedir ayuda psicológica. ¿A qué cree que se ha debido? ¿Sigue existiendo?

R. El estigma de ‘No voy al psicólogo, que no estoy loco’. La típica frase. Cada vez, eso se va eliminando, cada vez se da menos, pero todavía sigue. Cada vez más está consolidada la psicología como algo que no es una cuestión patológica, no tienes que tener una enfermedad mental para ir a un psicólogo. Antes, sí. Antes era ‘yo no estoy loco, yo no voy al psicólogo’.

Nosotros lo que hacemos también mucho es promover un bienestar psicológico, no solamente una salud mental. Entonces, pues, gracias a Dios, eso está cambiando poco a poco, todavía nos queda un camino, pero eso va cambiando.

P. ¿Dónde cree que está el obstáculo para erradicar ese estigma?

R. Sobre todo en conocer los que es la psicología. Poco a poco se va conociendo cada vez más, antes era más desconocida y ya, cada vez más, nos vamos dando cuenta para qué sirve la psicología. Cada vez se está conociendo más lo que es la psicología en sí, que no es solamente para salud mental, sino pata tener un bienestar psicológico, una calidad de vida. Y eso, poco a poco, se va conociendo más y cada vez lo estamos haciendo como rutinario, no como algo excepcional, sino normalizándolo.

P. ¿Cómo se rompe ese tabú? En los últimos tiempos se ha puesto el foco político y mediático en la salud mental.

R. Esa es una parte muy importante, pero hay muchos ámbitos de la psicología. No solamente está la psicología clínica. También está, por ejemplo, la psicología educativa, de psicólogos que trabajen, por ejemplo, en el ámbito escolar. Luego también está la psicología de la actividad física y del deporte, para aumentar el rendimiento. Es decir, no estamos hablando solo de trastornos mentales y psicología clínica. También está la psicología laboral de los recursos humanos, que ayuda a aumentar el rendimiento en la empresa, tanto de los trabajadores como para aumentar los beneficios. O sea, que no solo se tratan patologías con la psicología clínica, hay muchos ámbitos.

P. ¿El desarrollo de toda persona necesitaría de una atención psicológica habitual, normalizada, durante toda nuestra vida?

R. A lo mejor durante toda nuestra vida, no. Pero en momentos de crisis, sí. Todos tenemos momentos de crisis a lo largo de nuestra vida. La adolescencia es un momento de crisis y, a lo mejor, un psicólogo puede ayudar a pasar esa etapa más fácilmente, con mejor bienestar. O en distintas épocas de la vida laboral, que tenemos problemas laborales. A lo mejor no constantemente, pero sí en determinados momentos de nuestra vida nos puede venir bien para nuestro desarrollo y para poder solventar esos problemas, esas crisis vitales. Sería mucho mejor.

P. Quiero decir, que sería deseable tener a mano esa ayuda psicológica.

R. Claro, sí, sería deseable tener a mano esa ayuda en los momentos de crisis que tenemos. De manera normalizada. Muchos pequeños problemas, como por ejemplo laborales, pueden acarrear luego tener un problema psicológico, estrés, ansiedad… Entonces, a lo mejor para poder solventar pequeñas cuestiones o crisis como eso o la pubertad, la adolescencia, sería bueno un poco de ayuda. Muchos problemas de salud mental aparecen en la adolescencia y en la juventud. Si desde un principio tienes una ayuda, a lo mejor podemos prevenir muchas cosas en un futuro.

P. ¿Qué necesidades demanda la sociedad actual de la Psicología?

R. La Psicología está en todo, es transversal en nuestras vidas. En determinados momentos podemos tener unas necesidades distintas. Todos sabemos que, a partir de la pandemia, ha habido un antes y un después. Es verdad que había problemas psicológicos antes, y se han agravado. O bien han aparecido problemas en gente que antes no los tenía. Ha aumentado mucho el nivel de ansiedad. Ahora hay más demanda de psicología para poder solventar problemas diarios y cotidianos. Y eso es inevitable, eso es así, desde la pandemia hasta ahora ha habido un aumento de la necesidad de la psicología.

Por ejemplo, en Atención Primaria, te podría decir que más de un 30% de las consultas que se presentan son problemas psicológicos, de ansiedad, de depresión, etcétera. Han aumentado muchísimo desde la pandemia. Ha sido una crisis en toda regla.

El suicidio es la segunda causa de muerte externa y no se está atendiendo

P. Entiendo que no se puede decir que haya un perfil de persona que necesita atención psicológica.

R. No. Es según las necesidades de cada persona. ¿Qué puede llegar a una consulta de un psicólogo? Pues pueden llegar desde niños con problemas de conducta, con ansiedad, puede llegar gente con problemas por el matrimonio o la pareja, o gente que llega por cuestiones en el trabajo… A cualquier edad, cualquier persona, puede necesitar en un momento dado la ayuda de un psicólogo.

P. La falta de profesionales en salud mental en general y de psicólogos en particular en la sanidad pública es una demanda. ¿Cuántos profesionales hay por habitantes? ¿Cuántos más debería haber?

R. Por cada 100.000 habitantes, en Europa hay 18 psicólogos. En España, hay una media de seis psicólogos y en Andalucía una media de 3,5 por cada 100.000 habitantes. No hay. No hay casi.

Sobre lo que he comentado antes de las personas que acuden a la Atención Primaria con problemas psicológicos, el 90% son atendidos por los médicos por medio de psicofármacos. Solamente un 10% llega a los especialistas. Y con una demora de dos meses, como mínimo, para tener cita. Porque están saturados, porque no hay profesionales.

Entonces, la verdad es que nosotros, desde el Colegio, abogamos por que se aumente el número de psicólogos clínicos, en Salud Mental y también en Atención Primaria. Abogamos por que haya psicólogos en Atención Primaria, si no son clínicos, psicólogos generales sanitarios. Para que esa demanda que llega ahí en un principio, pues se pueda solventar y no llegue a más. A lo mejor son problemas de bienestar psicológico, no son problemas en sí mentales y en una Atención Primaria se podrían solucionar.

P. No se nos pasa por la cabeza que el médico de Atención Primaria te solvente otros problemas de otra especialidad y sin embargo sí ocurre en Psicología…

R. Sí, en Psicología sí ocurre. Pongo siempre el ejemplo de, cuando vas con un hueso roto, a ti te mandan al traumatólogo. No te dicen: ‘No, yo mismo te escayolo’. Es un poco eso. Yo comprendo que están saturados y no hay profesionales. Y que tienen que derivar solo los casos graves, lo entiendo.

P. Claro, esa es la realidad. ¿Pero esa realidad se cambiaría sacando más plazas para psicólogos, no?

R. Sí, esa es la realidad. Se cambiaría ofertando más plazas PIR (psicólogo interno residente). Por ejemplo, para este año se han ofertado en Andalucía 35 plazas. Treintapocas plazas.

P. ¿Y eso comprende a qué centros?

R. PIR es psicólogo interno residente para ser psicólogo clínico. Normalmente para hospitales, ven los casos más graves.

P. ¿Cómo se debería establecer esa atención psicológica pública? Supongo que, como en general, la espera para una consulta se alarga más de lo deseado…

R. El tiempo de espera para la primera consulta es de unos dos meses. Y luego, la siguiente, más o menos, igual. No hay un continuo, no es que llegues a la primera consulta y luego tienes un seguimiento más continuado. También hay un promedio de mes y pico para que te vean en revisiones. Entonces, ¿cómo podemos solventar eso? No hay más remedio que meter a más psicólogos en la sanidad pública. Porque no hay. Al no haber, no se puede solventar ni acelerar ni resolver problemas, que muchas veces en Atención Primaria esos problemas se podrían solucionar. No tendrían que ir a Salud Mental. Lo que pasa es que, normalmente lo que se hace es tratar con psicofármacos, pero eso es una respuesta coyuntural, no es una respuesta de largo recorrido como sería un tratamiento psicológico. Y luego, el gasto que eso conlleva en sanidad.

No tienes que tener una enfermedad mental para ir a un psicólogo

P. Y la posibilidad de que eso se agrave y derive en otras cuestiones…

R. Es que muchas veces, si empezamos con pequeñas cosas, ansiedad por ejemplo, si no son tratadas, pueden derivar en problemas más graves. Entonces, si en un principio, tú tienes un poco de ansiedad y vas, lo puedes solventar. Pero si eso no se trabaja o no se trata, puede ir a más. Somos el país líder en consumo de psicofármacos. Eso también tendríamos que verlo, pensarlo un poquito.

P. Entonces, ¿el grueso de la atención psicológica se hace actualmente en el sector privado?

R. Sí. La verdad es que, la gente cuando ve que por la sanidad pública tarda mucho tiempo, se va al sector privado. No hay otra opción. Si se puede ir por lo público, lo van a preferir. Pero si se ve que no te tratan, no te mandan a Salud Mental o si te mandan tardan mucho tiempo….pues van a lo privado.

P. Comúnmente, cuando una persona acude al psicólogo, ¿suele hacerlo sola? ¿O es la familia, el entorno, un apoyo para hacerlo?

R. Normalmente suelen venir acompañados y apoyados por la familia. Algunas personas también vienen solas, pero habitualmente, por la experiencia que tenemos, vienen acompañados por la familia. Siempre vienen con la madre, la pareja…la mayoría vienen acompañados.

P. ¿Es necesario ese apoyo del entorno?

R. Es imprescindible. Un apoyo social, una red social para el bienestar psicológico es imprescindible. Necesitamos, somos animales de manada como el que dice, somos animales que necesitamos de la sociedad, y necesitamos ese apoyo. Además, en el tratamiento psicológico nos apoyamos mucho en eso, en la familia y en que no estén solos y se sientan apoyados.

P. De hecho, no sé si la soledad, el no contar con esa red, es uno de los problemas que abordan…

R. Es un problema. Es uno de los problemas psicológicos, el sentirse solo. Y lo hemos visto en la pandemia. Durante la pandemia se habilitaron unos teléfonos desde los Colegios de Psicología y la Junta de Andalucía, unos para profesionales y otros para familias, de apoyo psicológico. Y una de las cosas que más llegaba era la soledad. Había mucha gente que estaban aislados y no tenían ni llamadas para hablar con alguien. Y eso fue una de las cosas más importantes en la pandemia, el sentimiento de soledad.

P. ¿Y después de la pandemia?

R. Bueno, también, por supuesto. Ahí fue donde se vio la importancia que tiene el contacto social, siempre, a lo largo de nuestro ciclo vital, de nuestra vida.

Hay que dar apoyo psicológico a las mujeres maltratadas cuando dan el primer paso de denunciar

P. ¿Cree que actualmente es un problema el de esas personas que se sienten solas?

R. La soledad es algo que nosotros, lo seres humanos, no llevamos muy bien. Necesitamos un apoyo. Y es verdad que, por ejemplo, los adolescentes llevan muy mal la soledad, pero sin embargo cada vez se van aislando más, con las tecnologías. Pero luego necesitan amigos, necesitan apoyo, necesitan sentirse que los siguen… Es la contradicción.

La soledad es algo que nos preocupa mucho. Y una de las cosas que más nos preocupa es llegar a mayores y estar solos. Las personas que ya van llegando a ser mayores tienen mucho miedo a quedarse solas y a sentirse solas. Es algo que tenemos que trabajar y se tiene que apoyar, sobre todo a ciertas edades. Las personas más mayores son las que más demandan eso. 'No quiero estar solo’, y demandan de los demás. Todos tenemos personas mayores a nuestro alrededor, abuelos, y parece que nos demandan cada vez más.

P. ¿Esa cuestión se puede trabajar para que no sea una angustia?

R. Claro, sí. Tenemos que darnos cuenta, muchas veces, nos pensamos que estamos solos, pero luego no lo estamos. Tenemos gente a nuestro alrededor, pero creemos que estamos solos. Muchas veces es la sensación de sentirse solo, pero en realidad no estamos solos. Hay casos en que sí, pero muchos otros no. Y tenemos que trabajar eso, tenemos que trabajar mucho esos casos, para saber si de verdad están solos o es sensación de soledad lo que tienen. Hay que saber diferenciar.

P. Cómo sociedad, ¿necesitamos más educación y concienciación para normalizar el pedir esa ayuda psicológica?

R. Cada vez hay más concienciación, pero sí es verdad que siempre falta un poquito. Es verdad que, desde la pandemia para acá, cada vez sale más gente diciendo que va al psicólogo y lo ven como algo normal. Gente famosa, deportistas, actores, actrices, cantantes… Y eso nos ayuda a visualizar, a decir que esto no es nada malo, que todo el mundo va a un psicólogo y no pasa nada.

Es verdad que, antiguamente, cuando yo empecé por ejemplo en Psicología del Deporte, que un deportista fuera al psicólogo no estaba bien visto y se ocultaba mucho. Hoy en día, no. Todo el mundo tiene a su psicólogo para aumentar el rendimiento. Y no es que 'estés loco' ni nada así. La verdad es que vamos venciendo esas barreras cada vez más.

P. Apuntaba antes que la psicología está presente en todas las etapas de la vida. ¿Qué papel tiene en la educación, en la infancia?

R. Hay dos cuestiones, por las que estamos abogando. Primero, por crear una especialización en psicología infantojuvenil. ¿Por qué? Porque tiene unas características concretas, tienen su forma de ver la vida, sus trastornos… Estamos intentando crear esa especialización para atender su idiosincrasia. Y luego, también, abogamos por crear la figura del psicólogo educativo, aparte del orientador, que no tiene nada que ver.

Porque es verdad que en los colegios es donde se pueden detectar más casos, por ejemplo, de acoso escolar, ciberbulling, trastornos de la conducta alimentaria… Se pueden detectar muy fácilmente también en los colegios. También violencia de género o violencia filioparental. Ahí, se daría el primer enlace y sería muy bueno tener un psicólogo educativo que pueda detectar e intervenir en esos casos.

Porque, como he dicho, la infancia y la juventud es el caldo de cultivo, ahí empiezan muchos problemas que cuando somos mayores se pueden convertir en trastornos. Deberíamos enfatizar un poquito más en la infancia y la adolescencia, sobre todo en prevención.

P. ¿Sería un pilar de apoyo dentro del proceso educativo?

R. Sí, sí, un pilar. También sobre el abandono escolar, el rendimiento escolar… Todo eso se podría ver desde los colegios y fomentar la figura del psicólogo educativo para detectar esos problemas y hacer una intervención. Y si hiciera falta, por qué no, una derivación.

P. Ahora los psicólogos tratan en esas etapas de la vida cuestiones que antes pasaban desapercibidas o no se atendían, como trastornos de atención, hiperactividad… ¿Van surgiendo o han estado siempre ahí?

R. Eso siempre ha estado ahí. Pero, por ejemplo antes, el niño hiperactivo era el niño malo, que no se estaba quieto, que molestaba… Era la etiqueta de niño malo. Pero a lo mejor no era un niño malo, a lo mejor era un niño hiperactivo.

Yo sé que ahora hay mucha controversia, sobre todo con el TDAH -trastorno por déficit de atención e hiperactividad-, pero eso ha habido toda la vida. Trastornos de autismo ha habido siempre, antes no se detectaban y ahora sí se detectan desde la infancia. En la Atención Temprana, de los 0 a los 6 años, ahí podemos detectar muchos problemas que antiguamente no se detectaban o cuando ya se veían eran mayores. Y cuanto antes se trate un problema, mejor. Pero eso es en Medicina, en Psicología y en todo.

Cada vez hay ideas suicidas a edades más tempranas

P. En la etapa posterior, en la adolescencia y la juventud, ¿hay ahora una demanda creciente de apoyo psicológico?

R. En general, ha aumentado en todas las edades, pero en esta más. Sí es verdad que ha aumentado el número de problemas en adolescentes, ha crecido la incidencia de gente joven con problemas.

P. No sé si tienen que ver las redes sociales, la exposición pública….

R. Hay muchos casos de adicción a las tecnologías y a las redes sociales. También han aumentado bastante. La necesidad de que me vean, de que me acepten… pero luego el contacto social es muy reducido, es más a través de pantallas, de las redes.

Ha cambiado. Están cambiando las formas de relaciones entre los jóvenes. Y entonces, estamos como adaptándonos a esta nueva situación.

P. ¿Se puede llegar a atrofiar de alguna manera esa capacidad de relación social que define al ser humano?

R. Sí, bueno, atrofiar... Pero es que ahora las relaciones sociales se hacen a través de pantallas. La mayoría de relaciones sociales ahora se hacen a través de la pantalla.

Nosotros es que estamos acostumbrados a la relación del tú a tú, de salir, de conocer gente, de estar…que también lo demandan, quieren salir, conocer gente. Pero también quieren tener seguidores. Y es complicado.

P. No sé si hay una edad determinada o un perfil determinado, pero la atención psicológica también está presente ante trastornos alimentarios y sobre la obesidad. ¿Cuál es su realidad?

R. Los trastornos de la conducta alimentaria también están aumentando en número. No hay una única causa para que una persona entre en un trastorno de la conducta alimentaria, porque si fuera solamente la presión social por tener un cuerpo determinado, todos tendríamos trastornos de la conducta alimentaria. Es una serie de cuestiones, por ejemplo, una baja autoestima, personas muy autoexigentes… Es verdad que la presión social de estar delgada para tener mayor éxito, está ahí, desde luego.

P. ¿Qué tecla toca la psicología en estos casos?

R. El abordaje tiene que ser interdisciplinar, es decir, tenemos que trabajar psiquiatras, endocrinos, nutricionistas y psicólogos. No se puede tratar desde un solo punto de vista. ¿Qué trata el psicólogo? Lo primero que trata de trabajar es la autoestima en esas personas, en chicas y también chicos en un número cada vez mayor. Y hay también más trastornos de la conducta alimentaria, ya no solamente la anorexia y la bulimia, también está la vigorexia. Hay más cosas.

Se trata también, sobre todo, la imagen corporal, porque tienen una distorsión de su imagen. Se trabaja mucho el concepto que tienen de su imagen corporal, se trabaja la autoestima. También se puede trabajar la psiconutrición, es decir, el endocrino o nutricionista trabaja su parte y nosotros la parte emocional de la nutrición. Con personas bulímicas, por ejemplo, trabajamos también la impulsividad. Se abordan las características de cada caso.

P. ¿Al final está todo en la mente para explicar nuestra conducta?

R. Sí, yo siempre digo que tenemos que cuidar un poco lo que pensamos, porque nuestra mente nos engaña muchas veces. Pensamos cosas y estamos dándole vueltas a cosas que luego, cuando nos paramos a pensar, decimos ‘¿Por qué he pensado eso? No le encuentro sentido’.

La mente es poderosa, nos puede llevar a pensar cosas que no son. Entonces, trabajar la mente, trabajar los pensamientos, las ideas, las emociones sobre todo…. Nada más que trabajando un poco el control de las emociones podemos mejorar nuestro bienestar psicológico.

En Atención Primaria, más de un 30% de las consultas son por problemas psicológicos

P. La inteligencia emocional no es algo que se suela trabajar…

R. No se suele trabajar y sin embargo es algo que nos puede ayudar en nuestro día a día, durante toda la vida. Como he dicho antes, no hay solo trastornos mentales, sino que sobre todo muchas veces, la mayor parte de la psicología lo que ofrece es bienestar psicológico.

P. Quería tocar también otro ámbito en el que actúa la Psicología, en el que tienen un Premio Meridiana por el apoyo psicológico necesario para víctimas de violencia de género. De hecho, la violencia psicológica es más difícil de detectar o autodetectar incluso.

R. Normalmente, siempre empiezan por la violencia psicológica. Te anulan. Primero te tienen que anular, te tienen que dominar. Un maltratador, normalmente lo primero que hace es machacarte psicológicamente. Te aísla de la familia, te aísla de todo el mundo, empieza a decirte que no vales, a controlarte… Y luego ya, aparece el maltrato físico. Pero lo que más cuesta que una persona sea consciente es de ese maltrato psicológico, no son tan conscientes de ese machaque que les dan.

P. ¿Cómo se trabaja en esas situaciones?

R. Es complicado. Muchas veces tú hablas con una mujer maltratada psicológicamente y ella no lo ve, lo justifica…Entonces, en un principio puede ser muy complicado porque si ella no quiere ser ayudada, no le puedes ayudar. Pero yo siempre les digo a los familiares que tienen que estar ahí, apoyándola, que no se aísle, que no la dejen y que, en un momento dado, puede pedir ayuda y hay que recogerla. Y ahí empezar a trabajar con ella.

Que denuncie, es muy complicado que denuncie. Nosotros -el Colegio de Psicología- propusimos el apoyo psicológico a mujeres maltratadas cuando dan el primer paso, en la denuncia. Porque ahí tenemos que ayudarlas a dar ese paso. Muchas de esas mujeres se arrepienten o no dan el paso si no tienen un apoyo, si no se sienten apoyadas, si no se sienten comprendidas, arropadas. Ese es el primer paso para sacarlas de ahí, de esa vida. Es un paso muy complicado, muy difícil y muchas de ellas se arrepienten, por miedo.

P. ¿Les ha llegado algún caso de un hombre que haya ejercido violencia de género, que se haya puesto en manos de psicólogos para intentar reconducir su conducta?

R. Bueno, puedo hablar a nivel particular. Conozco algunos casos, de hombres que han dicho ‘quiero cambiar’. Por dos motivos, bien porque se ven obligados y dicen ‘me han denunciado y tengo que aparentar’, y hay otros casos que, bueno, sí. Pocos, pero los hay. Hay programas (especiales de reinserción) para hombres maltratadores.

Hay que fomentar la figura del psicólogo educativo para detectar cuanto antes los problemas

P. Cree que cuando la salud mental no se cuida como sociedad ¿es un fracaso?

R. Yo, como profesional, te diría que sí. También en mi opinión personal, es un fracaso, pues sí. Lo estamos viendo. El no atender a los problemas mentales y al bienestar psicológico, es negar una cosa que es evidente. Y al negar una cosa que es evidente y es un problema que está ahí, el no darle solución es un fracaso. Porque está ahí, está candente y si no lo vemos y no le damos una solución…yo lo veo como un fracaso. Es un problema que se ve y que, a la larga, eso trae muchísimas complicaciones. En todos los aspectos. Y si no se soluciona, yo creo que sí es un fracaso de la sociedad.

P. ¿La punta del iceberg y la mayor tragedia de ese fracaso pueden ser los suicidios, el no atender adecuadamente a esas personas?

R. Ahí están las tasas de suicidio. Ahí están los números. En 2021, creo que hubo más de 4.000 personas que se quitaron la vida (en España). Y eso está ahí. Ignorarlo es una barbaridad. Y cada vez, se ha visto desde la pandemia y se han hecho estudios, hay ideas suicidas a edades más tempranas. Eso está ahí en los estudios, no nos lo hemos inventado los psicólogos. Entonces, ignorar eso y no darle una prevención, es ignorar un problema que hay que cada vez es mayor. Hay una tasa de suicidio en Andalucía entre los 18 y 25 años de un 11%.

El suicidio es la segunda causa de muerte externa y no se está atendiendo. Cuando se dice que hay muchas muertes por ataques al corazón, ponemos remedio. Pero ¿y los suicidios?

P. Me había fijado en una definición de Psicología de la RAE, que dice que es ‘la manera de sentir de un individuo o colectividad’. En este mundo acelerado e individualista, ¿nos hemos olvidado de atender lo que sentimos?

R. Nos hemos olvidado. Ahí está la regulación emocional, el trabajo emocional, la parte emocional. No sabemos trabajar eso, no sabemos tener control emocional. Se nos escapa de las manos. Ahí va el bienestar psicológico. Hay un vacío ahí. No se nos ha educado…Pero nunca es tarde.

Por cada 100.000 habitantes, en España hay seis psicólogos y en Andalucía 3,5. No hay

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