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Cosmopoética tiene nombre (y voz, y lenguaje) de mujer

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Juan Velasco

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De la belleza con la que la poeta gallega Yolanda Castaño pronuncia sus poemas a la sobriedad y la fuerza con la que la periodista Svetlana Aleksiévich mira al mundo -y al amor-, pasando por la dulzura con la que la barcelonesa María Rodés canta y recita su música. La 16 edición de Cosmopoética ha arrancado con nombre, voz y lenguaje de mujer.

Si el Ayuntamiento de Córdoba ha aglutinado las propuestas poéticas de esta edición dedicada a las letras británicas bajo el epígrafe God save the poetry, la inauguración ha debido articularse en torno al grito God save the women. Tres voces, cuatro contando con la periodista Laura Barrachina, sobre un escenario que parece un salón de té.

Yolanda Castaño, una de las voces más relevantes de la poesía española contemporánea, ha sido la que ha alzado el telón. Lo ha hecho leyendo dos poemas inéditos y otros tantos de su obra poética. Entre medias, ha alabado el gusto del festival -“uno de los dos más importantes que hay en España”, a su juicio- de dar el pistoletazo de salida en dos idiomas como el gallego y el bielorruso. “Las lenguas solo pueden ser un puente que nos lleve hasta el otro”, ha arañado la poeta antes de iniciar el tramo final de su lectura.

Tras un vídeo de presentación de esta edición, han tomado el escenario Barrachina y Aleksiévich, dos periodistas buscando dibujar al amor sobre un escenario en un festival de poesía. La Premio Nobel, enfrascada desde hace una década en un libro sobre esta temática -con el que busca alejarse de su radiografía de la caída del imperio ruso-, ha señalado que escribir sobre el amor es “entender qué es el ser humano”. Lo dice alguien criada en un país en el que el amor se considera “una parte enfermedad y otra parte milagro”.

“Ser feliz es mucho trabajo. Va a ser un libro muy complejo. Es más complejo escribir sobre el amor que sobre la guerra”, ha sentenciado la periodista, que ha defendido también la dificultad de encontrar algo parecido a la verdad cuando uno trabaja escribiendo “los sentimientos y los recuerdos de las personas”. “Cuando uno cuenta unas experiencias, siempre está contando una recreación de lo que ha vivido”, ha dicho Aleksiévich, que ha zanjado el tema: “La verdad como tal no existe”.

Una afirmación, ésta de Aleksiévich, que es perfecta como epitafio a la primera jornada de un festival pensado en clave de versos. La verdad ha muerto. Larga vida a la poesía.

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