De patios entre Santa Marina y San Agustín (IX): Parras, 5
Es ésta una de las vías cuyo nombre es más reconocido a nivel global. Se sitúa a sólo unos metros de la iglesia de San Agustín y es en cierto modo una de las puertas de entrada de la ruta. La otra se encuentra en un límite de Santa Marina, barrio que es vecino y con el que comparte lugar en el mapa del Festival de Patios. Es la calle Parras, que alberga tres viviendas de las que participan cada año en el certamen más importante del Mayo Festivo -guía-. Entre ellas se encuentra la que es número 5, bajo la propiedad y cuidado del matrimonio formado por Pedro Montes y Maribel Navajas. Son ellos los encargados de dar vida, también en lo que se refiere a las plantas y flores, al inmueble desde la década de los ochenta del siglo XX.
La casa, como la inmensa mayoría de cuantas componen el plano del Festival, tiene pasado muy probablemente como vecinal. Lo cierto es que fue adquirida por los que son sus actuales propietarios en 1983. Una vez la compraron, Pedro Montes y Maribel Navajas llevaron a cabo una importante reforma que, entre otras cosas, deparó un traslucido en el propio patio. Al fin y al cabo, este espacio es mucho más que eso para sus dueños. Además de su gran variedad de plantas y flores, destacan en el recinto diversos elementos antiguos como máquinas de escribir y otras de coser. El edificio se incluye en la ruta Santa Marina-San Agustín y dentro de la modalidad de Arquitectura Moderna, con 16 años ya en concurso. “El patio para nosotros es, digamos, el salón de nuestra casa”, afirma Montes acerca del especial rincón de su hogar.
PREGUNTA. ¿Qué significa el patio para usted?
RESPUESTA. El patio para nosotros es, digamos, el salón de nuestra casa. De hecho, no lo tenemos decorado sólo con plantas, sino con elementos antiguos, cerámicas… Nosotros hacemos vida en el patio durante todo el año. Pusimos un techo traslucido para que en la época de invierno podamos seguir aprovechando el patio. Ahí hacemos vida y la verdad es que es un lujo. Lo disfrutamos con la familia y es un placer.
P. ¿Por qué decide participar en el Festival?
R. Una vecina, hablando, nos dijo: “¿Qué hacemos, abrimos este año para que vean nuestras plantas?”. Nosotros, antes de abrir al público, teníamos el patio bastante decente de plantas y lógicamente, poco a poco nos hemos ido animando y hemos ido mejorando, y dedicando más tiempo y más cuidado. E invirtiendo también.
P. ¿Qué opinión le merece el Festival de Patios hoy por hoy?
R. Creo que es un empuje importantísimo para la ciudad. De hecho, creo que el Ayuntamiento y otros organismos le tienen que dedicar un poquito más de tiempo para que las situaciones que se generan de tanta afluencia los fines de semana y sobre todo la situación de los grupos, que es lo que genera que muchas familias que vienen de fuera e incluso de Córdoba tengan que estar mucho tiempo esperando. Lógicamente, hay patios que tienen más capacidad que otros. Son los organismos oficiales los que tienen que trabajar en eso, nosotros (los propietarios), creo que bastante labor realizamos ya en preparar, cuidar el patio durante todo el año y estar aquí durante las dos semanas. La tradición está muy bien, llegar y hacerse la foto cuando llega la Fiesta de los Patios y hablar del éxito que hemos tenido, pero los que llevamos adelante todo esto somos los propietarios.
P. ¿Qué considera necesario mejorar?
R. El tema de organización. Nos dieron el título de la Unesco (Patrimonio Inmaterial de la Humanidad), pero igual que nos lo dieron, se puede perder. Es algo que tienen que cuidar y mimar no sólo los propietarios, que somos los mayores responsables, sino los organismos oficiales, que son los que tienen las herramientas y las posibilidades de mejorar.
P. ¿Qué futuro cree que aguarda al Festival de Patios?
R. El Festival es algo que las nuevas generaciones no van a ir asumiendo. Yo, por ejemplo, tengo dos hijos y cada uno ha hecho su vida. Están fuera de Córdoba. Como nosotros, hay cantidad de familias. ¿Qué ocurre? Vuelvo a las instituciones. Si no se preocupan de poner ayuda a familias que ya van teniendo una edad y se van cansando, y no están ya con capacidad para poner el patio, poquito a poco, cerrará uno, cerrará otro y al final quedarán, los que queden.
P. ¿Cuál es su recomendación para disfrutar de los patios?
R. En las dos semanas (del Festival) está claro que es una situación obligada a venir. La gente trabaja en esas fechas y viene cuando puede, la mayoría los fines de semana. Se puede planificar de otra manera distinta a como está. Las flores y los patios están antes y después de las dos semanas que se abren, pero claro, lo que no podemos hacer los propietarios es estar perennes aquí por una ayuda que no representa ni una mínima parte del trabajo que tiene esto. Es algo con lo que ponerse en una mesa, a hablarlo y aportar ideas de una parte y otra, para que entre unos y otros consigamos aumentar las visitas para no obligar a masificar estas dos semanas. Pero no a costa de los propietarios, porque los grandes beneficiados de esto son la hostelería y los restaurantes. Son, por no decir nada, los que menos contribuyen a la fiesta. No quiero decir que sean todos. Es algo que el Ayuntamiento tendría que tomarse en serio, porque si no…
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