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Un experto mantiene que más del 50% de los pacientes con rinitis alérgica tiene asma y la mayoría no lo sabe

El doctor Luis Manuel Entrenas, jefe de servicio de Neumología del Hospital Quirónsalud Córdoba.

Redacción Cordópolis

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Alrededor del 50 por ciento de los pacientes de rinitis alérgica tiene asma, estando sin diagnosticar del asma la mayoría de estos pacientes, según ha alertado el jefe de servicio de Neumología del Hospital Quirónsalud Córdoba, Luis Manuel Entrenas, quien ha destacado que deben identificarse los síntomas de asma alérgica para iniciar su tratamiento con inhaladores (si ya lo tienen prescrito) o acudir al neumólogo para un diagnóstico correcto.

Tal y como ha indicado la institución hospitalaria en una nota, Entrenas ha explicado que la primavera “puede ser terrible para los asmáticos, pero hay muchas soluciones para mejorar su estado”. La primavera se caracteriza por un tiempo muy cambiante, por ello los calendarios polínicos sufren continuas variaciones y pueden ser poco previsibles. Así, los pacientes que se encuentran sensibilizados a algún tipo de polen saben “cuándo empieza 'su' primavera porque manifiestan síntomas de vías altas (rinitis y conjuntivitis).”

Los pacientes toman para su rinitis fármacos como los antihistamínicos, muy eficaces en la vía aérea superior (nariz) pero sin ningún efecto en los bronquios, por lo que no se encuentran protegidos para un eventual ataque de asma. Los síntomas del asma alérgica suelen iniciarse como una tos seca que aparece por la noche, tras un pequeño esfuerzo o tras una maniobra de hiperventilación, como puede ser hablar rápido o reírse.

Esta tos seca debe de ser el síntoma de alarma para comenzar el tratamiento con sus inhaladores y consultar a su médico (en este orden, si ya ha tenido prescrito tratamiento, no demorar su inicio).

El doctor ha recalcado que el diagnóstico “es muy fácil y nada molesto”, pues consiste en realizar una espirometría y repetirla tras haber dado un broncodilatador. También puede medirse el grado de inflamación de la vía aérea determinando la cantidad de óxido nítrico en el aire espirado, y ambas pruebas son inocuas.

El tratamiento fundamental son los inhaladores que contienen glucocorticoides inhalados que normalizan el estado de la vía aérea (se encuentra muy inflamada). A las dosis convencionales, son seguros y carecen de efectos secundarios significativos.

Es preciso resaltar, según el doctor Entrenas, que, si un paciente se encuentra sensibilizado a un tipo concreto de polen, puede, a lo largo de los años, sensibilizarse a otros y presentar síntomas en épocas que antes no tenía. Incluso puede que aparezcan nuevos desencadenantes a lo largo de los años, como los virus respiratorios, no siendo raro que en un catarro invernal los pacientes padezcan síntomas que les recuerden a los primaverales. En estos casos, debe de retomarse la medicación inhalada, sea la época que sea.

Terapias biológicas

“Para los casos más graves, disponemos de terapias biológicas (anticuerpos monoclonales) que son capaces de bloquear las señales con las que se comunican unas células con otras y actúan mejorando los síntomas tanto de asma como de rinitis, evitando los ataques de asma”, ha detallado el doctor.

Igualmente, el experto ha aconsejado evitar la actividad física intensa al aire libre los días de mayor polinización, siendo los niveles de polen mayores a primera hora de la mañana y al atardecer, y ha recordado que el uso de la mascarilla puede atenuar los síntomas.

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